Schroders: El coste de no invertir pensando en el largo plazo
Por David Brett, investment writer
Comprar bajo, vender alto”: Ese es el objetivo de todos los inversores y la razón por la que muchos intentan predecir lo que va a hacer el mercado y modificar su estrategia de inversión en consecuencia. El año pasado, sin ir más lejos, el 74% de los españoles modificó el perfil de riesgo de sus carteras en respuesta directa a la inestabilidad experimentada en los mercados en el último trimestre de 2018, según el Estudio Global de Inversión de Schroders.
Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo. Anticiparse al mercado en el momento justo es tremendamente difícil, por no decir imposible. Y hacer las cosas antes o después del momento idóneo puede salir caro. De hecho, una investigación de Schroders demuestra que, durante las dos últimas décadas, las malas decisiones sobre una inversión de tan solo 1.000 dólares podrían haberle costado a los inversores más de 2.000 dólares en retornos. Este análisis examina el desempeño del índice MSCI Global, que refleja el comportamiento de las acciones globales.
Si a principios de 2001 un inversor hubiese invertido 1.000 dólares en el MSCI Global Index y hubiese mantenido la inversión durante los siguientes 19 años, esos 1.000 dólares iniciales podría haber llegado a valer 3.071 dólares a finales de 2019. (Hay que tener en cuenta, por supuesto, que el rendimiento pasado no es garantía de futuros retornos).
Sin embargo, si hubiese intentado sincronizar la entrada y salida en el mercado durante ese período y se hubiese perdido los 30 mejores días del índice, podría haber llegado incluso a perder dinero. La misma inversión de 1.000 dólares ahora podría valer 845 o 2.226 dólares menos, no ajustada por el efecto de los impuestos o de la inflación.
A continuación, mostramos la rentabilidad anual que podría haber obtenido cada inversor en función de su comportamiento durante los últimos 19 años:
- Si hubiese permanecido invertido todo el tiempo, habría ganado un 6,1% anual.
- Si se hubiese perdido los 10 mejores días de este período, habría ganado un 2,9% por año.
- Si se hubiese perdido los 10 mejores días de este período, habría ganado 0,9% por año.
- Si se hubiese perdido los 10 mejores días de este período, habría ganado un -0,9% por año. Es decir, habría perdido dinero.
“Como muestran las cifras, hay una gran diferencia en los rendimientos anuales que podríamos haber llegado a obtener si hubiésemos permanecido invertidos todo el tiempo o nos hubiésemos perdido los 10 mejores días del período, lo que demuestra el efecto que pueden tener las emociones en nuestras decisiones de inversión”, afirman desde la gestora de activos británica.
Lo que una inversión de 1.000 dólares en 2001 podría valer ahora
Al observar los rendimientos durante largos períodos, los inversores también deben tener en cuenta que los mercados pueden ser volátiles, con muchas fluctuaciones hacia arriba y hacia abajo durante un mismo período de tiempo. En los últimos 19 años, por ejemplo, se han producido dos de los mayores colapsos del mercado de valores de la historia: el estallido de la burbuja de Internet, conocida como el colapso de las puntocom, en 2001, y su posterior recesión; y la crisis financiera global, que azotó los mercados entre 2007 y 2009.
The MSCI World: 2001-2019
Nick Kirrage, gestor de fondos value de Schroders asegura que “como inversores, a menudo nos dejamos llevar por las emociones a la hora de tomar decisiones de inversión: cuando los mercados se hunden, muchos inversores entran en pánico y venden; cuando las acciones han tenido un buen período, demasiados inversores deciden comprar. Durante los últimos 19 años hemos vivido momentos difíciles como el estallido de la burbuja de las puntocom o la crisis financiera de 2008 que han puesto a prueba nuestros nervios. Sin embargo, la ironía reside en que históricamente muchos de los mejores períodos del mercado de valores han tenido lugar después de algunos de los peores días de este período, por lo que tratar de predecir cómo acabará reaccionando el mercado puede salir muy caro“ . Para evitarlo, recomienda a los inversores “tener un plan que defina cuánto tiempo queremos permanecer invertidos en función de los objetivos que queramos lograr y no dejar que las emociones no controladas descarrilen nuestros planes”.