Minyue Liu (BNP Paribas AM): Todo cambia en China, es el turno del consumo
Las autoridades chinas están tirando de todos los resortes para reactivar el crecimiento económico en 2023. Minyue Liu, especialista de inversión en renta variable de China continental y Asia/mercados emergentes globales (MEG), describe las consecuencias positivas que esto tiene para los mercados de renta variable en 2023.
¿Cómo cree que afectará a los mercados el abandono de las políticas chinas de cero tolerancia al covid?
La renta variable china y asiática se resintió en 2022 (véase gráfico 1), lo que podría explicarse por:
- Las draconianas políticas chinas de cero tolerancia al covid.
- Las medidas de represión que aplicaron las autoridades chinas a las promotoras inmobiliarias y al sector tecnológico. Todo ello, unido a las tensiones geopolíticas, resultó muy perjudicial. Los malos resultados registrados por la renta variable de mercados emergentes con respecto a los mercados desarrollados en 2022 se atribuyeron en gran medida a China. Por la misma razón, el rendimiento superior registrado a principios de 2023 reflejó la mejora de las perspectivas de la economía china.
En 2023, ante la esperanza de que la Reserva Federal de Estados Unidos se estuviera acercando ya al fin del ciclo de endurecimiento monetario, la presión sobre los mercados derivada del aumento de los tipos oficiales está menguando. En concreto, el dólar se ha depreciado, lo que alivia las presiones inflacionistas y el malestar de los deudores de mercados emergentes en dólares.
China arrancó el 2023 con fuerza, impulsada por la reapertura de su economía, pero al principio temíamos que pudiera revocarla si los contagios escalaban sin control. Aunque es difícil obtener datos fiables sobre las tasas de contagio, ahora estamos convencidos de que China ha apostado fuerte por la reapertura. No hay marcha atrás y eso cambia drásticamente el panorama, que es especialmente propicio para los sectores de servicios y de consumo. La reactivación del turismo de China será una importante ventaja este año, y los viajes al extranjero se reanudarán, lo que debería beneficiar sobre todo a Hong Kong, Tailandia y Singapur. La velocidad con que se ha abandonado la política de cero tolerancia al covid probablemente anticipe entre 6 y 9 meses la reanudación de los patrones de viaje anteriores hasta el cuarto trimestre de 2023.
Todo está cambiando
Todos los factores que el año pasado dificultaban el crecimiento de la economía china resultan ahora favorables. El abandono de la política de cero tolerancia al covid es primordial, pero debería entenderse en el marco de un cambio político más amplio que surgió cuando el Partido Comunista, en la Conferencia Central de Trabajo Económico del pasado diciembre, reafirmó que su «máxima prioridad» era lograr un rápido crecimiento económico.
Así pues, no solo se ha abandonado dicha política, sino que también están eliminándose las medidas impuestas sobre el sector tecnológico y las promotoras inmobiliarias. Por último, pero no por ello menos importante, China y Estados Unidos se están esforzando por mejorar sus relaciones (véase la reunión del presidente Biden con su homólogo Xi Jinping en Bali en noviembre y el acuerdo que alcanzaron para reanudar el diálogo de alto nivel en áreas sensibles), si bien el reciente derribo de un globo espía podría ralentizar (temporalmente) el avance.
La reactivación del crecimiento, una prioridad
El crecimiento anual del PIB el año pasado, situado en el 3%, fue modesto, aunque la inversión en activos fijos mantuvo su solidez. Creemos que el consumo y la inversión en infraestructuras serán los motores del crecimiento de aquí en adelante. La reactivación del crecimiento y el empleo es un objetivo prioritario para Pekín en 2023, tras el giro político a favor de las empresas de propiedad privada y la economía de plataformas. El sector manufacturero ha vuelto a captar interés con la política de doble circulación de China y la nueva estrategia de reformas de Pekín, que favorecen la innovación en tecnología, la transición energética, la actividad manufacturera de alto valor añadido y la producción de tecnología dura (al tiempo que apuesta por la sustitución de las importaciones y la autosuficiencia tecnológica) frente a la fabricación tradicional.
Una política monetaria de orientación más expansiva y las ayudas fiscales podrían dar lugar a oportunidades que nos permitan seleccionar empresas con fundamentales sólidos y perspectivas de crecimiento a largo plazo a precios más razonables.
