¿Puede continuar la hegemonía del dólar?
Paul Lambert, director de divisas en Insight Investment, parte de BNY Mellon, considera que “la fortaleza del dólar y la debilidad de las divisas de mercados emergentes han sido dos caras de una misma moneda en 2015. El índice DXY del dólar ha subido un 7%, mientras que las divisas emergentes –desde el real brasileño y el peso colombiano a la lira turca y el rand sudafricano– se han depreciado un 20% o más. El índice de divisas de mercados emergentes de JP Morgan ha retrocedido un 12,7% en lo que va de año. Esta evolución obedece a varios motivos. Países como Brasil, Colombia y Rusia están muy expuestos a los precios de las materias primas, y en especial a los del petróleo, que se han desplomado más de un 50% desde el verano. Por su parte, Turquía se enfrenta a una crisis regional y a incertidumbre política a nivel nacional. No obstante, el factor de une a todos estos mercados son las salidas de capital inversor de los mercados emergentes: los inversores internacionales se están deshaciendo de sus activos emergentes”.
En su opinión, “la apreciación del dólar ha actuado como válvula de escape, al permitir a las divisas de estos mercados depreciarse como medio para restaurar su competitividad. Sin embargo, las autoridades de estos países no pueden permitir que un ajuste sensato de los tipos de interés se convierta en una desbandada. El hecho de que los inversores extranjeros vendan activos emergentes es gestionable, especialmente cuando dichos activos están denominados en divisa local; sin embargo, la huida de capital doméstico tiene consecuencias mucho más graves. Esta es la delicada fase en la que se hallan actualmente las divisas. El factor capaz de inclinar la balanza podría ser China. En su punto álgido de 2014, las reservas chinas alcanzaron los 4 billones de dólares, y es poco probable que reconquisten cotas tan elevadas. El gigante asiático se ha gastado más de 500.000 millones interviniendo en los mercados para proteger al renminbi en los últimos doce meses, y en cierta medida, su devaluación unilateral en agosto era inevitable”.