Lazard AM aventura una vuelta a la normalidad tras una década de deflación y tipos cero
Desde la gestora estadounidense del grupo Lazard piensan que las presiones inflacionistas han tocado techo pero que es poco probable que la inflación descienda hasta el objetivo de 2% fijado por los bancos centrales, lo que se traducirá en más subidas de tipos en 2023.
Para Ron Temple, responsable de Estrategias de Mercado de LAM, «Los tipos de la Fed podrían alcanzar el 5%-6%, muy por encima de las expectativas actuales del mercado, y el Banco Central Europeo podría llevar los tipos al 2,5%-3%, lo que provocaría recesiones breves y poco profundas en ambas regiones durante el año.”
Temple afirma que la inflación y los tipos más altos reflejan una vuelta a la normalidad macroeconómica tras una década de deflación y tipos cero iniciada tras la crisis financiera de 2008. Además, destaca que la globalización y la deslocalización de la producción en países de muy bajo coste también ha tenido un enorme efecto deflacionista en los últimos años pero la tendencia está cambiando. La economía mundial puede estar entrando en un entorno de inflación estructural impulsado por los costes asociados a la reconfiguración de las cadenas de suministro y el aumento del gasto asociado al cambio climático.
En los mercados desarrollados, la situación macro puede suponer caídas adicionales en renta variable y renta fija en la primera parte de 2023, al menos hasta que las estimaciones de beneficios y los múltiplos de valoración de la renta variable se corrijan y que el cambio estructural hacia una mayor inflación se incorpore en los rendimientos de los bonos a largo plazo.
Para la deuda de mercados emergentes, el panorama es muy diferente. «Los bancos centrales de los mercados emergentes llevan liderando las subidas de tipos de interés en los dos últimos años y, dado que muchos de ellos se acercan ahora a sus tipos «terminales», los rendimientos de los bonos de los mercados emergentes han aumentado hasta niveles muy atractivos”, explica Ron Temple.
En conclusión, tras un año marcado por sobresaltos, sorpresas y el inicio de cambios drásticos a largo plazo, desde LAM ven con cierto optimismo el año que viene para los inversores.