Ser selectivo, la clave para invertir en deuda emergente
Por Jean-Jacques Durand, gestor del fondo EdR Fund Emerging Bonds en Edmond de Rothschild AM
Un enfoque selectivo hacia los mercados emergentes es una manera interesante de diversificar una cartera de bonos. Desde el referéndum del Brexit, el segmento ha vuelto a registrar una vez más entradas masivas. Como resultado, la proporción de deuda emergente en los fondos globales alcanzó, el pasado mes de agosto, máximos de cuatro años. Sin embargo, esto ha aumentado el riesgo –los diferenciales, por ejemplo, se han desplomado- por lo que los inversores deberían ser cautos. Por otro lado, la deuda china y su sector inmobiliario, el mayor contribuidor al PIB, todavía son fuentes de preocupación. Sin embargo, los fundamentales de los países emergentes son ahora más sólidos, especialmente en lo que se refiere a las preocupaciones sobre las reservas de divisas extranjeras y a los ratios deuda/PIB.
La inversión en deuda emergente necesita de un enfoque flexible y oportunístico así como de la capacidad de adoptar posiciones contrarian. La selectividad e idiosincrasia en la toma de riesgos son esenciales si los inversores quieren aprovechar las oportunidades que ofrece la deuda emitida por países emergentes como Venezuela. El país cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo y bajos niveles de deuda externa. Brasil, que es un país que todavía está inmerso en un profundo cambio político, es una de nuestras mayores convicciones de inversión porque tiene algunas valoraciones muy atractivas.
Por todo ello, consideramos que es fundamental adoptar un enfoque discrecional que nos permita poner en práctica nuestras convicciones. A su vez, esto también hace posible que nos podamos alejar bastante de los índices de referencia para buscar rentabilidades en los países e instrumentos que consideramos más atractivos.