La Fed y el resultado electoral en Holanda dan tregua a los mercados, a la espera de las elecciones presidenciales en Francia
Dos expertos del Grupo BNY Mellon han analizado la coyuntura geopolítica y su incidencia en los mercados tras la subida de tipos de la Fed, en Estados Unidos, y los resultados de las elecciones en Holanda. Ambos acontecimientos han supuesto un factor tranquilizador para los mercados que, sin embargo, seguirán inquietos hasta conocer cómo se resuelven las próximas elecciones presidenciales en Francia.
Sobre la subida de tipos en EE.UU:, Vincent Reinhart, economista jefe de Standish (Grupo BNY Mellon IM), señala que se esperaba que la Fed aumentase sus tipos de interés, ya que los miembros de la institución consideraban la reunión de marzo como una oportunidad para avanzar un poco más con el proceso de normalización de la política monetaria estadounidense. Además, los datos respaldan ese objetivo: la volatilidad es baja, las turbulencias políticas se ha calmado un poco y los mercados están preparados para la tan anunciada subida.
La pregunta más interesante es si la presidenta Yellen deseaba aprovechar esta oportunidad o si lo ha hecho obligada por sus colegas. Yellen lidera desde la retaguardia, sabe convencer, retrasa las cosas todo lo que puede y, finalmente, accede a actuar cuando el momento interno es imparable, como ahora, cuando los otros miembros de la Fed ya estaban hablando abiertamente de subir los tipos.
En cuanto a los comicios holandeses, Paul Markham, gestor en el equipo de renta variable global de Newton (Grupo BNY Mellon IM), comenta lo siguiente: «Ya tenemos los resultados de las elecciones en Holanda y el partido del hasta ahora primer ministro, Mark Rutte (VVD), ha recibido el mayor porcentaje de votos en unos comicios en los que la participación ha sido más alta de lo esperado (aunque obtiene un menor número de escaños que en las elecciones de 2012). El Partido de la Libertad (PVV) de Geert Wilders ha quedado en segunda posición tras lo que probablemente ha sido una noche decepcionante para ellos, seguido de cerca por los democristianos (CDA) y los liberales (D66). Los verdes (GL) también han obtenido un buen resultado mientras que el Partido Laborista (PdvA), que hasta ahora formaba parte de la coalición de gobierno, se ha convertido en el gran perdedor al sufrir un auténtico descalabro electoral».
Alivio entre el establishment europeo
«El sentimiento de alivio por parte del establishment europeo es palpable y tanto el gobierno alemán como el ex presidente del Parlamento Europeo (y candidato a la cancillería alemana) Martin Schulz han celebrado el resultado. Parece que el populismo, aparentemente en auge tras el Brexit y la inesperada victoria de Trump, ha perdido intensidad a corto plazo: el apoyo a Wilders empezó a flaquear en la última semana de campaña ante el duro discurso de Rutte sobre algunas de las cuestiones que defiende el PVV. Aun así, el partido de Wilders se ha convertido en la segunda fuerza política de la cámara baja holandesa, lo que pone de manifiesto tanto su relevancia como la pertinencia de su discurso. Además, la incertidumbre aún no se ha disipado en el país, donde la responsabilidad de formar gobierno recae ahora sobre el VDD. La formación de una coalición de gobierno en Holanda suele demorarse unos tres meses. La cámara baja está muy fragmentada, por lo que Rutte se enfrenta en las próximas semanas a un reto considerable, que implicará importantes compromisos.
Los inversores en Europa pasarán ahora a centrar su atención en las presidenciales francesas, que se celebrarán en dos rondas: el 23 de abril y el 7 de mayo. No cabe duda de que el resultado electoral en Holanda resulta negativo para la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, que esperaba una continuación del sentimiento nacionalista y antieuropeísta. Si podemos sacar alguna conclusión de las elecciones holandesas –y dando por hecho que el resultado tenga relevancia en el contexto francés– es posible que el apoyo al candidato conservador François Fillon esté siendo infravalorado. Lo cierto es que, si gana, el candidato de centro Emmanuel Macron tendrá que trabajar con un parlamento en el que su nuevo partido, En Marche, prácticamente no estará representado, mientras que los republicanos de Fillon probablemente obtendrán el mayor número de escaños. Pese al escándalo de los pagos indebidos al que se enfrenta el ex primer ministro, puede que esta situación le resulte favorable si los electores se decantan claramente por un gobierno conservador. Aunque Macron mantiene su ventaja en las encuestas, parece que la contienda será reñida.