¿Seguirán siendo viables las EAF en el mercado español? Así opinan los expertos
2022 fue un año, en general, prometedor para las EAF en España, ya que por primera vez superaron la barrera de los 10.000 clientes, mientras que su patrimonio neto conjunto se situó en 35,54 millones de euros, lo que significaba multiplicar por tres esta cifra en menos de una década. De hecho, en diciembre el 60% de las ESI registradas en nuestro país eran EAF, que totalizaban 143 entidades.
A pesar de estos datos para el optimismo, las EAF atraviesan un momento clave que marcará a buen seguro su devenir para los próximos años. Y es así por dos motivos principales: la nueva Ley del Mercado de Valores que gobernará la industria financiera española de cara al futuro y el modelo de retrocesiones que se está decidiendo en Bruselas y cuya primera fecha marcada en rojo es la del 24 de mayo, momento en el que la Comisión Europea dará a conocer el borrador sobre la Estrategia de Inversión Minorista.
La llegada de la nueva regulación sobre el sector financiero para el mercado local ya supuso un terremoto en el sector cuando se conoció su texto general, con la creación de la figura de las EAFN, a la que se tendrán que adherir las EAF que sean personas físicas. Para las EAF que se mantengan en esta categoría, además de ser personas jurídicas, gozarán de nuevos requisitos, como precisar de un capital de 75.000 euros, cumplir con nuevos requerimientos de solvencia y adherirse al Fondo de Garantía de Inversiones (Fogain). Por el contrario, los agentes de las EAF, a diferencia de los de las EAFN, podrán beneficiarse del pasaporte europeo y asesorar también por cuenta de la empresa.
El impacto de la nueva normativa es tal que para muchos expertos, como es el caso de David Gassó, socio de Anchor Capital, “el incremento de tasas y costes asociados a la actividad, junto con la competencia creciente de la gran banca en el mercado del asesoramiento independiente, pone en jaque la viabilidad de muchos asesores”. De hecho, Gassó afirma que “el incremento de carga regulatoria y de los costes y las tasas no viene acompañado de medidas que permitan incrementar los servicios prestados”. En relación a la inclusión obligatoria en el Fogain, este especialista indica que “es una medida que apenas se sustenta legalmente si se hace una lectura exhaustiva de la norma y que ha sido impuesta unilateralmente. Empeora la situación actual para los asesores financieros y no beneficia a los clientes”.
Cabe recordar que el Fogain solo cubre el riesgo de insolvencia de las empresas adheridas indemnizando a sus clientes. Sin embargo, las EAF no prestan servicio de custodia ni depósito de valores, por lo que su insolvencia no puede afectar a sus clientes en ningún caso. Tal y como recoge un informe jurídico de FinReg360 así como diferentes enmiendas a la nueva ley presentadas por Aseafi ante el Congreso de los Diputados, “los argumentos jurídicos que justifican la improcedencia de obligar a las EAF en contra de adherirse y cotizar al Fogain, así como a las ESI que no custodian, son indiscutibles”.
De hecho, la propia Aseafi ha manifestado que de llevarse adelante la nueva ley “se pondría en una situación comprometida a muchas EAF de tamaño pequeño”, obligando a muchas de ellas a cerrar después de muchos años funcionando, e igualmente supondría un freno para el nuevo emprendimiento en el sector y, por tanto, para el desarrollo del asesoramiento financiero en España.
El impacto del nuevo modelo de retrocesiones
La segunda piedra de toque para la EAF viene directamente desde Bruselas, en la forma del cambio de modelo de retrocesiones. Si bien en las últimas semanas, las presiones recibidas desde Estados como Alemania o Austria parece que han sido efectivas y se optará solo por una prohibición parcial de las mismas, desde el sector se insiste en el peligro que se corre de generar una brecha de asesoramiento para los inversores con menor patrimonio (lo que, en el peor de los escenarios les podría llevar a salirse directamente del mercado por su aversión al riesgo) así como en una potencial desaparición de las EAF más pequeñas al no alcanzar estándares mínimos de rentabilidad.
En esta línea, el presidente de Aseafi, Fernando Ibáñez, insiste en que “las EAF deben tener en todo momento la mayor posibilidad, flexibilidad y cantidad de herramientas para que puedan elegir su modelo de negocio”. Además, en el caso de efectuarse la implementación del cambio de modelo en las retrocesiones, Ibáñez afirma que “tiene que haber un periodo de transición suficiente con el apoyo de la CNMV para que las EAF que tienen un modelo dependiente puedan hacer una migración para adaptarse”.
De cualquier modo, el presidente de Aseafi no se muestra optimista con el cambio de modelo y advierte de que “los clientes tienen que estar preparados. Pasar de un modelo en el que se acuerda de una manera tácita y no de una manera directa, es algo que a los clientes en España les va a costar, no queremos que los clientes finales se vean confusos y perjudicados por esta medida”. Además, en el caso de las EAF es particularmente tajante, al asegurar que “cualquier cambio de escenario es importante que no afecte a la desaparición de las EAF, ya que normalmente hablamos de entidades de un tamaño pequeño y con muchos costes de regulación”.
En esta línea de pensamiento se sitúan también desde el Consejo General de Economistas, señalando que “los incentivos ayudan a que muchos clientes puedan ser asesorados por profesionales cualificados, debidamente registrados y supervisados por la CNMV, cuyo único servicio es el asesoramiento financiero, sin conflictos de interés con otras actividades”. También alertan sobre la situación en la que quedarían expuestas muchas EAF en caso de fijarse el nuevo modelo de retrocesiones, e indican, en todo caso, que el tipo de servicio que prestan las EAF ya protege y beneficia claramente al inversor”.
Opiniones contrapuestas
También hay profesionales que creen que el mercado de las EAF no solo no se resentirá, sino que podría salir reforzado con los nuevos cambios. Antonio Banda, Ceo de Feelcapital, estima que, de implementarse un modelo de prohibición total de las retrocesiones, no desaparecerán las EAF, porque “el informar al cliente de lo que se le cobra por un servicio lo que provocará es que desaparezcan aquellas que no son eficientes y engañan a su cliente. El cobrar un servicio por lo que vale es lo normal en cualquier actividad económica”.
De hecho, este experto cree que uno de los problemas que se debe afrontar y solucionar con urgencia en España es el de la educación financiera, que permite que en países como el Reino Unido u Holanda puedan existir mercados en los que se han eliminado las retrocesiones. “Los clientes españoles están acostumbrados a que los Bancos sean sus referencias y por intención de estos no han contado nunca la verdad. La gran crisis bancaria que se avecina viene provocada por la falta de transparencia de los bancos con sus clientes y porque siempre han basado su asesoramiento en la idea de que no cuesta nada, cuando todos han vivido de las comisiones ocultas y de las retrocesiones en fondos ficticiamente infladas de coste”, indica Banda.
En una línea muy semejante se posiciona también Guillermo Aranda, consejero delegado de atl Capital, que concluye que, “en España, las grandes entidades financieras mantienen un porcentaje elevado de su negocio con el modelo de retrocesiones. Si este se prohibiese se adaptaría todo el mercado y no pondría en riesgo a ninguna entidad. Algunas entidades pueden tener problemas, pero es más por no tener el tamaño adecuado que por otro tema».