Edmond de Rothschild AM: Los bonos vuelven a estar de moda
Por el equipo de Edmond de Rothschild AM
El Congreso de Estados Unidos ha llegado a un acuerdo, evitando así un cierre del Gobierno. El plan presentado por el presidente republicano, Mike Johnson, consiste en financiar algunas partes del Gobierno hasta el 19 de enero y otras hasta el 2 de febrero. Sin embargo, esta buena noticia no debe eludir el problema más profundo: la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO por sus siglas en inglés) prevé un déficit anual del 6% hasta 2033, y la agencia de calificación Moody’s ha rebajado a negativa su perspectiva sobre la calificación crediticia de Estados Unidos. Si el Tribunal Supremo hubiera permitido al Gobierno borrar la deuda estudiantil (su negativa a hacerlo impidió de hecho 379.000 millones de dólares de gasto adicional para el Tesoro), el déficit de EE.UU. se habría duplicado entre 2022 y 2023, alcanzando el 7,5% del PIB del país. A pesar del pleno empleo y de un crecimiento resistente, el gasto público ha aumentado debido a las presiones inflacionistas (revalorización de las pensiones y del coste de la sanidad), la subida de los tipos de interés -que se suman a la carga de la deuda-, las subvenciones relacionadas con las cuentas individuales y los gastos militares en Ucrania y ahora en Oriente Medio.
Los bonos estadounidenses se beneficiaron del descenso de la inflación publicado el martes y de los últimos datos económicos que apuntan a una desaceleración gradual del país. La ralentización de las ventas retail, el descenso de la producción industrial y los resultados dispares de las encuestas de confianza empresarial arrastraron los precios del petróleo por debajo de los 73 dólares. En este entorno, las estimaciones de consenso sugieren que la Fed no subirá más sus tipos de interés; las curvas de rendimiento esperan ahora un recorte de 100 pb en los tipos clave en 2024, poniendo fin así a la secuencia de subidas de tipos de interés más agresiva vista en décadas. Tras alcanzar un máximo del 5% a finales de octubre, las yields de los bonos a 5 y 10 años cayeron 60 pb, situándose por debajo del 4,40%.
La relajación de las yields y las sólidas publicaciones de beneficios en Estados Unidos permitieron el repunte de los mercados de renta variable. Aunque los analistas esperaban una caída de los beneficios del 0,5%, se vieron positivamente sorprendidos por el crecimiento de más del 4% del BPA. Por tanto, esperamos que los niveles de rentabilidad sean igual de elevados en 2023 para las empresas estadounidenses, impulsadas por los sectores tecnológico, de consumo cíclico y financiero. Los analistas esperan ahora un crecimiento de los beneficios del +11% en 2024, a pesar del debilitamiento de las perspectivas macroeconómicas.
Durante su primera visita a Estados Unidos en seis años, el presidente chino Xi Jinping acordó, junto con el presidente estadounidense Joe Biden, mejorar la gestión de las tensiones entre las dos mayores economías del mundo. Este apaciguamiento geopolítico es bienvenido en China, donde el desplome inmobiliario se agrava a pesar de los esfuerzos del Gobierno por reavivar la demanda: tras la caída del volumen de transacciones, los precios de la vivienda se tambalean. Las nuevas medidas de estímulo aplicadas en las grandes ciudades desde agosto no han logrado hasta ahora revitalizar el sector, lo que lastra la recuperación económica de China.
La decisión de la Fed de mantener los tipos de interés a principios de mes nos llevó a aumentar tácticamente nuestras ponderaciones en renta variable. La moderación de la inflación en EE.UU., sobre todo en el mercado inmobiliario (un tercio del IPC, que tardó en remitir) y el descenso de las yields deberían favorecer el repunte de los activos de riesgo de cara al futuro. Seguimos siendo positivos en cuanto a la duración, que puede proteger nuestras inversiones en caso de reveses geopolíticos o de desaceleración económica.
Mercados europeos
Tras una semana más bien deslucida, en la que los inversores se debatían entre los positivos beneficios empresariales y las crecientes presiones causadas por las yields soberanos, esta semana se presenta mucho más brillante, con los bancos centrales desempeñando un papel fundamental en la rentabilidad de los mercados bursátiles. Los analistas examinan con lupa los datos macroeconómicos, incluidas las lecturas de inflación y, en particular, el IPC estadounidense publicado el martes, que apuntó a un ligero retroceso y provocó una caída de las yields soberanos. Además, las perspectivas de una escalada del conflicto en Oriente Medio parecen cada vez más remotas ahora que Teherán ha declarado que no participará en el conflicto.
Estos factores están reavivando la confianza de los inversores, como reflejan los buenos resultados registrados por los mercados esta semana. Así, la gran mayoría de los sectores del índice registraron rentabilidades positivas. Los principales ganadores fueron los recursos básicos y el sector inmobiliario, impulsados por el respiro de los tipos de interés, mientras que la energía fue el único sector que registró resultados negativos, afectado por la fuerte caída del precio del petróleo Brent.
