La tentación de los activos de riesgo
Por Pascal Blanqué, director de Inversiones de Amundi AM, y Vincent Mortier, director de Inversiones adjunto de Amundi AM
2017 ha sido un año tranquilo para los inversores, con pocos sobresaltos, una volatilidad en mínimos históricos y unas buenas rentabilidades. Por lo que respecta a 2018, la tentación de los activos de riesgo sigue siendo alta. El contexto económico sigue siendo sólido. En EE. UU., es probable que la previsión de reforma fiscal y el gasto de infraestructuras dé un nuevo impulso a una economía todavía fuerte.
En la zona euro, el empleo está aumentando a su mayor ritmo en una década y los sólidos datos apuntan a una continuación de la recuperación en 2018. Japón también ha registrado un fuerte impulso y las economías de los mercados emergentes vuelven a acelerarse, aunque con diferencias entre unos países y otros.
Un tema emergente es la recuperación de la inversión en capital fijo, que podría seguir sosteniendo a los mercados de renta variable, al igual que las medidas de estímulo de EE. UU. que el mercado aún no descuenta plenamente. Hasta aquí, los bancos centrales han actuado de forma no sincronizada, lo que ha permitido al mercado y a la economía real absorber de forma tranquila el endurecimiento muy gradual de la política de la Reserva Federal. Pero los mercados descuentan un futuro idílico, por lo que cualquier indicio de sobrecalentamiento de las economías (inflación, salarios) o la sensación de que los bancos centrales se están quedando desfasados podrían provocar fuertes correcciones en los tipos de interés y volatilidad en los activos de riesgo.
Por último, el ruido geopolítico seguirá siendo un problema. En este contexto, los inversores deberían resistir a la tentación de incrementar el riesgo de forma significativa. Aunque seguimos siendo optimistas respecto a los activos de riesgo, esperamos que 2018 no sea un año lineal (direccionalmente positivo) como 2017. Vemos varias fases en el mercado, lo que podría cambiar durante el año. El buen momento económico probablemente acabará con tipos de interés más altos, reduciendo así las ventanas de oportunidades en los segmentos con mayor demanda del mercado. Las elevadas valoraciones generalizadas, focos de exceso de confianza, las condiciones de liquidez, los retos futuros para la normalización de los tipos de interés y los riegos geopolíticos podrían llevar/conducir a una rentabilidad del mercado muy desigual. Por tanto, los inversores deben estar preparados para lidiar con un escenario de reparto asimétrico de las ganancias y pérdidas: centrándose en estrategias de estricto control del riesgo, buscando calidad, aumentando la liquidez en las carteras, persiguiendo una diversificación del riesgo eficaz y considerando los diversos escenarios que podrían hacerse realidad.
Ideas de alta convicción
- Multiactivos: es probable que los inversores inicien 2018 con una actitud de moderada tolerancia al riesgo, con preferencia por la renta variable en zonas geográficas que podrían beneficiarse de una fase final de ciclo (Europa, Japón) o de una vuelta del reflation trade (EE. UU.). Dada la autocomplacencia del mercado, el objetivo es reducir el riesgo de tipos de interés manteniendo la cautela con respecto al riesgo de duración, crédito y liquidez, evitando empresas cuyo diferencial por unidad de apalancamiento parece bajo. La cobertura seguirá siendo clave en 2018 para protegerse frente a un gran riesgo excepcional y un resurgimiento de la volatilidad.
- Renta fija: las perspectivas para los tipos son de subidas de moderadas en 2018 tanto en EE. UU. como la zona euro, con posibles aumentos de las expectativas de inflación y normalización de los bancos centrales. De momento, los inversores deben mantener un posicionamiento de corta duración. La curva de tipos se ha aplanado significativamente desde septiembre. La dificultad para una posición de corta duración es que la curva de tipos estadounidense se mantenga plana y el rendimiento a largo plazo no repunte. Las perspectivas del crédito siguen siendo favorables, con poco margen de compresión adicional de los diferenciales. Los bonos de mercados emergentes siguen siendo atractivos, pero con una previsión de rentabilidades más bajas que en 2017.
- Renta variable: seguimos siendo optimistas con respecto a la renta variable mundial. La recuperación de la inversión en capital fijo y la ampliación del ciclo estadounidense podrían ser temas favorables en el arranque de 2018. Los mercados emergentes siguen mostrando valoraciones atractivas si se comparan con los mercados desarrollados. Céntrense en historias ascendentes (bottom up) para beneficiarse de la sostenibilidad del crecimiento de los beneficios y la calidad, que será un tema clave tanto para los mercados emergentes como para los desarrollados.
- Activos reales: las condiciones económicas siguen siendo favorables de cara a 2018: con el fuerte crecimiento y un moderado resurgimiento de la preocupación por la inflación, las materias primas, el sector inmobiliario, la deuda privada y el empleo de capital o las estrategias de compra podrían ser formas interesantes de diversificar las carteras en los activos reales, con especial hincapié en la selección y las valoraciones.