BNP Paribas AM: Las inversiones sostenibles, cuestión de compromiso… y de rentabilidad
Poco antes de morir a finales de los años sesenta, el conocido activista Martin Luther King afirmó que “si supiera que el mundo se tiene que acabar mañana, yo, hoy, todavía plantaría un árbol”. La preocupación del hombre por su entorno siempre ha estado presente a lo largo de la historia, pero es ahora cuando en medio de una sociedad global en permanente cambio, se ha convertido en una realidad con peso real en la toma de decisiones. Conceptos como el cambio climático, el crecimiento demográfico o el respeto a los derechos humanos son cada vez más importantes para los ciudadanos y las empresas, lo que tiene su reflejo en el ámbito económico.
Invertir bajo los criterios de sostenibilidad medioambiental, preocupación social y de buen gobierno (agrupados bajo las siglas ISR) ya no es algo minoritario sino que, desde hace algunos años, se ha convertido en una pujante tendencia que afecta a todos los miembros y departamentos de una organización, desde los valores éticos de sus empleados a la independencia de los miembros de un consejo de administración, pasando por la representación efectiva de accionistas y consumidores o las políticas de RSC que mejoren el entorno.
Desde el punto de vista financiero, la sostenibilidad también se ha convertido en un importante foco de rentabilidad, premiando a aquellas empresas que hacen las cosas según los criterios ISR adecuados para el mercado y castigando a las que los incumplen. Tanto es así que, de manera progresiva, un número cada vez más importante de fondos de inversión centrados en esta temática se están incorporando a la cartera de las gestoras, en donde la transparencia acerca de los criterios estratégicos de operatividad se une a una búsqueda de los beneficios para los partícipes como si de cualquier otro producto de su portfolio se tratara.
Mucho más que una tendencia
BNP Paribas Asset Management, por ejemplo, acaba de lanzar hace muy pocos días su estrategia global de sostenibilidad, que se centra en tres áreas clave: la transición energética, el medio ambiente y la igualdad. Además, está reforzando sus compromisos de invertir a largo plazo y de mantener un diálogo con empresas, organismos y reguladores para promover las mejores prácticas y fomentar la concienciación sobre el papel que pueden desempeñar las finanzas a la hora de lograr un mundo sostenible.
Por si fuera poco, la entidad ha creado una hoja de ruta con los compromisos necesarios para implantar esta estrategia durante los tres próximos años, afirmando que en 2020 presentará una valoración sobre el impacto y la evolución de sus iniciativas de sostenibilidad e irá introduciendo objetivos adicionales en consonancia con las “3 E” (medio ambiente, igualdad y energía, según sus siglas en inglés) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
Esta contundente apuesta de la gestora por la sostenibilidad se complementará a lo largo de las próximas semanas con la publicación de una serie de vídeos destinados a la comunidad inversora para aclarar conceptos clave en relación a la inversión sostenible, como si se trata de algo que aporte realmente rentabilidad o qué valores añadidos extra no financieros pueden añadir a nuestras carteras. Una estrategia que, en definitiva, va mucho más allá de una tendencia pasajera, y que demuestra el impacto real de los criterios ISR en el mundo financiero, algo que, en el caso de BNP Paribas AM se ha materializado, incluso, en un Centro de Sostenibilidad con 25 profesionales que llevan de media más de 10 años en la industria.