Schroders: Las ‘ciudades globales’, una tendencia en auge en la inversión inmobiliaria
La recuperación del mercado inmobiliario, tras la profunda crisis sufrida en los últimos años, ha dejado clara que la evolución puede ser muy distinta incluso en las grandes ciudades de un mismo país. La recuperación del valor se ha vuelto más selectiva, de forma que son un puñado de ciudades las que captan mayoritariamente el interés de los inversores. Son las que Schroders llama ‘ciudades globales’, aquellas que despiertan un mayor atractivo para los ciudadanos, en las que prefieren vivir, trabajar y disfrutar de su tiempo de ocio y aquellas en las que los propietarios de inmuebles gozan de poder de fijación de precios. En un mundo globalizado, las ciudades también compiten por situarse entre las más capaces de atraer talento e inversiones.
Este tipo de ciudades son las que el fondo Schroder International Selection Fund ISF Global Cities Real Estate tiene en cuenta para seleccionar los activos inmobiliarios en los que invertir. Pero, ¿qué entienden por ‘ciudad global? Las condiciones que debe reunir una urbe para entrar en esta categoría son: contar contar con una renta disponible elevada, una población relativamente joven y en aumento, un alto producto interior bruto y ventas minoristas crecientes. Otro factor que consideran, tal vez el más diferenciador, es la presencia de universidades punteras ya que son, por un lado, una fuente de innovación para impulsar nuevos sectores de la economía, y por otro, una fuente de talento y de trabajadores cualificados para las empresas.
Schorders cuenta con “una base de datos propia para identificar y clasificar las ciudades globales de todo el mundo. Combinamos diferentes fuentes de datos que cubren la actividad económica, la población y las tendencias demográficas, el transporte y otras infraestructuras, la conexión global y otros factores con el objeto de identificar las mejores ciudades. Esta base de datos se actualiza de forma regular y es un elemento fundamental a la hora de seleccionar valores”.
El caso de Amazon: Busca una ‘ciudad global’ para una albergar su segunda sede
El pasado mes de septiembre, el gigante tecnológico Amazon anunció sus planes para abrir una segunda sede en Norteamérica, donde invertiría más de 5.000 millones de dólares y podría albergar hasta 50.000 empleados. Casi como crear una nueva población dentro de la ciudad. El interés de las principales ciudades de Estados Unidos y Canadá no tardó en dispararse, de manera que Amazon ha abierto un proceso de presentación de solicitudes donde todas las ciudades competirán por hacer méritos suficientes para ser la elegida.
Pero, ¿cuáles son los requisitos que busca el gigante tecnológico para su segunda sede? Pues, curiosamente, tienen grandes similitudes con las características de las consideradas ciudades globales por Schroders: Talento (mano de obra cualificada), buenas infraestructuras de transporte y que sea una ciudad donde sus empleados puedan «disfrutar de la vida, tengan oportunidades recreativas, oportunidades educativas y una alta calidad de vida en general».
Los gestores del ISF Global Cities Real Estate consideran que la inversión en activos inmobiliarios en estas ciudades brinda exposición a una amplia gama de sectores, así como acceso a economías que previsiblemente batirán las medias nacionales.
A su juicio, estas grandes urbes son cruciales para los inversores inmobiliarios, por varias razones. La primera es que son los principales centros de creación de empleo y, “sin crecimiento del empleo es poco probable que exista una demanda adicional de los diversos tipos de bienes inmuebles. Pero hay otras de orden tanto social como económico que impulsa y refuerza la creciente importancia de las ciudades globales. Por ejemplo, se calcula que el porcentaje de población que vivirá en ciudades pasará del 50% actual al 75% en 2030, aproximadamente. Además, es en estas grandes poblaciones donde se ubican las industrias de rápido crecimiento basadas en las más innovadoras tecnologías. Y, finalmente, estas ciudades producen una innegable atracción psicológica por su gran oferta de servicios, cultural y de ocio.
La idea del fondo de Schroders es aprovechar las oportunidades potenciales de este tipo de inversión basando su estrategia en unos criterios de selección muy claros. Las razones para apostar por este tipo de activos son:
- El sector inmobiliario tiene la capacidad de generar unas rentabilidades a largo plazo atractivas y presenta una reducida correlación con otras clases de activos, lo que lo convierte en un valioso elemento de diversificación para una cartera equilibrada.
- El fondo ofrece una exposición global e inmediata al sector inmobiliario con la liquidez de un fondo de inversión y unas comisiones de operación más reducidas en comparación con la inversión directa en activos inmobiliarios físicos.
- Acceso a los activos inmobiliarios de las ciudades más importantes del mundo en las que la oferta es limitada, lo que les confiere un importante poder de fijación de precios.
- Protección frente a la inflación a través del rendimiento de los dividendos: las rentas ofrecen potencial de crecimiento y, en general, aumentan de manera similar a la inflación.