Los millennials, los que más han apostado por el asesoramiento financiero durante la crisis
El Covid-19 ha generado una creciente divergencia en las expectativas de rentabilidad pospandemia a largo plazo entre inversores y profesionales financieros, según una encuesta global llevada a cabo por Natixis Investment Managers entre 8.550 inversores particulares. El sondeo, realizado entre inversores con un patrimonio de inversión superior a los 100.000 USD, reveló que una elevada proporción es optimista debido a las rentabilidades de dos dígitos cosechadas en 2020, por lo que en 2021 espera obtener un rendimiento anual de un 13% por encima de la inflación. Con todo, los profesionales financieros globales prevén un porcentaje mucho más conservador del 5,3% por encima de la inflación para este año.
Debido a ello, la brecha en las expectativas globales a largo plazo se sitúa ahora en el 174%, esto es, 53 puntos porcentuales por encima de la de 2020. En el caso de España, esta cifra aumenta hasta el 189%, ya que los inversores anticipan una rentabilidad del 14,5% por encima de la inflación, frente a la predicción de los profesionales financieros globales del 5,3%. Este porcentaje supera claramente las rentabilidades previstas a largo plazo en países como Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Suiza y Reino Unido, lo que sitúa a los españoles en lo alto de la clasificación europea de optimismo inversor a largo plazo, superados únicamente por los suecos (15,4%).
Las expectativas, desligadas de los temores financieros
A fin de obtener rentabilidades más elevadas, los inversores se muestran más dispuestos a asumir riesgos. Así, más de la mitad (53%) de los inversores en Europa afirman sentirse cómodos contrayendo riesgos para generar rendimientos superiores. Cerca de siete de cada diez (66%) entiende que las fluctuaciones de mercado de un 10% al alza o a la baja son normales, mientras que un porcentaje similar (64%) estima que la volatilidad crea oportunidades para incrementar su patrimonio.
No obstante, tres cuartas partes (76%) de los inversores en Europa indica que también prefieren seguridad a rentabilidad de las inversiones y más de la mitad (52%) considera que la volatilidad merma sus ahorros y menoscaba sus objetivos de inversión. Esto podría explicar por qué, pese a las oportunidades potenciales, la volatilidad figura como uno de los riesgos que más preocupan (32%), junto a una lenta recuperación de la economía (36%) y unos tipos de interés reducidos (31%). No en vano, la volatilidad del mercado es lo que más inquieta a los inversores españoles (41,5%), seguido de una recuperación lenta (34,8%). Las posibles subidas de impuestos son la tercera preocupación de los españoles (29%), mientras que la inflación (28%) y los bajos tipos de interés (24,8%) completan la lista.
Sophie del Campo, directora general de Iberia, Latinoamérica y Estados Unidos Offshore en Natixis Investment Managers, comentó lo siguiente: “El actual sentimiento del mercado indica que los inversores esperan que la revitalización de las economías permita que la ‘nueva normalidad’ compense de forma equiparable los desafíos vividos en el año pasado. Aunque los inversores albergan grandes expectativas sobre el panorama inversor poscovid, nuestra encuesta evidencia un deseo permanente de anteponer la seguridad a la rentabilidad de las inversiones, y la preocupación fundamental que plantea la volatilidad podría poner a prueba el temple de los inversores de producirse alguna turbulencia en los mercados. Asimismo, estos resultados reflejan el perfil conservador que predomina entre los inversores españoles. De hecho, para un 27,8% de los encuestados en este país, el riesgo se define principalmente como ‘exponer a los activos a esta volatilidad’, mientras que solo un 7,5% consideran el riesgo como ‘dejar escapar posibles rentabilidades de inversión’, lo que constituye uno de los resultados más bajos en toda la muestra”.
Europa: Los inversores definen cómo ha sido su experiencia con el Covid
Los ciudadanos de Europa se vieron menos afectados por la pandemia que los de otras regiones, ya que seis de cada diez indicaron no haber sufrido impacto alguno por la covid-19. En términos regionales, comunicaron unas tasas de contagio del 7% a nivel personal y del 10% en la esfera de sus hogares, con un impacto financiero moderado a causa de la pandemia.
La combinación de la actuación rápida de los responsables políticos y el elevado nivel de renta del grupo encuestado propició que tan solo un 7% de los inversores perdiera su empleo o tuviera que cerrar su negocio durante parte del año, y que menos de uno de cada cinco (19%) perdiera ingresos en sus hogares. Las perspectivas financieras también se vieron impulsadas por una rentabilidad media de las inversiones del 11,2% por encima de la inflación. En consecuencia, tan solo un 11% de los europeos cree haber sufrido un retroceso notable en términos de seguridad financiera durante la pandemia, lo que supone el porcentaje más bajo de todas las regiones.
No obstante, la situación en España fue algo peor. En lo referente a la protección del empleo, su comportamiento fue similar al del resto de Europa, ya que solo un 7,8% de los encuestados dijo haber perdido su empleo o cerrado su negocio al menos de forma temporal durante una parte del año. Sin embargo, las pérdidas de ingresos ascendieron al 26,3%, cifra superior a la media global y muy por encima de la situación en países como Francia, Alemania, Italia o Reino Unido. Así, un 13% de las personas sondeadas sufrió un retroceso notable en términos de seguridad financiera, nuevamente por encima de los resultados del resto de países europeos.
