Tienen que ser los productos financieros los que se adapten a los clientes, no al revés
Por Ignacio Fuertes, socio y director de inversiones de Rentamarkets
En los últimos años hemos presenciado la explosión de las denominadas “soluciones de inversión”, en su mayoría cestas sencillas de 5-10 fondos de inversión orientadas a perfiles de riesgo que suelen categorizarse habitualmente bajo tres etiquetas: conservador, moderado o dinámico. Esto supone un nivel de sofisticación respecto a las técnicas comerciales de hace 10 o 15 años, pero al final lo que se ha conseguido es compartimentar a los inversores dentro de categorías demasiado simples y amplias.
En un mundo en el que las tecnologías han dado un salto exponencial, pensamos que es el deber de las entidades financieras hacer el mismo esfuerzo para ayudar a nuestros clientes a satisfacer sus propios objetivos financieros al tiempo que somos capaces de situarlos adecuadamente en su perfil de riesgo.
De hecho, nuestros clientes nos preguntan muchas veces cómo pueden saber si su cartera está ajustada a sus necesidades. Esto nos ha llevado a cuestionarnos por qué tienen los clientes que adaptarse a los productos que venden las entidades financieras, cuando debería ser al revés: ¿por qué meter a los clientes en una serie de compartimentos, cuando los mercados se están volviendo cada vez más difíciles de compartimentar? Nuestra respuesta a esta disyuntiva ha sido Versa, nuestro servicio de comparación y construcción de carteras personalizadas.
El riesgo es dinámico, la gestión también debería serlo
Uno de los grandes problemas con el que se encuentran los inversores actualmente es que su tolerancia al riesgo apenas ha variado, pero los fondos que tienen en cartera ya no reflejan con fidelidad esta tolerancia: porque se ha producido desde marzo de 2020 una rápida y brutal rotación de activos que ha alterado las correlaciones entre ellos; porque al aprobar nuevos estímulos monetarios los bancos centrales han añadido una dosis de distorsión todavía mayor en las valoraciones de ciertos activos; porque la propia pandemia de Covid-19 ha introducido una disrupción brutal en las dinámicas de los mercados, al romper las cadenas de suministro y generar los cuellos de botella en la producción y transporte que estamos viendo actualmente, o al alimentar el retorno de la inflación a tasas no vistas en los últimos 30 años. En resumidas cuentas, en el último año y medio hemos constatado que la probabilidad de que se materialice un escenario de riesgo extremo hoy es mucho más elevada que en el pasado.
Como resultado de todos estos cambios, se ha vuelto más que evidente que una cartera basada en el modelo clásico 60/40 que abanderó Markowitz se ha quedado más que obsoleta: solo durante el pasado mes de septiembre, quien tuviese una cartera de este estilo habría registrado su peor performance desde el mínimo histórico de la bolsa de 2020.
¿Están preparados los fondos de inversión para recoger con habilidad estos cambios? La respuesta a esta pregunta no es una verdad absoluta: sabemos que hay fondos de gestión activa que son capaces de batir a sus índices de referencia, pero también sabemos que hay muchos que no son capaces de conseguirlo de una forma consistente a lo largo del tiempo. Este matiz es importante, pues condiciona enormemente la construcción de una cartera de fondos que esté auténticamente diversificada.
Por tanto, si estamos en un mundo en el que los movimientos del mercado cada vez son más rápidos, bruscos y extremos, nuestro punto de vista es que los clientes necesitan tener a su disposición herramientas que les ayuden a sortear estos mercados y les ayuden a cumplir con sus objetivos financieros sin sacrificar su nivel de riesgo.
Nuestro deber como entidad financiera es desarrollar ese tipo de herramientas, además de seguir proporcionando el asesoramiento de nuestros expertos para acompañar a los inversores en el proceso. Para conseguirlo, hemos empleado nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el machine learning o el análisis de datos y las hemos integrado en Versa para hacer simple esta tarea que a priori parece complicada: rastrear un universo de los que creemos que son los mejores 50.000 fondos de inversión de todo el mundo y seleccionar aquellos que son más adecuados para los objetivos del cliente, desde la búsqueda de rentas hasta el control de la volatilidad o una mayor sostenibilidad. El proceso es totalmente digital, para poder hacerlo desde la comodidad de casa, pero si se necesita ayuda nuestros expertos también están disponibles para acompañar durante todo el proceso y monitorizar la cartera resultante.
Al final, se trata de poner a disposición del cliente la mejor tecnología, con los mejores gestores, para conseguir la mejor inversión. Se trata de hacer fácil lo difícil, y podemos demostrar que no sólo es posible, sino que además funciona. Se ha acabado que el cliente se tenga que adaptar a la oferta disponible: con Versa, cada cartera es única, como lo somos cada uno de nosotros.