Amundi – Los mercados, en 3D: Delta, Desaceleración y Divergencias
Por Pascal Blanquè, group chief investment officer; y Vincent Mortier, deputy group chief investment officer. Ambos en Amundi Asset Management
La renta variable se ha mantenido al alza durante las últimas semanas a pesar de algunos retos (regulaciones en China, crisis de Afganistán), principalmente debido a la excepcional temporada de resultados en Estados Unidos y Europa. De cara a futuro, identificamos tres temas principales: la propagación de la variante Delta del Covid, la desaceleración del crecimiento económico desde su máximo, y las divergencias en las políticas. En cuanto a la primera D, de la variante Delta, el rebrote de Covid-19 en EE. UU. y Europa ha sido un tema clave, con el regreso de operaciones de cierre o lockdowns que penalizan a los valores de viajes y ocio y favorecen a las compañías más defensivas. Creemos que el mercado ha ido probablemente demasiado lejos en cuanto a la valoración de la posibilidad de nuevos cierres. Esto puede haber abierto oportunidades en los sectores más afectados.
El temor a la propagación global de la variante Delta se solapa con la segunda D, una desaceleración del crecimiento económico ya en proceso, tanto en EE. UU. como en China. La zona euro, por el contrario, sigue subiendo y es probable que alcance su pico en el próximo trimestre o el siguiente, impulsada por la periferia en un entorno inflacionista que sigue siendo más benigno que el de EE. UU. Todos estos factores se traducen en políticas monetarias divergentes entre EE. UU., China y la Eurozona. En EE. UU., la aceleración de la recuperación del mercado de trabajo, unida a una mayor inflación, está preparando el terreno para las conversaciones sobre el tapering. China parece estar avanzando hacia un sesgo de relajación, y el BCE sigue siendo ampliamente acomodaticio. Además, el aspecto fiscal podría jugar relativamente a favor de la zona euro en los próximos meses, pero en EE. UU., la mayor parte de la acomodación fiscal ha quedado atrás y el plan de infraestructuras tardará años en hacerse efectivo.
Estas 3 “Ds” están construyendo un terreno fértil para el retorno de la volatilidad del mercado, actuando como el detonante de una pausa en el rally en renta variable y para el valor relativo. Esto significa que los inversores deben atenerse a algunas convicciones clave:
- Si bien nos mantenemos neutrales en general en renta variable, es prudente contar con protección. Dados los tipos reales negativos de los bonos, la renta variable sigue siendo la alternativa clave, más aún si los yields de los bonos van a subir menos que la inflación, manipulada por las medidas políticas, y los dividendos se mantienen sostenidos. A corto plazo, los inversores deberían ser prudentes y construir cierta cobertura en caso de que se produzca un rápido deterioro de las condiciones económicas debido al ciclo del virus. Además, cabe esperar que el extraordinario crecimiento de los beneficios de este año no se repetirá. Las empresas han podido repercutir ampliamente el aumento de los costes a los consumidores, pero si -como creemos- la inflación va a ser menos temporal de lo previsto, vendrá seguida de un aumento de los salarios. Esto todavía no se ha materializado. Aunque a nivel regional mantenemos una postura neutral, reconocemos que, desde el punto de vista de las valoraciones, Europa es más atractiva, ya que aún no ha alcanzado el máximo en términos de crecimiento y las medidas políticas siguen siendo favorables.
- La llamada al value en renta variable está intacta, a pesar de la debilidad del verano. Esto está dando a los inversores una segunda oportunidad, si no habían abrazado la operación en noviembre, de entrar en una apuesta multianual. La primera etapa fue principalmente una llamada de value cíclico; la segunda ola podría ser más favorable para los nombres relacionados con los tipos de interés (bancos/financieras) y resultar beneficiosa para las empresas con valoraciones atractivas (energía en EE. UU.).
- La postura corta en duración sigue siendo el nombre del juego en renta fija. La búsqueda de rentas sigue favoreciendo a la Europa periférica, al crédito global IG y HY, incluidos los bonos chinos. El alto nivel de apalancamiento es un área a la que hay que prestar atención para el crédito, que debe ser vigilado en base a una perspectiva de tipos más altos. Esto hace que la selección a nivel corporativo sea primordial.
- Nos mantenemos neutrales en general en renta variable emergente, pero vemos divergencias. A corto plazo, somos más cautelosos con respecto a China en medio de la oleada reguladora, mientras que somos constructivos respecto a India y Brasil, donde lo peor de la crisis de Covid parece haber quedado atrás. En cuanto a China, mantenemos nuestra opinión positiva a largo plazo y creemos que la reciente debilidad ha abierto interesantes oportunidades. Los inversores podrían aprovechar el sell-off para aumentar su asignación en renta variable china en las carteras globales y gestionar la fase actual centrándose más en los sectores que están aislados por los cambios en la regulación, como biotecnología y valores relacionados con la energía limpia. En cuanto a los bonos de mercados emergentes, un motor clave de rentas, la opinión sigue siendo prudente. La perspectiva del tapering de la Fed nos hace ser prudentes en cuanto a la duración, favoreciendo los HY, así como en algunas historias idiosincrásicas que deben ser vigiladas (Camboya, Tailandia, Perú, Chile, Brasil) por el riesgo político.
En conclusión, reiteramos la necesidad de permanecer atentos, por un lado, pero sin caer en un pesimismo excesivo, por otro. Los mercados están equilibrando las noticias menos brillantes de la economía con las medidas políticas. Todo esto significa que el escrutinio de los casos de inversión debe ser elevado, ya que hay poco margen para cometer errores con las valoraciones actuales del mercado.