El sector financiero une su voz para urgir la aprobación del Sandbox
La puesta en marcha de un Sandbox, un entorno de pruebas para la innovación financiera con base tecnológica, es un paso esencial para apoyar la transformación digital del sector financiero en España y responder a las nuevas necesidades de los consumidores con todas las garantías. Esta es una de las conclusiones de la jornada ‘Sandbox: realidad y utilidad para el mercado español’ organizada por AEB, AEFI, CECA, Unacc y UNESPA, que ha contado con la presencia de responsables de la CNMV, el Banco de España y el Ministerio de Economía y Empresa. Todos los participantes del foro celebrado el 14 de febrero coincidieron en que el Sandbox debe aprobarse lo antes posible para que el sector financiero español pueda mantener su puesto de liderazgo tecnológico en Europa y siga apoyando con fuerza el crecimiento de la economía de la eurozona.
La aprobación de este proyecto permitirá consolidar el dinamismo del ecosistema Fintech nacional, retener talento tecnológico especializado en España, promover la inversión en sectores punteros de la economía nacional y generar empleo, toda vez que se agilizan los procesos y se fomenta un mercado de servicios financieros más competitivo. El Sandbox s se configura como un espacio controlado de pruebas, donde el proceso de innovación se lleva a cabo en un entorno completamente seguro, tanto para las entidades, como para los supervisores y los consumidores, en un marco jurídico que combina solidez y seguridad. Esta herramienta permitirá, además, acelerar la comprensión del impacto de las nuevas tecnologías en la prestación de servicios financieros y asegurar que su adopción tenga un impacto positivo para el consumidor, sin generar riesgos para la sociedad o la estabilidad financiera.
Promover el cambio regulatorio
Para Daniel Tomé, responsable de Coordinación de Servicios Centrales en UNESPA, es importante resaltar la importancia que los nuevos avances tecnológicos están teniendo dentro de la industria, en particular en el sector de los seguros, cuya rapidez y contundencia “debe impulsar un debate acerca de cómo se pretende cambiar la regulación para atender las necesidades reales de las entidades”. En su opinión, la tecnología está teniendo “un efecto transversal” en todos los ámbitos de la economía, pero su disrupción no está viniendo acompañada “de la suficiente rapidez en el campo normativo”. Según Tomé, en España existen todavía “demasiadas trabas legales” que impiden la extensión de la innovación, y que “favorezcan un principio básico en la revolución 4.0: la proporcionalidad”. Para conseguirlo, es partidario de que desde la Administración se favorezca un diálogo constante y participativo entre todos los mercados de la industria financiera, y es ahí donde el papel de las asociaciones patronales, como UNESPA, o de instituciones como la CNMV o el Banco de España resulta clave para su éxito.
“La tendencia imparable en la industria financiera es a situar en el centro de todos los servicios al cliente, dotándole de un poder cada vez mayor de negociación”, ha asegurado Antonio Romero, director corporativo de Servicios Asociativos, Control y Recursos de CECA. Para él, la sociedad demanda de modo permanente dos elementos a las empresas del sector: digitalización e inmediatez, lo que obliga a un proceso continua de renovación de las entidades para hacer frente al time to market. “La irrupción de nuevos competidores fintech o el fenómeno insurtech revela el cambio tan profundo que se está produciendo en la relación entre proveedores de servicios y proveedores para ofrecer servicios de mayor valor añadido a los clientes”, ha afirmado.
Una coyuntura que, a juicio de Rocío Sánchez, directora de Public Policy de la AEB, “está cambiando radicalmente la comercialización de productos en el sector asegurador”. Sin embargo, el reto más ambicioso parece estar en el tejado del regulador, ya que debe hacer un esfuerzo para legislar y adaptarse a un entorno que cambia cada vez más rápido. “Con el Anteproyecto de Ley para la Transformación Digital del Sistema Financiero, España ha hecho un gran esfuerzo por acompasar la transformación digital con los objetivos de política financiera, pero es crítico seguir trabajando para fortalecer ámbitos como la protección del inversor o la lucha contra el blanqueo de capitales”, ha señalado Raúl Saugar, asesor de la Secretaría General del Tesoro y Financiación Internacional del Ministerio de Economía y Empresa.
La industria financiera parece, por lo tanto, afrontando una de sus etapas más relevantes para adaptarse a un entorno todavía por definir, pero que desde el punto de vista de negocio ofrecerá oportunidades muy relevantes. Tal como ha sentenciado Rodrigo García de la Cruz, presidente de la AEFI, “fintech e insurtech ya generan más de diez mil empleos directos en España; si se acometen los cambios normativos y organizativos adecuados, en los próximos años se generarán cinco mil más, situando a nuestro país como una referencia de la adaptación tecnológica”.