La banca pacta con el Gobierno y con el Banco de España reforzar sus redes de agentes financieros
La banca es perfectamente consciente de que los continuos ajustes de plantilla y los cierres de sucursales están destrozando los esfuerzos para mejorar su reputación, muy deteriorada por la crisis financiera internacional de 2007 y la explosión de la burbuja inmobiliaria de 2008, además de por la mala comercialización de productos como las hipotecas con cláusula suelo, las multidivisa, o las participaciones preferentes, junto a episodios como la salida a Bolsa de Bankia o las ampliaciones de capital del Popular.
Los ajustes y las remuneraciones de los ejecutivos y de los consejeros de los bancos también provocan tensiones con el Gobierno, como se ha podido constatar en las declaraciones públicas de la vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño.
Para complicar aún más la situación, el Estado es el segundo mayor accionista de CaixaBank, una de las entidades que ajusta plantilla y cierra sucursales tras la absorción de Bankia. El Gobierno reitera que no se dan las condiciones para que se reduzca su participación de forma que se acelere la recuperación de las ayudas públicas concedidas para la ‘resurrección’ de Bankia.
En este escenario, la Asociación Española de Banca (AEB) pone en marcha una campaña de mejora de la reputación, aunque su presidente, José María Roldán, prefiere hablar de un protocolo para reforzar el “compromiso social y sostenible” de los bancos. Este código, pactado con el Gobierno y con el Banco de España, será de adhesión voluntaria para las entidades, en un proceso que comenzará tras las vacaciones.
El objetivo es establecer medidas que permitan a la banca mejorar su reputación y su imagen aprovechando la recuperación económica y demostrar “el sólido compromiso con la sociedad”.
Entre las medidas que plantea el código destaca el compromiso por dotar a los empleados de los bancos de una formación continua, con el foco en la capacitación digital y tecnológica, para facilitar la recolocación de los afectados por los ajustes en el mercado laboral. En la misma línea, se apoyará el emprendimiento por parte de los séniors.
Otra medida es vincular la remuneración variable de los directivos de los bancos a indicadores de banca responsable, la sostenibilidad, la digitalización y la atracción de talento.
Pero el foco principal es la potenciación de una red de agentes financieros para compensar el cierre de sucursales, especialmente en las zonas rurales. Esa red, que se completará con medidas de educación financiera y digital para colectivos de mayores, se combinará con acuerdos, tanto sectoriales como por parte de entidades financieras concretas, con Correos, ayuntamientos, comercios y otras instituciones para garantizar la inclusión financiera, el acceso a los servicios financieros básicos (especialmente, el dinero en efectivo) aunque no haya sucursales.
La AEB insiste en propuestas como las sucursales y los cajeros automáticos multimarca, que puedan ser utilizados por varios bancos, aunque esa iniciativa no despierta precisamente mucho entusiasmo en las entidades financieras.