DWS: Invertir luchando contra el cambio climático
Por el equipo de análisis de DWS
Cuando la pandemia comenzó, y con ello, los confinamientos y los parones en muchas actividades comerciales, los niveles de polución en el aire comenzaron a disminuir. No obstante, esto se convirtió en algo temporal y la contaminación volvió a los niveles pre-Covid antes de lo esperado. China fue el primer país en recuperar su actividad económica y en poco tiempo la contaminación había vuelto, lo que dejó claro que el alivio temporal experimentado no iba a resolver por sí solo el problema que supone el cambio climático a largo plazo. Por supuesto, la crisis del coronavirus no debería utilizarse como excusa para reducir la protección climática, más bien al contrario, ahora más que nunca necesitamos contrarrestar el cambio climático con tecnologías limpias.
Bajo este escenario en el que cada día está más presente el cambio climático, se observan muchos riesgos, pero existen compañías que ven numerosas oportunidades luchando activamente para debilitarlo. Además, el papel que juega la Unión Europea es llevar sus objetivos climáticos un paso más lejos con una legislación que pretende reducir en un 40% las emisiones de CO2 para el año 2030 en comparación con los niveles de 1990.
El objetivo de contrarrestar el cambio climático obliga a ser estrictos en ciertas medidas como la protección del clima, el medio ambiente y la biodiversidad, pasando por políticas de industria y movilidad, y considerando aspectos vinculados al cuidado de la agricultura y de los derechos del consumidor. La sociedad y las personas tienen que apoyar y valorar estos aspectos, del mismo modo que las empresas también deben hacerlo e innovar en este campo. Esto crea oportunidades interesantes para los inversores.
Ante esta coyuntura, vemos cómo a través de algunos fondos de inversión los inversores pueden impulsar la protección climática y contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Existe una selección cuidadosa de empresas que ofrecen servicios y productos para ayudar a la sociedad a adaptar el cambio climático o mitigar sus consecuencias. Hay empresas que juegan un papel clave en este punto, por ejemplo, a los proveedores de tecnología solar y eólica, a los operadores de redes eléctricas y de medición inteligente y a los productores de sistemas de almacenamiento energético. Asimismo, a los inversores también les merece la pena fijarse en aquellas empresas que ofrecen soluciones energéticas eficientes y respetuosas con el medio ambiente para negocios y viviendas.
En términos energéticos, las empresas del sector inmobiliario que desarrollan aplicaciones inteligentes para sistemas de iluminación o tecnologías de enfriamiento y ventilación para edificios también son atractivas. Además, la tecnología del hidrógeno ha despertado el interés de los inversores, pues sus aplicaciones parecen amplias y muy variadas. De este modo, el uso del hidrógeno no se limita a ser un combustible respetuoso con el medio ambiente para el transporte por carretera, mar y aire, sino que también podría utilizarse para calentar viviendas o para almacenar el excedente eléctrico procedente de las plantas de energía solar y eólica. En el plano industrial, también hay procesos que podrían, por ejemplo, revolucionar la producción de acero a través del empleo del hidrógeno.
Por su parte, las empresas que aportan soluciones de cara a la extracción, desalinización y tratamiento del agua también resultan atractivas, así como otras soluciones interesantes en la agricultura, como son el riego por goteo o la irrigación circular, que permiten un uso más moderado del agua en los terrenos de cultivo.
Así, los inversores pueden luchar contra el cambio climático a la vez que aprovechan oportunidades de inversión sostenibles y rentables.