Amundi AM: Un giro rápido y furioso en los mercados
Por Pascal Blanquè, group chief investment officer; y Vincent Mortier, deputy group chief investment officer. Amundi Asset Management
En enero hemos visto grandes giros en los mercados, con abruptas subidas en los rendimientos nominales y reales que han provocado un fuerte desplazamiento del crecimiento al valor en renta variable. La revisión de la prima de inflación tras unas valoraciones difíciles ha provocado una fuerte revaluación de las primas de riesgo. De cara al futuro, es probable que continúe este entorno más incierto y volátil a medida que se definan cuatro temas: (1) la evolución de la variante ómicron, que podría afectar negativamente al crecimiento y empeorar aún más los problemas de suministro; (2) la incertidumbre sobre cómo reaccionarán los BC a la subida de la inflación (EE. UU. y Europa) en un contexto de cierta desaceleración del crecimiento y los efectos psicológicos de esta vuelta de la inflación, con una posible espiral de crecimiento salarial / inflación; (3) el retorno del riesgo geopolítico, con Kazajistán y Ucrania en las noticias y el papel de Rusia y China en la región. Los mercados de energía y materias primas, ajustados y volátiles, están muy expuestos al riesgo político. En Europa, la agenda política viene apretada, con elecciones en Italia y Francia en un momento en que se están desarrollando nuevas normas fiscales y poniendo en marcha el plan Next Generation de la UE; (4) los problemas continuados en el sector inmobiliario chino. Las políticas se están volviendo favorables, pero los inversores deben olvidarse de las elevadas cifras de crecimiento del PIB del pasado. Ante este panorama, vemos tres temas clave para los inversores:
- Una confirmación de una postura cautelosa en la asignación de riesgos a corto plazo. No es momento de añadir riesgo, sino de aferrarse a las convicciones fundamentales (estar a la defensiva respecto a la duración, preferir el valor, protegerse de la inflación). Es demasiado pronto para considerar la reciente revisión de precios como un punto de entrada. Desde una perspectiva estratégica, en un mundo en el que se esperan bajos rendimientos, para los inversores es fundamental la diversificación, asignar adecuadamente las inversiones, por ejemplo, en los mercados asiáticos, como China e India y en activos reales que puedan beneficiarse de un entorno inflacionista. También deberían favorecerse las estrategias de baja correlación que tengan como objetivo rendimientos absolutos o reales, ya que, con la subida de los tipos y la inflación, la tradicional dinámica de la correlación renta fija/variable tiende a desdibujarse. Las alternativas líquidas también podrían ayudar a diversificar carteras, mientras que las soluciones más eficientes cobrarán aún más importancia en un mundo de bajos rendimientos. Una asignación táctica también será vital para capturar oportunidades. A medida que avanzamos hacia el segundo semestre deberíamos ver una leve desaceleración de la inflación y una mejora en el impulso del crecimiento (más positivo para renta variable).
- La volatilidad de la renta variable crece y se mantendrá alta a medida que los mercados reevalúen la senda de la inflación y la respuesta de los BC. No obstante, un crecimiento económico decente y unas condiciones financieras razonablemente acomodaticias deberían poder evitar una caída importante de los mercados. Nuestro supuesto base es de rendimientos de un solo dígito en renta variable en 2022. A nivel regional, preferimos Europa/Japón y ME selectivos, como India y China, donde las valoraciones son más atractivas. El mercado estadounidense podría terminar el año casi plano, pero con grandes disyuntivas que brindarán oportunidades de valor relativo. Los precios todavía no contemplan la inflación estructuralmente alta y el mercado está contando con que el coste del capital se mantenga bajo mucho tiempo. Una revisión modesta del riesgo de inflación (y de los tipos) podría tener un gran impacto para la renta variable en términos de rendimiento y composición (S&500 es, en términos generales, un mercado de crecimiento). La gran rotación dentro de los índices y entre los mercados de valor/crecimiento será este año el tema principal para los inversores en renta variable. Por tanto, los inversores deberían favorecer el value sobre el growth en el mercado estadounidense, y más aún a nivel global. Una mayor inflación y unos tipos más altos reducirán los beneficios de las acciones y apenas serán sostenibles para los valores growth caros. Se favorecerá el value frente al growth tecnológico. También somos más cautos respecto a grandes nombres sobrevalorados y preferimos empresas con buena capacidad de fijación de precios.
- En bonos, recomendamos flexibilidad y tender a una menor duración. Los índices de referencia tradicionales de los bonos se enfrentan al problema del riesgo de la duración y bajos rendimientos. Si los tipos suben, estos índices sufrirán pérdidas. Por tanto, los inversores deberían preferir estrategias flexibles en RF para aprovechar las oportunidades que ofrece la asincronía entre las dinámicas de los BC y FX. Los bonos no están muertos, pero el valor relativo será la clave de la cuestión. Para extraer valor adicional en un entorno de rendimientos reales negativos, será crucial buscar oportunidades en todas las curvas y geografías y en activos de mayor rendimiento, como bonos de ME. Los inversores podrían beneficiarse de las perturbaciones añadiendo exposición a renta fija una vez que vayamos dejando atrás las actualizaciones de los rendimientos. En crédito, todavía hay oportunidades, por ejemplo, en HY, pero aquí los inversores deberían evitar nombres sobreendeudados que podrían tener menor liquidez.
Tras décadas en segundo plano, el retorno de la inflación obligará a los inversores a cambiar de una mentalidad de rendimientos nominales a una de rendimientos reales. Seguir el juego de los constantes giros del mercado será primordial para generar beneficios, y los rendimientos reales serán la clave para ello.