Pero, en general, el sentimiento en Europa es más positivo que en Asia y América Latina. Seis de cada diez inversores afirman sentirse seguros sobre sus finanzas, en vez de estresados y, en conjunto, dos tercios se manifiestan confiados sobre su seguridad financiera, sobre todo en Alemania (74%), Países Bajos (78%), Suiza (70%) y Reino Unido (71%). También aquí, la situación en España es muy diferente, hasta el punto de que la mayoría de los participantes afirmaron sentirse más estresados (52,5%) que confiados (47,5%) en lo que respecta a su seguridad financiera durante la pandemia.
Lecciones sobre finanzas personales e inversión
Más allá de los riesgos que les preocupan, los inversores también comparten una amplia gama de temores financieros. Cuando les pedimos que confesaran sus mayores temores, los encuestados en Europa señalaron mayoritariamente (30%) tener que afrontar un gasto inesperado de gran cuantía. Aunque esta clase de sorpresas ya era lo que más preocupaba a los inversores en 2019, la situación actual ha reavivado los temores financieros de muchas personas. En el caso de España, el principal temor eran los impuestos (33,3%), un aspecto en el que existe unanimidad en los distintos países. Se trata también de un temor muy señalado en Francia (45,5%), mientras que en Alemania fue un aspecto indicado por el 21,3% de los encuestados. El miedo a un gran gasto inesperado es también muy alto (32,5%) en España, en línea con otros mercados. Sin embargo, destaca el miedo a la seguridad laboral, indicado por el 32,3% de los encuestados, muy por encima de sus homólogos europeos.
Si bien la encuesta puso de manifiesto los distintos temores de los inversores, la pandemia global les ha ayudado a trazar un plan de acción para estar mejor preparados de cara a la próxima crisis. Preguntados sobre lo que han aprendido con la pandemia, la mayoría apunta que a abordar cuestiones financieras personales clave. Casi dos de cada cinco (39%) señala que han aprendido lo importante que es mantener los gastos bajo control, mientras que una cifra del 23% afirma haber descubierto la importancia de evitar tomar decisiones de inversión presa de las emociones y de disponer de una cuenta de ahorros para emergencias (20%). Los inversores españoles también han aprendido bien estas lecciones, y más de la mitad de ellos señalaron la importancia de controlar el gasto como uno de los aprendizajes extraídos de esta pandemia.
Luz sobre los hábitos de inversión globales
Habida cuenta de los elevados niveles de rentabilidad conseguidos por los inversores en 2020, un 50% de las personas sondeadas no efectuó cambio alguno en sus carteras de inversión como consecuencia del Covid-19.
Los millennials fueron el grupo más propenso a realizar ajustes, ya que un 74% de los encuestados introdujo ciertas variaciones en sus carteras de inversión. Este grupo demográfico fue más proclive a elevar sus inversiones como consecuencia de la pandemia (23% frente al 19% global), a aumentar su actividad negociadora online (32% frente al 23% global) y a incrementar su actividad negociadora a través de su asesor (24% frente al 18% global). Pese a haber aumentado sus operaciones de trading, menos del 10% (9%) a escala global afirmó haber abierto cuentas de margen que pudieran financiar esta operativa.
Aunque los millennials fueron los más dispuestos a incrementar sus inversiones y su actividad negociadora, también fueron los más propensos a retirar fondos de cuentas de ahorro e inversión (24% frente a un 19%), un porcentaje que está en línea con el 28% que afirmó haber perdido ingresos en sus hogares y con el 12% que perdió su empleo o cerró su negocio durante al menos parte del año como resultado del Covid-19.
Sophie del Campo añadió: “La pandemia ha supuesto un test de estrés tanto para las finanzas personales como para la economía global. Los inversores valoran las innumerables enseñanzas derivadas de la pandemia de covid-19 y, ahora que estamos saliendo de ella y empezando a recuperarnos, los inversores aprecian grandes oportunidades para hacer crecer sus activos. No obstante, de cara al futuro, los inversores deberán plantearse detenidamente los resultados que pueden esperar conseguir siendo realistas y racionalizar estas expectativas con una verdadera tolerancia al riesgo, superando sus temores y, en último término, no olvidando las cruciales lecciones que han aprendido. Por otro lado, la crisis ha puesto de manifiesto la vital importancia de la inversión responsable. Las inversiones sostenibles han demostrado tener un mejor rendimiento relativo, además de ser una tendencia al alza e irreversible”.
Precisamente, el 24% de los encuestados españoles afirma que ya invierten en valores ESG, mientras que el 50,3% responden que aunque no invierten aún, están muy interesados en ellos. Esto supone que el interés total por la inversión ESG se extiende al 75% de los inversores, cifra algo por encima de la media global, que se sitúa en el 70%. Por otra parte, entre los inversores españoles que invierten en valores ESG, el 35,4% de los encuestados afirman que durante el año pasado aumentaron sus inversiones ESG, mientras que el 21,4% realizaron su primera inversión ESG en 2020. Esto va en consonancia con la tendencia global, puesto que el 24,3% de los inversores en valores ESG lo hicieron por primera vez el año pasado. Entre aquellos que no invierten en títulos ESG en España, el 42% admite que no lo hacen porque no disponen de conocimientos suficientes. También este dato va en línea con la media global, señalando la importancia de continuar difundiendo la relevancia de los criterios de inversión sostenible y responsable.