BNY Mellon: 2021, ¿un año de riesgo oculto?
Por Suzanne Hutchins, gestora senior en Newton Asset Management (BNY Mellon)
Suzanne Hutchins, gestora de la estrategia Real Return de Newton, prefiere plantearse 2021 como un momento en que tiene sentido dar la bienvenida a la incertidumbre. “La avalancha de cambios puede resultar difícil en cierto sentido, pero creo que también puede considerarse como bastante excitante. En cualquier caso, parece que estamos atravesando otra revolución tecnológica y social, y ello abre la puerta tanto al riesgo como a las oportunidades”, afirma.
El ying y el yang de los riesgos de inversión en 2021
A un lado de la ecuación, la pandemia seguirá planteando un reto. Las economías de todo el mundo se han visto asoladas en mayor o menor medida por el impacto de los confinamientos ante una segunda y tercera olas del virus, y ciertos sectores (como viajes y hostelería) se han visto más afectados que otros. Pero aquí, afirma Hutchins, existen razones para la esperanza. Para empezar, el empleo parece haber rebotado con relativa rapidez, mientras que el fuerte repunte del PIB global tras la primera oleada de confinamientos revela cómo podría transcurrir una recuperación tras la pandemia.
Al mismo tiempo, los segundos y terceros confinamientos parecen haber afectado en menor medida a la salud de la economía que durante los de la primera ola en marzo de 2020. Por aquel entonces, muchos restaurantes y proveedores de comida se enfrentaron a un cierre total, mientras que ahora, las empresas han sido capaces de adaptarse a un nuevo mundo de entregas a domicilio. Las compras de pánico también parecen ser cosa del pasado, ahora que los supermercados de todo el mundo han aprendido la lección de la historia reciente.
Según Hutchins, un atributo positivo de la pandemia es que ha centrado la atención en los factores ESG y la inversión responsable, un concepto que considera crucial a nivel de posicionamiento de cartera de cara al año que viene. “Si uno invierte en empresas que no se adhieren a los principios de la ONU o al Acuerdo de París pasará apuros, porque a estas compañías les costará lograr capital”, sostiene la gestora.
Entretanto, pese al largo historial de Europa como líder en ESG, parece que el Pacífico asiático y Norteamérica están cerrando la brecha, añade. De cara al futuro, Hutchins cree que los inversores deberían tener una cartera capaz de gestionarse de forma dinámica y flexible, a la luz de los probables vaivenes del año que viene. Ahora más que nunca, explica, los inversores harían mal en limitarse a una clase de activo o a un estilo específicos, sobre todo cuando las respuestas de las autoridades podrían generar inflación a largo plazo.
En el segmento de alternativos, Hutchins también considera prudente evitar “cajas negras”: los inversores deberían procurar no “liarse” en áreas como el capital inversión (private equity) y los fondos de inversión libre (hedge funds), debido, principalmente, a la dificultad de comprender “lo que ocurre bajo el capó”.
Y por último, hablemos del santo grial de la renta. “La clave es concentrarse en empresas con dividendos sostenibles y crecientes generados mediante flujos de caja”, explica la gestora: “Es obvio que los mercados de renta fija no proporcionan mucha renta actualmente, pero si el dólar se deprecia esto dará impulso a los mercados emergentes, y uno podría obtener cierta renta de las divisas de estos países”.
En cualquier caso, 2020 ha puesto de relieve la importancia de dos cualidades: la resiliencia y la adaptabilidad. Pese a las incógnitas que nos presenta 2021, la incertidumbre quizá no sea necesariamente negativa si conduce a nuevos avances y oportunidades de inversión.