La banca recurrirá a los agentes financieros para cumplir con el compromiso de inclusión financiera suscrito con el supervisor
En 2008, las entidades financieras que operaban en España lo hacían a través de 45.662 sucursales. Fue el año con más oficinas de bancos en España, porque desde entonces han desaparecido más de la mitad. En 2020 eran 22.271 sucursales operativas, el 51,2% menos que 12 años antes. Y el proceso todavía no ha terminado: se estima que entre 2021 y 2023 se cerrarán otras 8.000 sucursales. De cumplirse este pronóstico, en España habrá menos de 15.000 oficinas dentro de dos años.
Menos sucursales implica también reducción de plantilla. La banca, desde 2008, ha destruido más de 100.000 puestos de trabajo. Y las perspectivas para éste y los dos próximos ejercicios no son precisamente halagüeñas para el empleo en la banca: solamente las dos fusiones firmadas en 2021, CaixaBank y Bankia, por una parte, y Unicaja y Liberbank, por otra, van a suponer más de 10.000 empleados menos.
En este contexto, el Banco de España ha transmitido a las entidades financieras su preocupación por la exclusión financiera que está generando ese cierre de sucursales en las zonas rurales. La directora general de Supervisión del Banco de España, Mercedes Olano, reconoce en la presentación de la Memoria de Supervisión bancaria correspondiente a 2020 que se ha alcanzado un compromiso, una especie de ‘pacto entre caballeros’ con la banca para garantizar servicios bancarios básicos en las poblaciones más afectadas por el cierre de sucursales.
El objetivo del Banco de España, compartido también por el Ministerio de Economía y por los Gobiernos autonómicos, Diputaciones provinciales y Mancomunidades, y Ayuntamientos, es que no se agrave el riesgo de exclusión financiera en la denominada España vaciada.
Mantener sucursales, aunque sea con agentes
El Banco de España no se mete en cómo cada entidad cumpla ese compromiso. La mayor entidad en el mercado español, CaixaBank tras la absorción de Bankia, garantiza, mediante el cumplimiento de las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia, que mantendrá las sucursales en las 300 localidades en las que es la única entidad financiera presente. En las zonas donde ya no hay sucursales, la solución que ofrece es ampliar el servicio de oficinas móviles, las conocidas como ofibuses, desarrollado por Bankia.
La nueva Unicaja, que se prepara para que Competencia condicione el ‘nihil obstat’ a la fusión al compromiso de no cerrar sucursales en zonas rurales vulnerables a la exclusión financiera, también ampliará su red de agentes financieros. Liberbank fue pionero en la reconversión de antiguos empleados en agentes que se hacen cargo de sucursales que no son rentables y que desaparecen del balance del banco, pero que mantienen el negocio y los clientes, y el nuevo grupo continuará pro esa vía.
El Santander opta por varias vías: el acuerdo con Correos para transformar sus 4.675 puntos de atención postal en sucursales que proporcionarán servicios básicos, y la ampliación de su red de agentes financieros específica para las zonas rurales.
Correos negocia con otros bancos acuerdos similares al suscrito por el Santander. Y además está instalando en un centenar de sus oficinas postales cajeros automáticos de la red Euro Automatic Cash para paliar la ausencia de sucursales bancarias.
Los bancos barajan otras opciones, como mantener abierta la sucursal algún día a la semana, instalar cajeros automáticos, y acuerdos con otras instituciones para que los clientes en riesgo de exclusión financiera puedan tener acceso a servicios básicos.
Otras entidades buscan fórmulas más originales. ING y N26 ya han llegado a acuerdo con supermercados y gasolineras para que los clientes puedan realizadas retiradas de dinero en efectivo en esos establecimientos (también ingresos, en el caso de autónomos y comercios). BNP Paribas importa de Francia Nickel, que transforma estancos y loterías en agentes financieros.