AXA IM: «La corrección de los excesos inmobiliarios podrá tener consecuencias sistémicas»
Según Gilles Moëc, economista jefe de AXA Investment Managers, «es en este contexto que creemos que debemos considerar la cuestión de Evergrande. Se trata de la segunda inmobiliaria más grande por ventas en China, que tiene un pasivo de 300.000 millones de dólares y que, según Bloomberg, no podrá cumplir con sus obligaciones de deuda. El Financial Times informó que las autoridades locales ya se han negado a rescatar a la empresa. El redactor jefe del “Global Times”, respaldado por el estado, opinó el jueves pasado que el gobierno central no debería intervenir y dejar que los prestamistas se ocupen de la situación, que ha sido interpretada en el mercado como una indicación de que Pekín no va a salir al rescate.”
“Sin embargo, lidiar con el riesgo moral en tiempos de debilidad cíclica es un arte delicado. Si bien Pekín parece estar lista para enviar una “señal de advertencia” a otros actores apalancados en el sector inmobiliario, sospechamos que las autoridades también están interesadas en evitar el contagio sistémico, especialmente porque la economía en su conjunto se está debilitando. Más allá del destino individual de Evergrande, el gobierno chino controla directamente más palancas que sus contrapartes occidentales, especialmente a través del sector bancario. En pocas palabras, la corrección de los excesos en el sector inmobiliario tendrá consecuencias sistémicas solo si el gobierno chino lo permite. Todo esto sería consistente con un cambio hacia una postura de política monetaria acomodaticia y algún aplazamiento en los próximos pasos del impulso regulatorio.”
En su análisis, Gilles Moëc también ha hablado sobre la situación general del mercado de China. El experto asegura que, a pesar de que “el conjunto de datos decepcionantes sugiere que la economía china se está desacelerando significativamente”, “tiene un amplio margen político para reiniciar (su economía)”.
“No es la primera vez que el gigante asiático atraviesa una «mala racha», desde que se convirtió en una fuente clave de crecimiento para el comercio mundial. Ya en 2015, la demanda china disminuyó, con un impacto transitorio pero visible en el PIB alemán. Esta vez, la “mala racha” se ve agravada por las preocupaciones sobre la estabilidad financiera.”
Sin embargo, Moëc sostiene que “hay un amplio margen político en China para reiniciar la economía rápidamente”. El experto explica que “el gobierno chino está constantemente buscando el termino medio entre los desequilibrios de su economía y las fuentes de tensión social, lo que, a veces, puede implicar un coste transitorio para el crecimiento”.
“La actual disminución en la demanda interna china es en gran parte autoinfligida. La decisión de Pekín de no «sobreestimular» la respuesta a la crisis de la pandemia, ha resultado en una persistente debilidad en el gasto de los consumidores y el coste cíclico del enfoque del gobierno chino de contener los comportamientos de apalancamiento descontrolados podría ser demasiado alto», concluye Moëc.