En nuestra opinión, la recuperación de los datos macroeconómicos podría llevar entre uno y dos meses más, a medida que la población de China va alcanzando la inmunidad de rebaño contra el covid y se logra la plena movilidad laboral y social. Partiendo de esta base, no creemos que los beneficios empresariales se recuperen hasta el segundo semestre de 2023.
Nuestra expectativa es que las valoraciones sufrirán fuertes altibajos, caracterizados por distintos movimientos de mercado en forma de «W» con una tendencia alcista gradual, en lugar de un fuerte rebote sostenido en forma de «V».
El sector inmobiliario ha sido motivo de preocupación. ¿Cuál es la situación actual?
El sector inmobiliario chino supone otro reto para China, ya que ha experimentado una brusca contracción desde 2021. Ahora el gobierno central está movilizando los recursos de los bancos públicos, las empresas estatales y administraciones públicas locales para reactivar los proyectos suspendidos y aliviar la escasez de financiación de las promotoras. Un dato crucial es la contundente respuesta política que viene dando Pekín a este problema desde noviembre de 2022, anticipándose a la curva, lo que emite señales positivas al mercado sobre la oferta. Las restricciones al endeudamiento que se impusieron a las promotoras se están relajando para apoyar al sector, suavizando la política de las «tres líneas rojas» (esta política, revelada en agosto de 2020, pretendía frenar el endeudamiento desenfrenado de las promotoras inmobiliarias restringiendo la cantidad de deuda nueva que podían captar cada año).
En nuestra opinión, el apoyo centralizado podría ayudar a restaurar la confianza del mercado a través de nuevas medidas políticas destinadas a reforzar la demanda.
¿Cuáles son sus perspectivas a largo plazo?
Somos estructuralmente optimistas sobre la renta variable china y asiática de medio a largo plazo.
A lo largo de 2023, tanto el sector empresarial chino como la economía del país se beneficiarán de un bajo efecto de base. A pesar del repunte reciente, las valoraciones de la renta variable china se han mantenido en niveles razonables con respecto a los niveles históricos y otros mercados. Aunque las perspectivas de crecimiento han mejorado, el repunte que hemos visto de momento ha venido inducido principalmente por la confianza de los inversores y la revisión de los múltiplos. El crecimiento de beneficios de las empresas (por la recuperación de los fundamentales y las revisiones al alza de las ganancias) debería traducirse predominantemente en nuevas subidas de los índices bursátiles. Esto podría tardar otros 1 o 2 trimestres hasta que el efecto positivo de la mayor demanda subyacente y los mejores datos macroeconómicos se refleje en los beneficios.
El profundo cambio del panorama en China repercute favorablemente en los mercados de activos asiáticos en general. Las perspectivas son alentadoras para los exportadores de materias primas, gracias al aumento de la demanda en China. Esto beneficiará sobre todo a los mercados emergentes globales con dotaciones de energía o materiales.
Las reservas de ahorro acumuladas en los últimos dos o tres años proceden principalmente del ahorro personal y no de transferencias fiscales relevantes (como hemos visto en algunos países de mercados desarrollados). Por lo tanto, los consumidores chinos, en nuestra opinión, tenderán a ser más cautos antes de embarcarse en un frenesí de gastos en 2023.
Es probable que el impacto inflacionista indirecto de China en la región sea modesto, ya que la recuperación de la demanda china será moderada, a nuestro juicio. Por otro lado, la demanda acumulada podría afectar a los servicios y al consumo interno más que a los productos comercializables; por eso no prevemos un brusco encarecimiento de los bienes. Dada la fuerte recuperación de la oferta y de la producción industrial, combinada con la modesta recuperación de la demanda general, las presiones inflacionistas de China deberían seguir siendo gestionables en los próximos años.
Nuestro equipo de renta variable china prefiere centrarse en empresas orientadas al mercado nacional y en aquellas que tienen visos de beneficiarse de las decisiones políticas. En vista de las revisiones de la política oficial, somos optimistas sobre las perspectivas de las empresas de crecimiento que operan en el mercado chino. En nuestra opinión, los mercados de renta variable china se regirán cada vez más por factores estructurales que por factores cíclicos. Identificamos oportunidades de inversión a largo plazo en sectores que vemos bien posicionados para beneficiarse de los cambios estructurales, a saber:
1) Tecnología e innovación verde;
2) Mejora del consumo;
3) Consolidación sectorial.
Estas son las tendencias que guían nuestra estrategia a largo plazo.