Edmond de Rothschild AM: El ambiente macroeconómico llama a la cautela
Por el equipo de Edmond de Rothschild AM
El orden de llegada en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas no deparó sorpresas. A diferencia de 2017, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas parece, a priori que presentará menos problemas: Emmanuel Macron es ahora el candidato de la continuidad, mientras que Marine Le Pen ya no defiende el Frexit. Además, parece probable que ninguno de los dos pueda conseguir la mayoría en la Asamblea Nacional. En consecuencia, podríamos sentirnos tentados a analizar los programas electorales de cada candidato, ya que ambos tendrían que hacer concesiones para conseguir una mayoría parlamentaria que funcione, suponiendo que se pueda formar una mayoría. Ambos prometen hacer cambios importantes y sus programas comparten algunas medidas, como la reducción de los impuestos sobre la producción y el impuesto de sucesiones y la supresión de las licencias de televisión.
Sin embargo, el plan de Marine Le Pen de nacionalizar las autopistas constituye un elemento diferenciador. La medida tendría obviamente un gran impacto en las empresas afectadas. Y los gastos necesarios para poner en marcha sus medidas afectarían seriamente a las finanzas del gobierno, que ya se han visto afectadas por los recientes paquetes de estímulo. En cuanto a Emmanuel Macron, su promesa de reducir los impuestos se vería
parcialmente compensada por la reforma de las pensiones.
Así pues, la prima de riesgo de los activos franceses y europeos había subido antes de la primera ronda y es poco probable que desaparezca, o que suba de forma significativa. El euro subió tras el resultado, pero luego borró sus ganancias. Los yields de la deuda pública francesa retrocedieron un poco, reduciendo el diferencial con el Bund alemán.
Por otro lado, las conversaciones entre Rusia y Ucrania están en punto muerto. Sin embargo, se está gestando un gran enfrentamiento por el control del territorio en el sureste de Ucrania, que Moscú espera ganar. Los precios del petróleo volvieron a alcanzar los 107 dólares al final de la sesión, pero antes habían caído por debajo de los 100 dólares, ya que la situación sanitaria en China se deterioró y los países europeos decidieron no poner un embargo al petróleo ruso por el momento. Sin embargo, se llegó a un acuerdo para aumentar la ayuda militar a Ucrania.
En China, la inflación de los precios al consumo de marzo subió un +1,5% frente al +0,9% de febrero, es decir, más de lo previsto, debido al rápido aumento de los precios de las materias primas y los alimentos. La inflación de los precios de producción se redujo mucho menos de lo previsto, hasta el 8,3%, no sólo por el aumento de los precios de los combustibles y los fertilizantes, sino también por las normas anticontaminación impuestas por el Estado y los cierres en regiones estratégicas como Shanghai.
Los precios de producción en EE.UU. subieron en marzo un +11,2% en 12 meses, y un 7% sin contar los alimentos, la energía y el transporte. Los precios al consumo también se aceleraron hasta el 1,2% intermensual en marzo, una señal preocupante para el poder adquisitivo de los hogares, a pesar de los aumentos salariales debidos al boyante mercado laboral. Sin embargo, los inversores se centraron en la tranquilizadora caída de la inflación subyacente y los rendimientos del Tesoro bajaron 9 puntos básicos para los bonos a 2 y 10 años.
Los tipos de interés de las hipotecas a 30 años se sitúan ahora por encima del 5,1%, pero hasta ahora no se ha producido un colapso de la demanda de préstamos inmobiliarios. El BCE dijo el jueves que tiene previsto reducir sus compras de activos en los mercados a 30.000 millones de euros en mayo y 20.000 millones en junio, desde los 40.000 millones actuales. Confirmó su intención de poner fin a sus compras en el tercer trimestre y pretende empezar a subir los tipos a partir de entonces. Todavía no está claro hasta qué punto la Fed endurecerá aún más los tipos, pero debemos andarnos con cuidado, sobre todo porque los mercados de renta variable no están acostumbrados a una acción radical para normalizar la liquidez. En consecuencia, ahora somos más cautos en nuestra exposición a la renta variable y seguimos infraponderando los bonos soberanos.