Allianz GI: Prudencia ante la próxima ralentización de la economía global
El acuerdo provisional al que se llegó el pasado viernes en torno al conflicto comercial entre Estados Unidos y China debería de evitar de momento una nueva escalada entre ambos países y podría representar, de cara al futuro, un primer paso hacia una salida del atolladero. Asimismo, se produjo un sorprendente acercamiento de posiciones en las negociaciones que se desarrollan desde hace meses entre el gobierno británico y la Unión Europea. Los mercados de capitales internacionales acogieron bien el acuerdo parcial en la disputa sobre los aranceles, así como la evolución de las negociaciones sobre la salida británica de la UE (Brexit), y subieron en algunos casos hasta casi alcanzar sus máximos históricos (S&P, Nasdaq) o sus máximos del año en curso (Stoxx 600, EuroStoxx 50, DAX, Nikkei).
No obstante, sigue haciendo falta tener prudencia: 1) Incluso si EE. UU. y China llegaran a convenir las grandes líneas de un acuerdo, que ya podría firmarse el próximo mes en ocasión de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) a mediados de noviembre en Chile, las grandes cuestiones estructurales de la disputa comercial siguen sin resolver. Igual de incierto es si a mediados de diciembre entrarán en vigor los aranceles punitivos adicionales planeados del 15% sobre bienes de consumo por un valor de unos 160.000 millones de dólares. 2) El punto conflictivo del Brexit sigue siendo evitar una «frontera dura» entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda (la llamada salvaguarda o «backstop»). A pesar de las nuevas propuestas, queda por ver si el partido norirlandés DUP y los diputados del ala dura del partido conservador votarán finalmente a favor del acuerdo en el parlamento.
Lo que parece claro es que tanto el Brexit como el conflicto comercial tienen un efecto negativo sobre el crecimiento económico mundial. Esto se reflejó en la última semana en los datos de comercio exterior de China, aunque es probable que la débil evolución del mismo se deba a motivos tanto externos como internos de China. En cuanto a EE. UU., el flojo dato del índice ISM de gestores de compras mostró que tampoco esta economía nacional se escapa de la desaceleración económica mundial, mientras que en la zona euro, la industria corre el riesgo de caer en recesión. En resumen, en casi el 90% del mundo se prevé una ralentización del crecimiento en 2019, según la nueva directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
En consecuencia, es de prever que los bancos centrales mantengan sus políticas de batipos durante un periodo prolongado: Desde principios de año, los bancos centrales de todo el mundo han efectuado más de 40 recortes de sus tipos de referencia; incluso algunos como el banco central de Singapur, por primera vez en tres años.
Claves de la semana
Después de que tanto el FMI como el Banco Mundial hayan vuelto a revisar a la baja sus previsiones más recientes del crecimiento económico mundial, la atención en EE. UU. se dirigirá principalmente en este contexto al índice Markit de gestores de compras del sector manufacturero, que se publicará el jueves. Este índice debería de reflejar mucho mejor que el índice ISM la situación actual de la economía interna estadounidense. Los nuevos pedidos de bienes duraderos (jueves), como indicador adelantado de la demanda industrial, podrían proporcionar otra indicación en este sentido, mientras que la temporada de resultados del 3.er trimestre de EE. UU. arrancará esta semana.
En la zona euro, el jueves se prestará atención al índice provisional de gestores de compras, así como a la decisión sobre los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE). Después de que el presidente del BCE, Mario Draghi, presentara en septiembre un amplio paquete de medidas de estímulo, no se prevé ninguna novedad en la próxima reunión sobre los tipos. No obstante, marcará la última reunión del BCE bajo la batuta de Draghi, cuya presidencia se recordará sobre todo por tres palabras: «Whatever it takes» [lo que haga falta]. En Alemania, suscitará especial interés el índice Ifo de clima empresarial (viernes), mientras que, en el Reino Unido, las negociaciones sobre el Brexit probablemente continuarán después de la cumbre del Consejo Europeo (17-18 de octubre), en caso de que ambas partes no alcancen un acuerdo.
No obstante, si inesperadamente lo alcanzaran, el parlamento británico podría votar acerca del mismo ya el sábado (19 de octubre). De todos modos, por si acaso, ya se habla de una próxima cumbre de la UE en los días 29 y 30 de octubre, para pedir eventualmente, antes de la posible salida británica de la Unión el 31 de octubre (sin acuerdo), una nueva prórroga del plazo de salida de la UE conforme al artículo 50.
En los mercados emergentes, se esperan decisiones sobre los tipos de interés en, entre otros países, Hungría (martes), Chile (miércoles), Indonesia, Turquía (ambos el jueves) y Rusia (viernes), con rebajas de tipos previstas principalmente en los últimos países citados. En Asia, la atención se dirigirá especialmente a Japón, cuyos datos de comercio exterior de septiembre se publican el lunes. En este sentido, la ligera depreciación del yen frente al dólar estadounidense desde finales de agosto podría haber contribuido a una mejora de las cifras de exportaciones, así como a una estabilización del índice de gestores de compras del sector manufacturero (jueves).
Los indicadores de posicionamiento a corto plazo señalan que los inversores han adoptado cada vez más una actitud de espera: Según la encuesta de la American Association of Individual Investors (AAII), la proporción de los inversores bajistas ha aumentado en las últimas cuatro semanas del 28% al 44% – la de los alcistas ha caído a un mínimo desde mayo de 2016–, mientras que las ratios put/call han alcanzado entretanto su máximo nivel desde abril de 2010. En consonancia con esto, los fondos de renta fija y del mercado monetario de todo el mundo han registrado en total desde principios de año, según el proveedor de datos EPFR, unas entradas netas de capital de más de 860.000 millones de dólares estadounidenses (casi 22.000 solo en la última semana), pese a un volumen de bonos en circulación con rendimientos negativos de más de 14 billones de dólares. Dicho esto, dadas las señales actuales de distensión de la situación política (Brexit y conflicto comercial), las primas de riesgo por la incertidumbre política podrían reducirse en las próximas semanas y, junto con una política monetaria internacional cada vez más expansiva, dar un impulso a los mercados de renta variable mundiales.