La fecha X del techo de deuda de EE.UU. y sus consecuencias para las carteras
Por George Brown, economista de Schroders
Con las negociaciones en marcha, el impago de EE.UU. sigue siendo una posibilidad, remota, pero posible. ¿Cuándo podría llegar la «fecha X» del impago y cómo responderán los mercados?
Estados Unidos corre el riesgo de incurrir en impago en cuestión de semanas, a menos que el Congreso llegue a un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento del país. Mientras se llevan a cabo las negociaciones, si llega la «fecha X» (ver más abajo) sin que se eleve el límite de endeudamiento, se detendrán los pagos de cupones y los reembolsos de los valores del Tesoro.
Aunque se han producido fallos técnicos en el pasado -como el fallo en el procesamiento de cheques de 1979 que retrasó algunas solicitudes de reembolso-, un impago real sería un acontecimiento sin precedentes con repercusiones de gran alcance.
Por qué es incierta la fecha límite exacta
La fecha X marcaría el momento en que el Tesoro se quedaría sin fondos. Tras la decepcionante recaudación fiscal de 2022, mucho depende ahora de la evolución de los ingresos hasta mayo. Si esto puede sostener al Gobierno hasta mediados de junio, cuando vencen los pagos trimestrales de impuestos, es probable que el Tesoro pueda aguantar gran parte del mes de julio y quizás incluso hasta agosto.
¿Qué hay que hacer para evitar el impago?
Tras muchas disputas internas, los republicanos se han unido en torno a una postura y han iniciado negociaciones con la Casa Blanca. Aunque las dos partes lleguen a un acuerdo, como esperamos, éste deberá ser aprobado por el Congreso. Más allá del limitado plazo legislativo, el principal obstáculo serán los republicanos ultraconservadores, que podrían obstruirlo desbancando al presidente de la Cámara para impedir que se presenten proyectos de ley.
Sin embargo, algunos demócratas centristas habrían asegurado en privado al presidente que acudirían en su ayuda en tales circunstancias. El presidente Joe Biden también ha planteado abiertamente la posibilidad de recurrir a la sección cuarta de la 14ª enmienda, que establece que la validez de la deuda pública estadounidense “no será cuestionada”. Pero esta acción unilateral sin precedentes podría acabar siendo tumbada por el Tribunal Supremo.
Por tanto, aunque es poco probable que se produzca un impago, no debe descartarse. Como siempre, el contexto es importante. Es probable que los inversores perciban cualquier impago como una consecuencia del tenso ambiente político y no como una incapacidad fundamental de EE.UU. para hacer frente a sus obligaciones de deuda. Dicho esto, seguimos esperando que el sentimiento de aversión al riesgo se apodere de los mercados en las próximas semanas, lo que podría verse magnificado por la persistente inquietud acerca de la solidez del sistema bancario.
Preparación de la cartera de inversión
Nuestro mensaje para los inversores sigue siendo el mismo: esperar al éxito, pero estar preparado ante un fracaso. En la medida de lo posible, las carteras deberían ser líquidas y diversificadas para garantizar que el capital pueda reasignarse rápidamente, dada la volatilidad observada durante episodios anteriores de manipulación del techo de deuda. Sin embargo, sería un error suponer que los activos se comportarán como antes. Por ejemplo, el repunte de los bonos del Tesoro durante el pulso de 2011 coincidió con la preocupación por la crisis de deuda de la eurozona.
Perspectivas para los bonos del Tesoro
Aunque es posible que los bonos del Tesoro obtengan buenos resultados en las próximas semanas, esto no está en absoluto garantizado. Nuestra mayor convicción es sobreponderar el oro, incluso a pesar del reciente repunte, así como las emisiones de deuda soberana con calificación AAA, como los Bunds alemanes. Además, esperamos que las divisas refugio, como el yen japonés y el franco suizo, se comporten bien frente al dólar estadounidense.
Perspectivas para la renta variable
Por otra parte, la renta variable previsiblemente será la más presionada. Pero es probable que haya amplias divergencias más allá de los índices principales. Las empresas que dependen en gran medida del gasto público o de las subvenciones de EE.UU. serán probablemente las más presionadas. En cambio, las acciones de valor podrían resistir mejor, al igual que los sectores defensivos y no cíclicos, como el farmacéutico.
Oportunidades estratégicas
Por último, los inversores que estén dispuestos a confiar en que el Congreso logrará elevar el techo de deuda a tiempo pueden buscar arbitraje en la diferencia de rendimiento entre los T-Bills con vencimiento antes y después de principios de junio. La clave para ello será el momento oportuno, cuando las preocupaciones sobre el techo de la deuda alcancen su punto álgido. Aún no hemos llegado a esa fase, pero no debería estar lejos.