Mapfre recomienda el asesoramiento financiero para combatir el comportamiento gregario del inversor
El comportamiento gregario es uno de los sesgos más comunes entre los inversores debido al ‘fear of missing out’ (FOMO), que hace que estos tomen decisiones que «pueden no favorecerles solo por el hecho de que otros lo están haciendo».
Es una advertencia que hace Mapfre dentro su labor de educación financiera a través del Psicología financiera: cómo afectan emociones a decisiones financieras. El punto de partida es que “nuestro estado de ánimo puede afectar más de lo que pensamos en nuestras decisiones financieras”. Esto explica que las personas “no siempre realizan elecciones de una manera racional”. Obviamente, tampoco en las decisiones de inversión.
“Cuanto mayor es el componente emocional de una decisión, como puede ser en situaciones de inestabilidad y nerviosismo como la actual, mayor es la probabilidad de que caigamos en estos errores a la hora de analizar la realidad y tomar decisiones”, argumentan en la aseguradora.
El comportamiento gregario “ocurre cuando invertimos siguiendo lo que hacen otras personas, en lugar de tomar nuestras propias decisiones de inversión”. “Por ejemplo, si nuestros familiares o nuestros amigos están invirtiendo en acciones, es posible que nosotros nos dejemos influenciar y empecemos a invertir en esos mismos productos, pese a que sea arriesgado”, añade el análisis de la aseguradora, en el que ha participado Luis García, gestor de Mapfre AM.
“En este sesgo también interviene el ‘miedo a perderme algo’, y esto pasa cuando no queremos quedarnos al margen de una posible ganancia que pueda tener algún conocido. De esta manera, nos comprometemos en decisiones que pueden no favorecernos solo por el hecho de que otros lo están haciendo. En este sentido, se recomienda tomar decisiones de forma independiente y dejándonos aconsejar siempre por parte de profesionales.
No obstante, el análisis de Mapfre advierte de otro sesgo más común que el comportamiento gregario: la aversión a las pérdidas por encima de la búsqueda de ganancias. “Este sesgo provoca que las personas valoren más evitar pérdidas que buscar ganancias, lo que implica que se evite tomar pequeños riesgos, aunque estos puedan valer la pena. Por ejemplo, en un contexto de inflación, podría ser cuando las personas prefieren ahorrar el dinero en lugar de invertirlo”.
Las lecciones de la Economía del Comportamiento
La Economía del Comportamiento o la Psicología Financiera demuestran que “existen mecanismos inconscientes que están presentes en nuestra relación con el dinero, y que nuestros rasgos de personalidad también influyen a nuestras finanzas personales. por eso mismo, podemos encontrar a personas más derrochadoras u otras más ahorradoras”.
“Nuestras emociones actúan en nuestro organismo generando estímulos positivos o negativos que nos impulsarán a incrementar o disminuir nuestra capacidad de asumir riesgos. Emociones como la confianza, el miedo o la alegría son determinantes en la toma de decisiones de inversión. Por otro lado, nuestros patrones de pensamiento se construyen sobre la base de un conjunto de creencias, conocimientos y experiencias. Por tanto, nuestro comportamiento siempre será el resultado de la unión de pensamiento y emoción”.
Mapfre ofrece varios consejos para evitar “convertirnos en nuestro peor enemigo financiero”:
- Gestionemos nuestras emociones: al hacerlo evitamos el descontrol que nos puede llevar a tomar malas decisiones financieras o incluso a perder dinero.
- No nos confiemos en exceso: es un consejo importante a la hora de invertir porque si no lo tenemos en cuenta podemos llegar a rendimientos más bajos de lo que esperábamos.
- Debemos focalizarnos en lo que puede llegar: aunque hayamos podido tener alguna pérdida, es mejor dejar ir y centrarnos en algo nuevo que prometa.
- Evitemos hacer lo mismo una y otra vez esperando un resultado diferente: es primordial a la hora de invertir buscar a expertos y dejarnos asesorar. Revisemos la situación y hagamos algo que realmente implique un cambio.
- Aceptemos y dejemos ir: es importante recordar que los pensamientos y las emociones están presentes en nuestro día a día, podemos dejar que fluyan, pero siendo asertivos. Es muy probable que a lo largo de nuestra vida afrontemos malas decisiones financieras, debemos aceptarlas y seguir adelante tomando nuevas decisiones. Aunque a priori podamos tener miedo, si nos dejamos aconsejar por profesionales podremos tomar decisiones más informadas.
“Lo importante es estar informado y ser plenamente consciente de las decisiones que estamos tomando y que, en el caso de necesitar ayuda, no tengamos miedo a pedirla. Los profesionales están para eso, para ayudarnos a tomar decisiones más acertadas”, insisten en la aseguradora.
El ejemplo de Mapfre AM Behaviorial Fund
Luis García pone el ejemplo de Mapfre AM Behavioral Fund, un fondo de Bolsa europea que, precisamente, trata de estudiar la psicología de los inversores para tomar decisiones de inversión más racionales. Para ello, intenta encontrar situaciones en las que el mercado pueda estar comportándose de manera irracional y, por tanto, asignando de manera equivocada precios a los distintos activos. En estos entornos, más comunes en el corto plazo, se hace posible encontrar acciones infravaloradas por otros inversores.
Por otro lado, además de mirar hacia el mercado, también “estudiamos nuestro propio proceso de análisis e intentamos reducir la probabilidad de caer en las trampas de nuestro cerebro”, subraya el gestor de Mapfre AM.