Oddo analiza el impacto de las normativas contra la inflación en el impulso de las tecnologías verdes
Por Nicolas Jacob, gestor del fondo Oddo BHF Green Planet
En primera instancia, la Ley de Reducción de la Inflación, junto con las actuales medidas contra el cambio climático en EE.UU., podrína permitir una reducción de alrededor del 40% de las emisiones de CO2 durante el periodo 2005-2030. De esta forma, los principales sectores que recibirán apoyo para alcanzar este objetivo son la energía, el transporte y la construcción.
Por un lado, el principal apoyo a las energías limpias se materializará en forma de créditos fiscales a la inversión (ITC) y créditos fiscales a la producción (PTC) por valor de unos 160.000 millones de dólares. Los créditos fiscales existentes para la energía solar y eólica se prorrogarán hasta 2025 y se introducirán otros nuevos para todas las tecnologías de generación de energía con bajas emisiones de carbono entre 2025 y 2032 (solar, eólica, nuclear, hidrógeno, almacenamiento de energía).
Por su parte, para el sector del transporte se destinarán aproximadamente 36.000 millones de dólares, incluyendo 12.000 millones en créditos fiscales para la adquisición por parte de particulares de vehículos eléctricos (crédito fiscal de 7.500 dólares para un vehículo nuevo y 4.000 dólares para un vehículo usado). El resto de la dotación se dedicará a inversiones en transporte pesado, en infraestructuras portuarias (equipos de cero emisiones), en la flota de vehículos de los funcionarios federales y en el apoyo al desarrollo de parafina verde para la aviación.
En cuanto al sector de la construcción, se introducirá un apoyo a la compra de bombas de calor mediante una reducción del 50% del coste de los equipos para los hogares de renta media, y hasta la cobertura total para los hogares de renta más baja. La bonificación fiscal por eficiencia energética se ampliará en 10 años y también se introducirán incentivos fiscales para los edificios comerciales.
También cabe destacar que parte de la cuantía asignada estará condicionada al desarrollo de las cadenas de suministro nacionales (solar, eólica, baterías), prestando especial atención a los proveedores.
En general, esta ley debería aportar una nueva dimensión en términos de crecimiento futuro para los sectores mencionados en Estados Unidos (energías renovables, vehículos eléctricos, redes eléctricas, bombas de calor) y, sobre todo, proporcionar a las empresas una visibilidad a medio plazo.