AXA IM advierte sobre la Guerra Fría económica y el posible regreso de la volatilidad
Por Serge Pizem, Global Head of Multi-Asset Investments, AXA Investment Managers
Los desempeños registrados por los distintos mercados en 2019 representan un cambio significativo sobre los resultados de 2018, donde se sufrieron frecuentes episodios de volatilidad en el mercado. Pero los inversores no deberían dar por garantizada la pervivencia de esta relativa calma. A medida que entramos en la nueva década, no hay escasez de asuntos con los que lidiar. Después de todo, tanto el Brexit como la guerra comercial aún tienen que resolverse del todo y en 2020 afrontamos unas elecciones presidenciales en EE UU.
Sin embargo, creemos que una política monetaria acomodaticia y cierta relajación en la incertidumbre económica global puede potencialmente extender un poco más este ya de por sí prolongado ciclo expansivo. Por eso no creemos que, en principio, vaya a haber un entorno de mercado negativo para los activos de riesgo en los próximos 12 meses. Al mismo tiempo, será muy difícil repetir los impresionantes retornos alcanzados en 2019, puesto las valoraciones de la renta variable ya están en un territorio elevado y la rentabilidad de los bonos ha caído por debajo de los niveles en los que comenzó 2019.
Al analizar 2020 y tomar en consideración todos los indicadores económicos, creemos que es necesario ser cauteloso para no quedar atrapado en las incertidumbres de mercado. Hay mucho en juego en la guerra comercial entre China y EE UU y existe el peligro de que este enfrentamiento se transforme en una guerra fría económica. En el caso de que ocurra, esto jugará indudablemente un papel determinante en la trayectoria de la economía global a medio plazo.
El presidente Trump podría buscar una tregua temporal, incluso haciendo concesiones, ante la inminencia de las elecciones. Pero no estamos cerca de una verdadera resolución y esperamos un periodo de incertidumbre que potencialmente impactará negativamente en el crecimiento de EE UU, China y el resto del mundo.
A pesar de ello, somos razonablemente optimistas sobre la renta variable, con una aproximación táctica hacia los sectores cíclicos, que han permanecido notablemente rezagados. Adicionalmente, hay margen para algunas revisiones al alza para el crecimiento, particularmente en el caso de Alemania y China si la actividad manufacturera repunta, y de Reino Unido, si es capaz de alcanzar un acuerdo factible con la UE, lo que podría llevar a una mejora del desempeño de los mercados.
En todo caso, el corazón de nuestra estrategia sigue siendo el de una rigurosa selección de activos. A pesar de las elevadas valoraciones, aún creemos que hay compañías bien posicionadas para el largo plazo y seguiremos escogiendo entre aquellos líderes empresariales que muestren unos modelos de negocio robustos, fuerte crecimiento, rentabilidad y potencial de cash Flow.
Posiblemente los últimos años hayan roto todas las reglas en cuanto a expectativas de mercado. Pero una cosa es segura, la volatilidad no permanecerá dormida indefinidamente. Por eso, una estrategia diversificada entre distintas clases de activos podría ser la mejor forma para los inversores de prepararse para afrontar la volatilidad cuando ésta vuelva.