En el plano microeconómico, el campeón industrial francés Alstom parece cada vez más presionado tras anunciar ventas de activos para recortar su deuda, al tiempo que se plantea una ampliación de capital muy dilutiva si estas ventas resultan insuficientes. Por otra parte, el grupo también ha anunciado planes para suprimir 1.500 puestos de trabajo (el 10% de su plantilla). Esta noticia, desagradable para los inversores, ha provocado importantes ventas. En un tono mucho más positivo, el constructor automovilístico francés Renault desveló la hoja de ruta de su proyecto Ampere, una entidad dedicada a los vehículos eléctricos y al software, cuya salida a bolsa está prevista para el primer semestre de 2024. Ampere aspira a lograr la paridad de precios entre los vehículos de combustión y los eléctricos en 2027/2028 mediante una gama de 7 vehículos que se lanzarán de aquí a 2031 en todo el continente europeo. Según Bloomberg, Sanofi ha iniciado conversaciones con R&Co sobre planes para escindir su división de salud del consumidor. El valor de mercado de esta última podría superar los 20.000 millones de dólares. Varias entidades de capital riesgo parecen interesadas en una posible adquisición, y el grupo desea contar con el asesoramiento de otros bancos para cerrar la operación.
En Reino Unido, las acciones de Burberry cayeron durante la semana, afectadas por la ralentización económica mundial, una señal más de que el debilitamiento del gasto en lujo está pesando sobre el sector.
En Alemania, el fabricante de chips Infineon se disparó tras presentar unos beneficios mejores de lo esperado, confirmando que la demanda de semiconductores sigue siendo sólida, especialmente en los sectores de la electromovilidad y las energías renovables, sobre todo en China. Por último, el gigante industrial Siemens comunicó sus resultados del cuarto trimestre, sin grandes sorpresas, pero con excelentes datos, incluido un crecimiento de los ingresos superior al 4% para el cuarto trimestre de 2022/23: 21.390 millones de euros frente a los 20.990 previstos. En términos generales, todas las divisiones del grupo obtuvieron beneficios ligeramente por encima de las expectativas, en particular las industrias digitales después de que el negocio de software de la empresa funcionara particularmente bien.
Mercados de EE.UU.
Los mercados bursátiles estadounidenses se mostraron optimistas la semana pasada tras la publicación de débiles indicadores macroeconómicos que aumentaron las probabilidades de un escenario de aterrizaje suave para la economía estadounidense. El índice de precios al consumo de octubre fue inferior a lo previsto (estable, frente al +0,1% estimado).
Mientras tanto, las solicitudes semanales de subsidio de desempleo subieron a 231.000 (frente a las 220.000 previstas), su nivel más alto en 3 meses, lo que sugiere que la presión sobre el mercado laboral está disminuyendo. En consecuencia, las yields de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo retrocedieron hasta el 4,40%, tras alcanzar un máximo del 4,69% a principios de semana.
En este entorno, los índices S&P, Nasdaq y Russell 2000 siguieron disfrutando de un impulso positivo y ganaron un +3,79%, un +4,31% y un +5,20% en las cinco últimas sesiones bursátiles.
En el frente político, la reunión entre J. Biden y X. Jinping en San Francisco durante la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) fue constructiva para ambas partes.
En el sector energético, la tendencia bajista de los precios del petróleo se impone ante las señales de los elevados inventarios de crudo en Estados Unidos y la preocupación por la débil demanda de energía en China. Los precios del crudo (WTI) han caído un -5,83%, situándose por debajo del umbral de los 75 dólares. Los valores energéticos se han visto afectados, y Hess Corp (-0,16%), Halliburton (-2,80%) y Baker Hughes (-3,40%) han registrado pérdidas durante la semana.
En el sector de la distribución, Home Depot (+5,85%) subió tras registrar unas ventas mejores de lo esperado, aunque también redujo sus previsiones para todo el año, aludiendo al entorno de tipos de interés elevados. Walmart (-5,12%) sufrió tras publicar datos más débiles de lo esperado en su negocio estadounidense.
La empresa de comunicaciones digitales Cisco (-8,06%) tropezó con la ralentización de los pedidos de nuevos productos, y también comunicó unas estimaciones decepcionantes para el próximo trimestre debido al menor gasto empresarial.
En el sector automovilístico, se firmaron acuerdos provisionales sobre aumentos salariales tras las huelgas de las Tres Grandes de Detroit. Los trabajadores de General Motors (+2,88%) fueron los primeros en votar a favor del acuerdo negociado por el sindicato United Auto Workers (UAW). Todas las miradas se centran ahora en los otros miembros de las Tres Grandes, es decir, Ford (+3,36%) y Stellantis.
Los valores bancarios se beneficiaron de la relajación de las yields de los bonos, y BofA y Citigroup subieron un +7,30% y un +7,64% respectivamente durante el periodo.
Hemos observado que la temporada de resultados está llegando a su fin y que el ritmo de publicaciones se ha ralentizado.
Por último, el Senado ha aprobado el proyecto de ley de financiación que había aprobado la Cámara de Representantes para garantizar el presupuesto de 2024. Esto ha evitado un cierre parcial del gobierno federal en el país.