Unicaja prosigue el cierre de sucursales mientras crea una red de 500 gestores remotos
Unicaja, quinto banco español por volumen de activos, parece estar volcada en acomodar su estructura interna a todos los niveles a la nueva realidad resultante de la integración con Liberbank. Sin embargo, una parte importante de las decisiones que ha tenido que tomar la entidad andaluza hasta el momento han tenido un cariz cuanto menos dramático. Por un lado, a finales de 2021 puso en marcha un ERE que consideraba la marcha de, como máximo, 1.513 empleados hasta el año 2024. Más del 80% de esas salidas ya se han materializado, lo que ha contribuido al recorte en casi 70 millones de euros de los gastos de administración en los resultados de 2022.
Por otro lado, hace apenas unas semanas, la organización anunció que había completado su compromiso de cierre de oficinas, que era de un 35%, con lo que en la actualidad ya solo cuenta con 968 centros presenciales en activo.
Para suplir esta carestía de entornos físicos, desde la entidad se afirma que se está implementando un nuevo modelo de gestión comercial cuyos principales objetivos, según su Informe Financiero de 2022, son “incrementar la productividad, la rentabilidad y la calidad de servicio al cliente, ofreciendo una atención personalizada, que suponga un valor añadido para el cliente”.
Este nuevo modelo de distribución es multicanal, e incluye una red de 500 gestores remotos junto a un entorno de oficinas con diferentes formatos de centros y roles comerciales, especializados en determinados servicios y en la atención de clientes con necesidades particulares.
En este sentido, la implantación de este nuevo modelo de distribución, tal como se recoge en su informe financiero, “implica un proceso de transformación y reforma del aspecto físico de algunos centros, que se irá ejecutando de manera progresiva a lo largo de 2023 y 2024. Dentro del nuevo modelo de distribución se encontrarán las siguientes tipologías de centros: Corporativa, Empresas, Wealth, Personal Banking, Flagship, Universal Urbana, Universal Rural, Gestión Remota, Centro Hipotecario, Centro Hipotecario Digital, y Agencia Financiera”.
Capilaridad del modelo
Al parecer, desde Unicaja se está tratando de amortiguar el cierre de sucursales, además con el mantenimiento de algunas oficinas, con la instalación de cajeros automáticos en las localidades que se quedan sin servicio bancario presencial. En paralelo, la entidad está potenciando su red de agentes financieros para garantizar el acceso a productos y servicios bancarios en toda España, en especial en los entornos rurales, de cara a combatir la exclusión financiera.
Sin embargo, el precio en puestos de trabajo y en oficinas presenciales ponen en serias dudas el objetivo de capilaridad de este modelo, habida cuenta de la especial singularidad que existe en algunas regiones poco pobladas de la geografía nacional. Cabe recordar que Liberbank fue una entidad pionera en la entrega de sucursales que se iban a cerrar a agentes financieros, para que se hicieran cargo de ellas. En este caso, los directivos de Liberbank afirmaron que se producía un beneficio para todos: el banco sacaba activos de su balance sin perder negocio ni clientes, reduciendo costes y aumentando su rentabilidad; mientras que el agente financiero accedía a una cartera de clientes ya consolidada, lo que le garantizaba unos ingresos mínimos.
Por el momento, parece que en el caso de Unicaja se está todavía lejos de alcanzar este panorama soñado, ya que lo cierto es que hasta la fecha, desde el anuncio de la fusión en el año 2021, es que la plantilla de la entidad se ha reducido en más de un 15%, contando en la actualidad con menos de 8.000 empleados en activo.