Natixis IM advierte que «es pronto para concluir que se ha alcanzado el pico de inflación»
Por Mabrouk Chetouane, responsable de Estrategia Global; y Nicolas Malagardis, estratega. Natixis IM Solutions
Las perspectivas de crecimiento para 2023 se reducen de nuevo, ya que la persistente inflación y el endurecimiento de las condiciones financieras pesarán sobre los ingresos de los hogares y las empresas. Por eso, se espera que todas las economías, desarrolladas y emergentes, sigan desacelerándose en 2023 y se anticipa que el ritmo de esta desaceleración sea más pronunciado para las economías avanzadas. El crecimiento del PIB en las economías avanzadas podría reducirse a la mitad el próximo año, pasando del 1,8% a menos del 1% en 2023. En este momento, esperamos que la desaceleración de los países emergentes sea menos grave que la prevista para los desarrollados. Sin embargo, esta proyección está sujeta a importantes riesgos a la baja. La economía china sigue deteriorándose y la ralentización del comercio mundial afectará necesariamente a economías como la India y Brasil.
EE.UU.
La demanda interna se ha mantenido a pesar de que la inflación da pocas señales de disminuir y de que las condiciones monetarias se han endurecido considerablemente. Aunque se ha ralentizado, el consumo de los hogares ha seguido contribuyendo positivamente al crecimiento; los hogares estadounidenses siguen recurriendo al exceso de ahorro acumulado durante los cierres y a las fuentes de crédito. La sorpresa positiva vino de la mano de la inversión productiva, que aumentó en el tercer trimestre de 2022, mientras que la inversión en vivienda cayó bruscamente. El crecimiento de EE UU se está ralentizando, pero sigue siendo sólido. Aunque se espera que esta tendencia continúe en el próximo trimestre, la economía estadounidense sigue evitando una recesión. La recesión llegaría en 2023.
Eurozona
La actividad de la eurozona se ralentizó en el tercer trimestre, después de un fuerte segundo trimestre. La ralentización de la actividad es atribuible a la clara desaceleración de las economías española e italiana, que vieron descender significativamente sus tasas de crecimiento (+0,2% tras +1,3% en España y +0,5% tras +1,1% en Italia). El crecimiento francés también se debilitó (+0,2% tras +0,5% en el 2T22), mientras que Alemania registró un ligero repunte del crecimiento (+0,3% en el 3T22 tras 0,1%). Las primeras encuestas de actividad indican un descenso continuado de la actividad para el inicio del 4T.22. Las encuestas del PMI están disminuyendo en todos los países europeos, mostrando incluso varios sectores en contracción. La encuesta de clima empresarial de la Comisión Europea también muestra un debilitamiento significativo del impulso empresarial.
La actividad alemana sigue siendo floja, penalizada por un sector manufacturero que sigue sufriendo tanto la escasez de energía barata como la débil demanda china. Las importaciones chinas se estancaron por segundo mes consecutivo en términos interanuales. El índice IFO sigue señalando una fuerte desaceleración de la economía alemana que podría llevar el crecimiento del PIB a territorio negativo el próximo trimestre. La relación de intercambio de la eurozona (deflactor de las exportaciones dividido por el deflactor de las importaciones) se ha deteriorado considerablemente, lo que indica un visible deterioro de la competitividad de la región. Es probable que las economías exportadoras, como Alemania e Italia, se vean afectadas por esta nueva situación económica.
Inflación zona euro
Las cifras preliminares de inflación de octubre muestran un aumento de la inflación en todos los países de la zona euro. Salvo en el caso de España, la inflación interanual del IPCA no muestra indicios de remitir en un contexto de ya fuertes presiones sobre los precios. A pesar de la calma en los precios del gas y la electricidad, provocada por una fuerte reducción de la demanda a raíz de las condiciones climáticas más cálidas y de la plenitud de las reservas de gas, todavía es demasiado pronto para concluir que se ha alcanzado el pico de inflación. Los precios al consumo en muchos sectores siguen subiendo, lo que alimenta los efectos inflacionistas y hace temer el desencadenamiento de una espiral de precios y salarios. Estos efectos autosostenidos distorsionarían las expectativas de inflación.
Los riesgos de una espiral de precios salariales deben considerarse en el contexto de una inflación subyacente persistente. El BCE elabora varias medidas alternativas de la inflación, incluido un índice «super subyacente». Una comparación entre el índice subyacente y el super subyacente muestra que este último indicador ha crecido más rápido que el primero durante el último periodo. La inflación se ha extendido por toda la economía, lo que complicará su descenso debido a que estos componentes presentan una mayor rigidez.
Además, la falta de aumento de la productividad en la zona euro también está contribuyendo a mantener la presión al alza sobre los precios y a reducir la capacidad de crecimiento de la economía (…) El desfase del BCE con la Fed, la persistencia de la inflación en la zona euro y la defensa de la moneda son argumentos a favor de seguir subiendo los tipos.
Natixis IM anticipa que la inflación cerrará en el 8,2% en 2022 en la eurozona y se situará en el 4,4% en 2023.