Bancos bajo presión: por qué invertir de forma selectiva en el sector
Por Ben Arnold, director de inversiones de Schroders
Los acontecimientos de las últimas semanas han puesto de manifiesto la debilidad de algunos bancos. Otros, sin embargo, están bien posicionados para beneficiarse de la subida de tipos, y tienen precios atractivos.
La crisis bancaria que comenzó en California ha recordado al mundo que los bancos son empresas que dependen en gran medida de la confianza de depositantes e inversores. Pero también ha permitido a estos últimos distinguir entre los tipos de riesgo a los que se enfrentan las distintas entidades.
Las crisis bancarias comenzaron en EEUU…
Silicon Valley Bank se hundió en cuestión de días debido a una combinación de falta de capital, escasa liquidez y concentración de depositantes. Muchos de sus clientes operaban en los mismos sectores y en la misma región, y eran propensos a comentar lo que hacían y realizar retiradas casi simultáneas.
Las ramificaciones de ese colapso aún no se han desarrollado plenamente, pero el mundo financiero buscó rápidamente otras instituciones vulnerables. Silvergate (un banco centrado en la criptomoneda) se hundió sin darle mucha pena a los reguladores estadounidenses, y Signature Bank -otro banco centrado en la tecnología con problemas similares a los de Silicon Valley Bank- ha sido intervenido por administradores judiciales. El riesgo de quiebra de otros bancos regionales estadounidenses persiste, y todas las miradas están puestas en First Republic.
…y parecía extenderse a Europa
La ansiedad de los inversores se intensificó en torno al grupo bancario suizo Credit Suisse, y el 19 de marzo UBS anunció que había acordado su adquisición. Con ello se ponía fin a varios años difíciles para la entidad suiza, que incluyeron fallos en la gestión de riesgos relacionados con Archegos Capital Management y Greensill Capital. Estos incidentes provocaron salidas de fondos de su apreciado negocio de gestión de patrimonios, ya que clientes particulares con grandes patrimonios retiraron activos en masa.
En los días siguientes al anuncio de UBS/Credit Suisse, los inversores empezaron a preocuparse por un posible contagio a otros bancos europeos, y las cotizaciones cayeron en todo el sector.
Pero no hay dos bancos iguales
Aunque el momento de las tensiones a ambos lados del Atlántico no se considerará coincidencia, hay una diferencia entre el temor a una quiebra sistémica en torno al mercado bancario regional estadounidense y los fallos aislados del Credit Suisse. Este último no es un canario en la mina de carbón para los bancos británicos y europeos en su conjunto.
La caída de Credit Suisse fue principalmente obra suya, con fallos en algunas de sus actividades que socavaron la credibilidad de otras divisiones. Cuando Credit Suisse publicó sus resultados anuales de 2022 a principios de febrero, quedó claro que el contagio de la banca de inversión se había extendido.
A Silicon Valley Bank no se le habría permitido operar en el entorno regulatorio más estricto de Reino Unido o Europa, dados sus grandes desajustes en los tipos de interés y su falta de cobertura con liquidez. Además, los bancos regionales estadounidenses son muy diferentes de los grandes bancos estadounidenses.
El universo bancario: valor y riesgo
Vemos oportunidades entre los bancos. Como dice mi colega del equipo de renta variable Kevin Murphy: «Los bancos dependen de la confianza, razón por la cual están fuertemente regulados. Esa supervisión reguladora permite que los clientes confíen sus depósitos a los bancos. La dependencia de la confianza es también la razón por la que el banco central opera como prestamista de último recurso, por si el apoyo de los clientes flaquea. Como sabemos, la confianza puede ponerse a prueba y, como equipo, dedicamos mucho tiempo a analizar los balances de los bancos para comprender los puntos de tensión de cada uno. Ese trabajo pone de manifiesto el aumento de los mecanismos de protección frente a las situaciones problemáticas, el incremento de la liquidez y una dinámica de beneficios atractiva. Aunque hemos invertido menos en el sector que hace 18 meses, ello se debe a la ampliación del conjunto de oportunidades en el mercado, no a una disminución de las oportunidades en los propios bancos. Creemos que las valoraciones actuales compensan con creces los riesgos inherentes a las acciones».
Los bancos que preferimos siguen teniendo valoraciones bajas y, sin embargo, generan importantes beneficios. En el equipo tenemos exposición a Standard Chartered, Natwest, ABN Amro, UniCredit, Citigroup, Intesa Sanpaolo y BNP Paribas.
El entorno de tipos cero obligó a muchas de estas entidades a reestructurarse y, tras una década de recortes de gastos, hoy son mucho más eficientes que antes de la crisis. Ahora que los tipos de interés han subido, se benefician de un apalancamiento operativo y financiero en el que el aumento de los ingresos repercute directamente en la rentabilidad.
Al mercado le sigue preocupando que un deterioro de las condiciones económicas provoque pérdidas en los préstamos que mermen estos beneficios. Aunque la preocupación es válida, los bancos que poseemos tienen altos niveles de capital Tier 1. Sus balances deberían poder absorber estas pérdidas. Muchos también cuentan con importantes provisiones establecidas a raíz de la pandemia de Covid-19. Estas provisiones no se utilizaron y pueden recurrir a ellas si es necesario.
Algunos bancos también están devolviendo efectivo a los accionistas, ya sea mediante programas de recompra de acciones, dividendos o ambas cosas. Somos partidarios de ello, siempre que los balances sigan siendo sólidos.