Amundi: Reducir el riesgo antes la alta tensión inflacionaria y geopolítica
Por Vincent Mortier, Group Chief Investment Officer; y Matteo Germano, Deputy Group Chief Investment Officer. Ambos en Amundi Asset Management
La escalada geopolítica de final de mes marca un nuevo aumento de la volatilidad. Los diferenciales de crédito (IG, HY y periferia europea) siguieron ampliándose mientras continuaba la corrección de los mercados de renta variable. La rotación hacia el value continuó, pero con una pausa en los segmentos más cíclicos ante los crecientes riesgos para el crecimiento económico derivados del conflicto entre Rusia y Ucrania. Los mercados siguen reevaluando los giros restrictivos de la Fed y el BCE así como los riesgos relacionados con la escalada de la crisis en el este de Ucrania. En el frente macroeconómico, los datos del mercado laboral de EE. UU. superaron con creces las expectativas y la lectura de la inflación de enero se situó en su nivel más alto en cuatro décadas. Esto complica el camino a los bancos centrales, atrapados entre una inflación posiblemente más alta y un menor crecimiento (riesgo de estanflación al alza).
Por el contrario, el año chino del tigre parece estar caracterizado por una política cada vez más acomodaticia, lo que indica tendencias políticas divergentes del resto del mundo, hacia el lado de la relajación, lo que una vez más apunta a una desincronización del ciclo económico de China frente a EE. UU. que apoya el papel de los activos chinos como diversificadores globales. En la coyuntura actual, en la que desde principios de año se están viendo cambios significativos en los precios, hay dos cuestiones candentes que los inversores deben tener en cuenta:
- ¿Podría la volatilidad actual traducirse en un mercado bajista por partida doble (en renta fija y variable) y, por tanto, hacer necesaria una reducción del riesgo estructural en la asignación de activos? No hay duda de que crece la volatilidad en todos los ámbitos (bonos, acciones, materias primas, divisas) y en el panorama de inversión parece existir más riesgo que hace un mes. Dado que se espera que el crecimiento se mantenga sólido a lo largo de 2022 en un contexto de reapertura económica post-ómicron y el aterrizaje suave de China, el crecimiento de los ingresos debería desacelerarse desde su pico, aunque manteniéndose positivo. El gran riesgo está relacionado con las posibles repercusiones del conflicto Rusia-Ucrania, con un impacto significativo en las perspectivas de crecimiento e inflación. Este es el punto crucial al que deben estar atentos los inversores. Los mercados bajistas de renta variable se producen durante las recesiones (salvo en el lunes negro de 1987). No esperamos ver una recesión, pero el riesgo de que se produzca en Europa está creciendo en medio de la creciente presión inflacionaria en un momento en que el BCE planea reducir su expansión cuantitativa. Dado que los riesgos geopolíticos son muy difíciles de evaluar (cualquier cambio positivo podría conducir a un repunte de alivio, mientras que si continúa la escalada podría aumentar la presión sobre los mercados), los inversores deberían seguir intentando aprovechar la recuperación, principalmente en mercados de renta variable de forma selectiva, pero también estar preparados para lo peor (ajustando las coberturas para hacer frente a una situación aún más desfavorable). En definitiva, el tema de la inflación se sigue reforzando, lo que nuevamente exige una preferencia a medio plazo por el value de calidad en renta variable, aunque es posible que veamos algunas pausas a corto plazo en la rotación value. En cuanto al crédito, hemos adoptado una postura más cautelosa ante los crecientes riesgos de liquidez y un perfil de riesgo/rendimiento menos atractivo para el crédito frente a la renta variable.
- ¿Es el 2 % un nivel objetivo para el rendimiento de los UST, o hay más por venir y, por tanto, debería mantenerse una posición corta en duración? El giro de la Fed hacia una política monetaria restrictiva y la sorpresa de la inflación impulsaron temporalmente los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años más allá del umbral del 2 % por primera vez desde julio de 2019 y contribuyeron a una restauración del valor, en particular, en el extremo corto de la curva. El conflicto Rusia-Ucrania plantea riesgos, sobre todo, para los sistemas financieros y la inflación, pero también para la economía global. Dado que el mercado ya está descontando medidas significativas de la Fed, creemos que el crecimiento de yields podría entrar en pausa en espera de la reunión de la Fed de marzo. Habría que hacer algunos ajustes técnicos en la duración, por lo que recomendamos una estrategia activa. De momento, confirmamos nuestra cautela respecto a la duración mientras buscamos activamente oportunidades a nivel de curvas y países.
La incertidumbre en el mercado seguirá siendo alta. Nos enfrentamos a un periodo de baja visibilidad respecto a los acontecimientos geopolíticos y las implicaciones económicas. La volatilidad en renta variable se mantendrá elevada, ya que, dada la alta liquidez de la renta variable, serán el primer objetivo si hubiera que ajustar rápido el riesgo, lo que también podría ofrecer oportunidades para comprar en caída y volver a entrar en algunas áreas del mercado sobrevendidas.
El marco temporal de esta crisis será crucial, ya que un periodo prolongado de incertidumbre con nuevas escaladas podría llevar a nuevas revisiones de precios en las primas de riesgo globales. La atención estará puesta en los bancos centrales, que puede que en algún momento tengan que ajustar sus agendas para abordar el creciente riesgo de estanflación. Para los inversores, todo esto significa que deben mantenerse bien diversificados, aumentar sus coberturas y centrarse en áreas resilientes a la alta inflación.