Bestinver: Hay oportunidades de inversión pero riesgos de aumento de volatilidad e inflación
La gestora Bestnver ha presentado su segunda Carta Trimestral del año de la mano de su presidente y director de Inversiones, Beltrán de la Lastra, quien ha advertido que, a pesar de la cierta euforia que se vive en la renta variable los signos de desaceleración económica global son cada vez más perceptibles, quizá incluso augurando una recesión. En este sentido, de la Lastra ha señalado que “la dinámica del mercado está muy marcada por el comportamiento de la renta fija”, como, por ejemplo, el bono alemán, “que ha marcado un mínimo histórico haciendo que muchas compañías buenas y que hacen las cosas bien estén tremendamente caras”.
En este contexto, desde la entidad tienen claro que “sólo se puede pensar en la inversión a largo plazo, en un horizonte de cinco años”, ya que la coyuntura actual invita a dos estrategias: invertir en empresas buenas pero caras o especular apostando por otras que son peores pero que están baratísimas”. El presidente de Bestinver tiene claro que “ninguna de las dos opciones es buena”. Por ello, es partidario de analizar compañías que estén en el medio de ambos extremos, “que no sean particularmente atractivas pero se puedan comprar a precios razonables, protegiendo el capital y obteniendo rentabilidades interesantes”.
A lo largo del último trimestre, siguiendo esta premisa, han aumentado su posición en firmas como Convatec, Zooplus o Banco Sabadell, mientras que han reducido peso o directamente desinvertido en otras como Telepizza Group, Next o Roche. Por sectores, de la Lastra ha subrayado que ve recorrido en algunos bancos, pero siempre teniendo muy presentes “los riesgos muy importantes que hay en el horizonte, como la inflación y la gestión de la liquidez”.
De hecho, sobre este último punto ha comentado que “la liquidez de mercado se ha deteriorado notablemente en los últimos diez años”, hasta el punto de que “la capacidad de alcanzar la liquidez hoy es peor de lo que era antes de la crisis global de 2008”. Esta “desalineación” entre el deseo de los partícipes de conseguir liquidez frente a la capacidad real de la industria de poder ofrecérselo es un problema que, a su juicio, “no se está tomando lo suficientemente en serio” y cree que puede acarrear complicaciones en el futuro.