La guerra de Ucrania, un estímulo para acelerar la transición energética
Por Hervé Mangin, gestor del fondo AXA WF Framlington Sustainable Europe de AXA IM
Como suele ocurrir, el análisis de la situación en términos de impacto sobre la transición sostenible no es blanco o negro.Más allá de la tragedia humana, una de las consecuencias negativas a corto plazo de la guerra es la creación de una crisis energética en Europa. La rápida disminución de las importaciones de gas ruso provocó escasez y una subida vertiginosa de los precios del gas. Algunos gobiernos y algunas empresas han tenido que sustituir el gas por carbón, ya que no había una solución rápida a esa crisis. Se han reabierto algunas minas de carbón. No era bueno para el planeta, pero era pragmático, no había otra solución. Sin embargo, esta crisis energética es una llamada de atención para Europa, que se ha dado cuenta de su excesiva dependencia del gas y, más concretamente, del gas ruso.
Ahora no queda más remedio que acelerar la transición energética, aumentar la capacidad de las energías renovables e invertir en nuevas tecnologías para almacenar mejor la energía. La tendencia a construir más parques solares y eólicos ya existía, pero se acelerará. Se acortará la fase de concesión de permisos para construir capacidades de energía verde. Y ahora se impulsará la inversión en hidrógeno. Ya ocurrió en Estados Unidos con la Ley de Reducción de la Inflación, y ahora Europa le sigue. La tecnología del hidrógeno azul y verde es clave para descarbonizar gran parte de la industria y también una parte del transporte. Como es bien sabido, la energía solar y eólica no están disponibles en todo momento y el hidrógeno es una solución para el almacenamiento. En resumen, al igual que Covid fue un impulso para la digitalización de la economía, la guerra será un impulso para la transición energética. Su impacto ha sido negativo a corto plazo, pero creo que es un estímulo para acelerar en la dirección correcta a medio y largo plazo.