BNY Mellon IM augura un próximo cambio de postura por parte del BCE
Por Sebastian Vismara, estratega y economista global macro sénior en BNY Mellon Investment Management
En los últimos meses, a medida que la inflación subyacente aumentaba en la eurozona, el Banco Central Europeo (BCE) ha defendido abiertamente la necesidad de aplicar varias subidas de tipos significativas. El BCE aprobó una subida de 50 puntos básicos en febrero e indicó que volvería a hacerlo en marzo, elevando el tipo director hasta el 3%. Prevemos que el BCE subirá sus tipos 50 p. b. en la reunión de esta semana, a menos que los problemas financieros que están experimentando algunos bancos estadounidenses de menor tamaño se agraven y acaben contagiando a los grandes bancos de Estados Unidos y/o de Europa.
El BCE ha mantenido un tono muy agresivo en sus comunicaciones desde la reunión de política monetaria del pasado mes de diciembre y los tipos de interés del mercado han repuntado con fuerza. En las últimas semanas, los sólidos datos de inflación y los comentarios del BCE llevaron las expectativas del mercado por encima del 4%, lo que implicaría subidas de tipos superiores a 150 p. b.
Tenemos nuestras dudas sobre la capacidad del BCE para cumplir con esas expectativas. La economía sigue débil y la demanda interna se redujo en el cuarto trimestre de 2022. Otro aspecto que nos parece crucial es que el mercado está subestimando el impacto negativo que tendrán en 2023 las subidas de tipos aplicadas previamente por el BCE. Además, anticipamos que la inflación subyacente no tardará en mostrar claramente que ha tocado techo. La historia nos enseña que es muy poco probable que los bancos centrales sigan subiendo tipos si cae la inflación.
No obstante, el shock que sufrió el sector bancario estadounidense la semana pasada cambia las cosas. El mercado se pregunta si el BCE finalmente aprobará una subida de 50 p. b. esta semana y ahora descuenta que los tipos subirán menos de 100 p. b. antes de que finalice el ciclo restrictivo. Aún es pronto para saber si las autoridades estadounidenses han logrado contener de forma efectiva los problemas bancarios, pero, en ese caso, sospechamos que las expectativas del mercado para la eurozona se han vuelto demasiado dovish.
Entonces, ¿qué hará el BCE?
Los próximos pasos del BCE dependerán en gran medida de lo que ocurra en Estados Unidos. Si los problemas bancarios están bajo control (como pensamos), anticipamos una subida de 50 p. b. en la reunión de marzo y al menos 100 p. b. más en subidas durante el segundo trimestre de 2023. En nuestra opinión, el ciclo de subidas terminará con los tipos oficiales en torno al 3,5-4%. En este caso, el BCE seguirá mostrándose hawkish hasta que la inflación subyacente dé claras muestras de moderación. Sin embargo, si las cosas se ponen feas en Estados Unidos, hasta el punto de que la Fed se vea obligada a pausar su ciclo de subidas o, incluso, a rebajar tipos, creemos que el BCE hará una pausa tras la subida de esta semana. En este sentido, el dicho que afirma que «cuando Estados Unidos estornuda, el resto del mundo pilla un resfriado» sigue siendo muy cierto.
Riesgos para nuestras perspectivas
No sería la primera vez que el BCE sobrestima la fortaleza de la economía y mantiene una postura agresiva o restrictiva pese a la debilidad del entorno económico.
De hecho, el BCE ha subido tipos dos veces durante una recesión. En el pasado, las subidas de tipos durante una recesión provocaron fuertes correcciones en renta variable y ampliación de diferenciales entre los bonos soberanos de los países de la periferia europea.
Teniendo en cuenta el actual tono hawkish del BCE, no podemos descartar que vuelva a cometer un error de política monetaria y siga subiendo tipos, aunque la economía europea dé muestras de debilidad o las perspectivas estadounidenses se deterioren sustancialmente.