España es atractiva aún para el inversor aunque la cuestión política es su principal desafío
Por Nick Wall, co-gestor del fondo Merian Strategic Absolute Return Bond Fund, de Merian Global Investors
La economía española sigue superando a la economía de la zona euro en general a pesar de la exposición a la fabricación de automóviles y una caída del turismo desde niveles muy altos. Las industrias que fueron diezmadas por la crisis, como la construcción residencial, se están recuperando a medida que disminuye el stock de viviendas sin vender. El consumo interno aumenta a medida que disminuye el desempleo (especialmente, para los prestatarios que sufrieron de manera desproporcionada en la crisis), aumenta el número de empleos a tiempo completo y, por lo tanto, mejora la seguridad laboral, y los precios de las viviendas comienzan a aumentar nuevamente: la caída del precio del petróleo visto en el cuarto trimestre de 2018 dará al consumidor un nuevo impulso, al igual que un aumento propuesto del 22% en el salario mínimo. Los balances del sector privado también parecen estar en mejor forma, ya que el crédito al PIB del sector privado se redujo en más del 60% desde el máximo según las cifras del BIS, y los diversos programas de compras del Banco Central Europeo han reducido los costes del servicio de la deuda.
Sin embargo, es improbable que el crecimiento siga mejorando con el nuevo Gobierno, pero esto hubiera sucedido con independencia de quién estuviera al frente: España ha estado creciendo por encima del potencial, ya que ha agotado la capacidad sobrante de la crisis, pero la brecha de producción ha aumentado, según las estimaciones del FMI.
Sin embargo, España sigue siendo un mercado atractivo para los inversores, debido a las reformas emprendidas desde la crisis y al firme compromiso del país con el proyecto europeo. La expansión fiscal no es necesariamente negativa si está bien dirigida, y, lo que es más importante en este entorno, si evita el aumento del populismo que en parte se ha visto impulsado por la austeridad. Existe cierta preocupación con la propuesta de presupuestos para 2019, dado que incluye medidas expansivas como la re-indexación de las pensiones y el aumento del salario mínimo antes mencionado, pagado con nuevos impuestos con flujos de ingresos inciertos. Dicho esto, España tiene credibilidad con los inversores y podría emitir más bonos, especialmente dados los bajos rendimientos que se ofrecen al comprar bonos alemanes y no vemos un riesgo mayor de que España vuelva a caer en el Programa de Déficit Excesivo.
El principal desafío en el clima de inversión y la actividad en España será, en nuestra opinión, el parlamento cada vez más fragmentado que puede dar a Podemos o Vox una mayor participación en la política del Gobierno, ya sea como parte de una coalición formal o si se necesitan sus votos para política de aprobación. El primer ministro Sánchez insinuó que podría convocar elecciones en 2019 si no se puede aprobar el presupuesto y esto sería una preocupación de los mercados. También estaremos atentos al impacto del salario mínimo en los empleos de baja remuneración.