AXA IM: El nombramiento de Boris Johnson plantea elecciones anticipadas en Reino Unido
Por David Page, AXA IM Macro Research
La elección el pasado 24 de julio del nuevo Primer Ministro británico, Boris Johnson, dibuja una situación de incertidumbre en la política de Reino Unido y de Europa. Sin duda alguna, la gestión del Brexit es el principal reto al que se enfrenta Jonhson. Según ha declarado el primer ministro, el Reino Unido saldrá de la Unión Europea antes del 31 de octubre “pase lo que pase”.
Desde nuestro punto de vista, esta declaración de intenciones supone en realidad un punto de partida para continuar las negociaciones con el propio Parlamento Británico y la Unión Europea. De hecho, dudamos que Johnson quiera ser el culpable de un Brexit sin acuerdo, dañino económicamente para Reino Unido. Si esto ocurriera, Johnson podría afrontar una moción de confianza, dada la fragilidad política de su Gobierno, con el riesgo de convertirse en el Primer Ministro que menos ha durado en el cargo desde que el conservador George Canning en 1827 (permaneció en el puesto 119 días). Esto no es para lo que ha trabajado todos estos años el primer ministro Johnson, así que esperamos que ante esa situación actúe para evitar dicho resultado. En definitiva, a pesar del nombramiento de un nuevo premier no vemos cambios visibles en relación con el estancamiento que afecta al proceso del Brexit, en un escenario en el que la aritmética parlamentaria es aún más ajustada de la que afrontó May en su momento. Es por eso que vemos una creciente probabilidad de elecciones anticipadas en algún momento de los próximos 12 meses.
En todo caso, aunque es difícil estimar la repercusión de un Brexit sin acuerdo, el impacto sería, a buen seguro, severo. No hay precedentes históricos de una ruptura tan abrupta en un régimen comercial. Al hilo de las sucesivas declaraciones de Johnson, los mercados se han ido sintiendo crecientemente inquietos ante la probabilidad de que se materialice el peor de los escenarios. En definitiva, es probable que la incertidumbre permanezca elevada e incluso crezca después del verano, lo que continuará pesando en la libra. Sin duda, el creciente temor a un Brexit sin acuerdo es lo que está detrás de la caída del 5% que la libra acumula desde marzo frente al euro y al dólar. Además, de ello, un proceso tan impredecible con resultados plausibles tan diferentes mantendrá la volatilidad en los activos británicos.
De cualquier manera, nuestra convicción sigue siendo la de que el proceso del Brexit se prolongará más allá del 31 de octubre, a pesar de toda la reciente retórica. De lo que no hay duda es que la continuación durante los próximos meses de este escenario “al borde del precipicio” del Brexit continuará impactando negativamente en los mercados británicos.