Schroders: Turquía y Argentina no suponen un riesgo de contagio para los emergentes
La gestora Schroders ha publicado una nueva infografía centrada en la economía global, donde se analiza el riesgo de contagio de Turquía y Argentina y por qué el crecimiento de Reino Unido puede ser engañoso. Para Craig Botham, Senior Emerging Markets Economist, las preocupaciones se están acumulando una vez más alrededor de Turquía y Argentina, que nuevamente están experimentando un ataque de volatilidad de la moneda. Tal como se refleja en el cuadro siguiente se han observado en los últimos meses turbulencias en el peso argentino y la lira turca, particularmente cuando se compara con el Índice de Moneda de Mercados Emergentes de JP Morgan, un índice de las principales monedas de estos mercados.
Según Botham, con el crecimiento económico aparentemente vacilante y los temores de una eventual recesión en los EE. UU., los inversores pueden sentirse más nerviosos que de costumbre ante la posibilidad de contagio. Desde Schroders señalan que tales preocupaciones son exageradas. Turquía y Argentina no son el síntoma de un problema más amplio en los mercados emergentes; afrontan problemas bastante singulares tanto en el ámbito económico como en el político. Dejando de lado este sentimiento, no observan ninguna razón para que los inversores extrapolen el desempeño del mercado en estas dos economías en problemas al resto de la clase de activos.
Fuente: Thomson Datastream, Schroders Economics Group. 26 de abril de 2019
La macroeconomía es importante …
Para Botham, los problemas de los dos países tienen algunas similitudes. Fundamentalmente, la inflación es una gran preocupación en ambas economías. La inflación en Argentina subió al 54.7% y en Turquía fue del 19.7% en marzo. Estos niveles están muy por encima del promedio del resto de emergentes y han estado subiendo en un momento en que la inflación en el resto de estos países ha sido plana o, incluso, en descenso. Lo que también es evidente, según este especialista, es que en ninguna otra nación existe este problema. La inflación está bajo control gracias a una combinación de factores globales y domésticos, por lo que los inversores tendrían dificultades para encontrar incluso un eco de las preocupaciones de la política turca o argentina en este espacio.
Fuente: Thomson Datastream, Schroders Economics Group. 26 de abril de 2019
Otro desafío para Turquía, de acuerdo a Botham, es que le queda muy poca potencia de fuego para defender su moneda. Las reservas en divisa extranjera son muy bajas en relación con la mayoría de los indicadores de reservas adecuadas. Existen varias maneras de evaluar esto; si el país tiene reservas suficientes para financiar algunos meses de importaciones o para autofinanciarse venciendo deuda en moneda fuerte (deuda denominada en la moneda de un país que se considera históricamente política y económicamente estable, como el dólar estadounidense o el yen japonés), por ejemplo. Turquía se encuentra según Botham objetivamente terrible en todos ellos (¡y las reservas establecidas en cualquier caso pueden inflarse mediante el uso de préstamos a corto plazo!).
… pero también lo es la credibilidad política
Las expectativas juegan un papel crucial en los modelos macroeconómicos y en los mercados financieros. Si no se confía en los responsables políticos para que tomen las medidas necesarias en el futuro, incluso si están haciendo lo correcto ahora, los consumidores, las empresas y los inversores se asustarán. La creencia de que los bancos centrales no están dispuestos o no pueden lidiar con la inflación, por ejemplo, llevará, según Schroders, a los hogares a sacar su dinero para evitar perder el valor de sus ahorros. Las empresas cotizarán con la expectativa de mayores aumentos en los costes, perpetuando el ciclo. Los inversores exigirán una mayor rentabilidad para compensar el riesgo de que sus inversiones se vean erosionadas por la inflación.
De acuerdo a Botham, tanto en Turquía como en Argentina, hay razones para temer por el camino de la política. En Turquía, esta es una historia que ya resulta familiar: El presidente Erdogan se opone con vehemencia a una política monetaria más convencional y con ese fin se ha apoyado en el banco central en repetidas ocasiones. El hecho de que el banco central se haya alejado de un compromiso previo con una política de tipos de interés más estricta, a pesar de la presión sobre la moneda, sirvió como afirmación de esta percepción. El nombramiento de su yerno como ministro de finanzas tampoco contribuyó a mitigar los temores del mercado. Hasta el momento, hay pocas señales de que la política tome la dirección correcta en Turquía.
En Argentina, Botham opina que parece sonar una nueva melodía, al menos bajo el actual presidente. El presidente Macri fue elegido llevando bajo el brazo una agenda de reforma económicamente tradicional, inicialmente animada por los mercados. Sin embargo, el cambio ha tardado más de lo esperado, y el electorado ha comenzado a cansarse de las promesas que no llegan a materializarse. La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha comenzado a escalar en las urnas, con elecciones previstas para este mes de octubre. El regreso de Kirchner y la política populista, parece una amenaza cada vez más real.
Los desafíos políticos para Turquía y Argentina son claramente significativos, si no insuperables. Sin embargo, la buena noticia para el resto de emergentes es, según Botham, que esto es claramente un riesgo específico del país, y hay pocas razones para que esto conduzca a un contagio más allá del impacto al sentimiento general de los inversores de los mercados emergentes. Sin embargo, sí apunta a la necesidad de que los inversores sigan con detenimiento los desarrollos políticos, y que los legisladores mantengan su credibilidad, tanto en sus palabras como en sus acciones.
Infografía Schroders: La economía global de un vistazo
Puede descargarse esta infografía pinchando en este enlace.