ODDO BHF: ¿Vuelo rasante o pérdida de altitud?

La gestora ODDO BHF, cuyo consejero delegado global es Nicolas Chaput, ha realizado una análisis de la evolución de los mercados y presenta su estrategia de inversión para la parte final de 2023:
Aunque la temporada estival en Europa estuvo marcada por un clima extremo, los mercados de capitales lograron evitar grandes turbulencias durante el verano. En claro contraste con el año anterior, cuando los inversores no acertaron con casi nada, este año resultó más fácil obtener beneficios. Pero hubo grandes diferencias. La deuda pública sin riesgo se estancó, con los rendimientos por debajo del 1%. Los bonos corporativos, tanto investment grade como high yield, ofrecieron rentabilidades algo mejores, de entre el 2% y el 6%. Estos resultados se vieron eclipsados por la elevada rentabilidad de los valores tecnológicos estadounidenses, aunque la subida estuvo propiciada por un pequeño número de valores, los «Siete Magníficos», que supusieron gran parte de las ganancias del S&P 500. Más recientemente, los resultados trimestrales de Nvidia, superiores a las expectativas de la mayoría de los analistas, prolongaron el auge de las tecnológicas, que estaba perdiendo fuerza. Para muchos inversores en Europa, parecen noticias de otro planeta, como demuestra el capital entrante en los fondos: con la economía prácticamente sin crecimiento, han aprovechado los altos tipos de interés para mover dinero de cuentas a un día a fondos del mercado monetario o bonos a corto plazo. Ahora afrontan la cuestión de si los mercados pueden mantener su nivel o están a punto de iniciar un descenso.
Sin cambios en la agenda: tipos de interés, IA, economía
De vuelta al trabajo, los inversores se enfrentaron prácticamente las mismas cuestiones que a principios de verano: la evolución de la inflación y la política monetaria, el impacto de la IA y la debilidad de la economía, sobre todo en Europa y China. ¿Y ahora qué va a pasar? Con los tipos reales a largo plazo en máximos históricos y la ralentización del crecimiento nominal, el final del ciclo de subidas está a la vista. Esto debería propiciar un impulso para la deuda pública de alta calidad, que normalmente tocan techo antes de la última subida de tipos de un ciclo. Por tanto, existe la posibilidad de que aumenten los precios a medida que los rendimientos empiecen a caer. Los diferenciales del high yield ya se han reducido, pero aún están lejos de los mínimos históricos de 2007. Con unas tasas de impago esperadas del 4,3% de Moody’s para los próximos doce meses y unas calificaciones medias más altas en el mercado high yield, las rentabilidades ajustadas al riesgo siguen siendo atractivas, especialmente en las emisiones a corto plazo. En cambio, las valoraciones de las acciones ofrecen poco potencial alcista a corto y medio plazo. Con el descenso de los márgenes de beneficios corporativos y los riesgos económicos a la baja crecientes en Europa y EE. UU., las inversiones en renta variable deberían hacerse de forma selectiva. A pesar de los posibles reveses inmediatos, la IA sigue siendo un tema fundamental a largo plazo, ya que la penetración de las aplicaciones que mejoran la productividad en el mundo empresarial se encuentra aún en sus primeros compases. El sector del lujo también ofrece oportunidades para los inversores de calidad, dado el poder de fijación de precios de las grandes marcas y las elevadas barreras de entrada, por lo que constituye más un tema que un sector.
Activos privados: oportunidades en un entorno difícil
Hablemos ahora sobre el mercado de activos privados, donde el rápido aumento de los tipos de interés se está dejando notar con retraso y algunas valoraciones todavía tienen que ponerse al día con la realidad. Con el descenso del volumen de transacciones desde hace cuatro trimestres, los fondos tienen más dificultades para invertir el capital que han captado. Cuando se realizan transacciones, a menudo son empresas de calidad que pueden alcanzar precios más elevados tanto en los buenos como en los malos tiempos. Vale la pena que los inversores presten atención a las diferencias de rentabilidad entre los distintos gestores, pues es justamente en épocas de recesión cuando pueden obtenerse mejores rentabilidades. Las diferencias de rendimiento entre estrategias se reducirán en los próximos años y las rentabilidades serán más bajas, salvo en el caso de la deuda privada, que se beneficiará de unos tipos de interés más altos. Muchos inversores desean aumentar su liquidez, por lo que el mercado secundario ofrece actualmente oportunidades interesantes, además de la deuda privada. En general, los inversores deberían seguir invirtiendo de forma ampliamente diversificada en distintos gestores y estrategias.
Nuestras recomendaciones
Con vistas a los próximos meses, en general preferimos la renta fija a la renta variable. Vemos oportunidades en las siguientes ideas de inversión:
- Los bonos high yield a corto plazo son nuestros favoritos: un carry atractivo puede compensar el improbable hecho de que los diferenciales sigan reduciéndose a corto plazo.
- Bonos investment grade: los mayores rendimientos siguen ofreciendo un atractivo perfil de riesgo y remuneración, con un riesgo relativamente bajo.
- Acciones defensivas europeas: dada la actual debilidad económica en Europa, recomendamos rotar hacia sectores defensivos como el de la salud y evitar los sectores muy cíclicos.
- Las empresas japonesas se están beneficiando de la debilidad del yen este año, debido a unos tipos de interés más bajos que en otras economías. Esto podría propiciar un impulso económico positivo y hacer que el país vuelva a resultar atractivo para los inversores financieros.
- Aunque China tendrá que superar primero su debilidad económica, provocada en parte por la crisis inmobiliaria, la renta variable de otros mercados emergentes presentan ya descuentos interesantes.
- Antes de que recomendáramos asumir más riesgo, la inflación debería tocar techo y el fin del endurecimiento monetario tendría que estar a la vista. Como aspecto positivo, de momento hay pocos indicios de que la inflación se esté afianzando mediante subidas salariales. Otro estímulo será que los principales indicadores económicos y las revisiones de beneficios toquen fondo. En este sentido, EE. UU. y los mercados emergentes van por delante de Europa y China. Independientemente de que veamos el deseado aterrizaje suave o debamos soportar un rebote más duro, quienes inviertan en calidad podrán sortear las fases más inestables.