Dositeo Amoedo (AEPF): La educación financiera como escudo de las malas decisiones
Por Dositeo Amoedo, presidente de la Asociación de Educadores y Planificadores Financieros (AEPF)
Estamos viviendo tiempos muy complejos; a los dos años de pandemia que llevamos con su correspondiente crisis de suministros, logística e inflacionaria, se suma una guerra entre Rusia y Ucrania que ha agravado más aún las consecuencias, especialmente en nuestro continente.
La pandemia ha sido un revés inesperado y ha sacado a la luz los problemas generales de educación financiera que hay en nuestro país. Como señala el informe de la Fundación PwC “¿Por qué educar en economía familiar y empresarial?”, nuestro país se encuentra a la cola de la Unión Europea (30 sobre 100) y lejos de otros países como Reino Unido y Países Bajos que son punteros en este aspecto.
Como se detalla también en dicho informe, los países que tienen mejor educación financiera salen mejor y más rápido de las crisis económicas, debido principalmente a la cultura del ahorro y a la planificación de las finanzas personales en las que muchas personas dejan, por ejemplo, un “colchón” de emergencia y un fondo de reserva al que poder acudir en casos extremos.
El objetivo de la educación financiera, su misión, es esa. Que los usuarios puedan aprender buenos hábitos con respecto al dinero, saber planificar, conocer los diferentes productos financieros que pueden ayudarles y también tener una base de conocimientos e información para relacionarse con los intermediarios financieros.
Esa educación financiera nos va a ayudar en nuestro día a día, por ejemplo, saber cuándo y qué préstamo pedir, organizar los gastos para ahorrar todos los meses, analizar y encontrar las mejores inversiones para nuestros objetivos o estudiar nuestra situación económica para saber si podemos hacer una gran inversión o no.
También me gustaría romper una lanza en favor de que la educación financiera no es solo para adultos, sino también para niños y adolescentes, ya que en esas edades es cuando se pueden inculcar más fácilmente hábitos y enseñanzas que serán muy útiles en el resto de sus vidas.
Además, empezando por los conceptos más básicos tienen una base de conocimientos que les facilitará aprender después con el tiempo otros más complejos. La educación financiera debería de ser nuestra mejor aliada contra las malas decisiones que nos pueden dejar en una situación precaria. El dinero forma parte de nuestra rutina diaria, y lo que queremos es que las personas que acudan a nosotros sepan manejar este aspecto tan crucial de la vida.