Las cajas rurales fichan como agentes financieros a las secciones de crédito de las cooperativas
En plena ebullición de los tipos de interés negativos, las cajas rurales han aumentado la captación de depósitos de clientes el 12%, frente al 8% de las antiguas cajas de ahorro (todas, menos dos, reconvertidas en bancos) y al estancamiento de los bancos. Y han concedido el 9% más de créditos, también cuatro puntos más que las cajas de ahorro, mientras los bancos se han mantenido en cifras similares a las del ejercicio anterior.
El resultado es que las cajas rurales y el resto de las cooperativas de crédito han aumentado un 13,5% el volumen de activos bajo gestión, cuando las entidades CECA lo han hecho el 10%, y los bancos AEB apenas han registrado una ligera subida. También es el grupo que más ha incrementado sus ingresos por intereses, aunque las entidades CECA son las que más han crecido en ingresos por comisiones.
Las entidades UNACC juntas serían el quinto banco de España, con una cuota del 8,15% de todos los créditos que se conceden, y el 9,5% de los depósitos. Pero en algunas zonas, como Almería, Albacete, Cuenca, Teruel, Soria, Zamora o las tres provincias vascas, suponen más del 30% del mercado. Muchas de estas zonas coinciden con la España vaciada de sucursales. De sus algo más de 3.200 oficinas, solo una tercera parte se encontraban en poblaciones de más de 25.000 habitantes. Mientras AEB y CECA han cerrado la mitad de las sucursales existentes en 2007, antes de la crisis financiera desatada por el hundimiento del mercado de hipotecas subprime en EEUU, en las cajas rurales y cooperativas de crédito la reducción ha sido del 17%. El ajuste de plantilla también es mucho menor: 13%, frente al 35% de sus competidores.
El cierre de sucursales y el abandono por parte de la banca de muchas zonas rurales han hecho que las secciones de crédito de las cooperativas ganen protagonismo, pese a ser prácticamente desconocidas para muchos españoles.
El artículo 5 de La Ley de Sociedades Cooperativas de España 27/1999 regula que “las cooperativas de cualquier clase excepto las de crédito, podrán tener, si sus estatutos lo prevén, una sección de crédito, sin personalidad jurídica independiente de la cooperativa de la que forma parte, limitando sus operaciones activas y pasivas a la propia cooperativa y a sus socios, sin perjuicio de poder rentabilizar sus excesos de tesorería a través de entidades financieras”. “El volumen de las operaciones activas de la sección de crédito en ningún caso podrá superar el 50% de los recursos propios de la cooperativa, añade la norma.
Previa autorización del Banco de España, una cooperativa puede constituir una Sección de Crédito que intermedie los flujos financieros de ésta y de sus socio. Esta sección de crédito tiene algunas limitaciones operativas:
- La apertura de depósitos a la vista, de ahorro y a plazo solamente está permitida a los socios, estando prohibida la aceptación de depósitos de terceros
- La concesión de préstamos o créditos solamente está permitida para la financiación propia de la cooperativa a la que pertenece, pudiendo facilitar recursos financieros a los socios por razón de tales operaciones, y solo muy excepcionalmente por otras.
Los socios de la cooperativa utilizan los servicios de la Sección de Crédito como si fuera un banco. Los productos habituales son: cuentas de ahorro, cuentas corrientes e imposiciones a plazo fijo. Estos pasivos financian a los socios y a la propia cooperativa. Los préstamos, generalmente a medio o largo plazo, y los créditos, anuales, ayudan a los socios a conseguir la financiación necesaria para la explotación de sus fincas.
Las secciones de crédito de las cooperativas garantizan así el acceso a la financiación de los pequeños agricultores.
Por otra parte, las secciones de crédito pueden rentabilizar sus excesos de tesorería en entidades financieras, generalmente a través de cooperativas de crédito y cajas rurales.
Las cooperativas que tengan sección de crédito no podrán incluir en su denominación las expresiones cooperativas de crédito, caja rural u otra análoga, para que no pueda confundirse esa figura con una entidad financiera.
Las secciones de crédito de las cooperativas son habituales en Cataluña, Comunidad Valenciana, Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Galicia. Pero no se limitan al sector agrario, ya que son muy utilizadas en el sector de las farmacias, entre otros.
Las cajas rurales y algunas otras cooperativas de crédito están utilizando a las secciones de crédito como agentes financieros. Es la forma de llegar a esos clientes sin necesidad de instalar una sucursal.
Una de las últimas incorporaciones de secciones de crédito como agentes financieros la protagoniza Caja Rural del Sur: La cooperativa San Benito de Porcuna se convierte en agente financiero de Caja Rural del Sur, que entre Huelva, Sevilla, Córdoba, Cádiz y Málaga suma más de 800.000 clientes y 149.000 socios. Cuenta con una red de 327 oficinas, tiene en servicio 424 cajeros, además de agentes financieros repartidos en las cinco provincias citadas.