Allianz GI: Posibles señales de esperanza para el fin de la guerra comercial
Por Stefan Scheurer, Director, Global Capital Markets & Thematic Research en Allianz Global Investors
Los mercados de capitales aplaudieron la decisión del presidente Trump del pasado fin de semana de dejar en suspenso a última hora los aranceles punitivos con los que había amenazado a México. ¿Se trata realmente de una clara señal de que EE. UU. desea dejar la puerta abierta para nuevas negociaciones con China? Quizá. Esto también encajaría con las declaraciones del presidente de China Xi Jinping en un foro económico que se celebra estos días en Rusia, donde aludió abiertamente al presidente Trump como su «amigo». La reunión entre ambos con de ocasión de la cumbre del G20 en Japón los días 28 y 29 de junio se seguirá con gran atención.
Para amortiguar el impacto negativo del conflicto comercial sobre la economía nacional, el gobierno chino ha decidido facilitar las inversiones de los entes locales en proyectos de infraestructuras. Con este fin, se permitirá a los responsables de las administraciones locales utilizar recursos obtenidos de la venta de bonos especiales para la financiación de proyectos de infraestructuras (y así, financiar también proyectos seleccionados fuera del presupuesto ordinario). Sujeto a los resultados de las negociaciones, el sábado 15 de junio debería entrar en vigor el aumento de los aranceles del 10% al 25% sobre importaciones de productos chinos por un valor de 200.000 millones de dólares.
Un acuerdo en la disputa sobre los aranceles –sea con México o potencialmente con China–, no obstante, también debería de favorecer la economía estadounidense, especialmente cuando los débiles datos del informe de empleo de EE. UU. indican que la situación laboral del país comienza a deteriorarse. Por otra parte, una creación de empleo decepcionante junto con una moderación del crecimiento salarial –y por ende, de la presión inflacionista– volvieron a suscitar esperanzas de que la reserva Federal (Fed), rebaje pronto los tipos de interés. También podrían interpretarse de manera similar los comentarios de algunos de los gobernadores de la Fed, que en los últimos días han anunciado su disposición hacia una relajación de la política monetaria. El mercado de capitales descuenta ahora rebajas del tipo de los fondos federales de en torno al 0,75% en total hasta principios de 2020, y los futuros de los fondos federales indican una probabilidad de más del 80% de que se recorten los tipos en la reunión del FOMC de julio. Si esto sucede, correspondería exactamente al intervalo medio de 8 meses entre la última subida y la primera rebaja de los tipos de la Fed desde 1985.
De cara al futuro, el contexto económico globalmente frágil se verá considerablemente lastrado por la escalada reciente del conflicto comercial iniciado por EE. UU., que podría poner fin a las esperanzas de una estabilización por lo menos temporal de la economía mundial hacia mediados de este año. No obstante, solo los datos macroeconómicos de los próximos dos a tres meses permitirán saber con qué fuerza los factores geopolíticos han lastrado la coyuntura mundial. Sin embargo, algo es bastante seguro: cuánto más dure la guerra comercial y más generalizada sea, mayor será el riesgo de que la prolongada expansión económica termine bruscamente.
Claves de la semana
De EE. UU. llegarán algunos indicadores esclarecedores. Varios indicadores, como el Empire State Index (lunes), el índice de la Reserva Federal de Filadelfia (jueves) o el índice Markit de gestores de compras del sector manufacturero (viernes), podrían seguir presentando un panorama de ligera desaceleración de la economía estadounidense. La decisión sobre los tipos de referencia de la Fed del miércoles debería de atraer la máxima atención. ¿Qué conclusiones extrae la Fed de la Conferencia de la Fed de Chicago celebrada en la última semana sobre su futura política monetaria? ¿Y se está preparando ya el terreno para una primera rebaja de los tipos en julio?
En la zona euro, se seguirá con interés el índice ZEW de actividad, en particular el subcomponente de las expectativas económicas. Estas están, aunque con un desfase temporal, estrechamente correlacionadas con el índice Ifo de clima empresarial y, por consiguiente, con la coyuntura de la mayor economía nacional de la Unión Europea. Los índices de gestores de compras del sector manufacturero (viernes) seguramente no reflejarán los recientes comentarios algo más conciliadores en torno a los conflictos comerciales (México, China).
En el Reino Unido, los datos económicos a los que se prestará especial atención serán los precios al consumidor (IPC subyacente) el miércoles. Últimamente, los precios de la energía, entre otros, han provocado un repunte temporal de la inflación. De cara al segundo semestre, la tasa global podría ceder, puesto que es probable que la disminución de los efectos de base causados por el precio de la energía se vea compensada por un incremento de los precios de los servicios (dado el sólido mercado laboral y los mayores costes salariales). Por lo tanto, es de prever que el Banco de Inglaterra (jueves) no retome su ciclo de subidas de tipos hasta que se hayan sorteado los escollos del Brexit.
En Asia, la atención se dirigirá a Japón. Mientras que los datos de comercio (miércoles) deben contemplarse en el contexto de una apreciación del yen y con el telón de fondo del enquistado conflicto comercial, es de prever que los precios al consumidor (IPC subyacente) no justifiquen ningún cambio en los tipos de referencia por parte del Banco de Japón (jueves).
Según la última encuesta de la American Association of Individual Investors (AAII), la proporción de los alcistas entre los inversores particulares estadounidenses ascendía en la última semana a más del 40%, su máximo nivel desde enero de 2019, mientras que la proporción de inversores bajistas cayó a un mínimo desde diciembre de 2018. Por otra parte, la relación entre opciones put y call en el mercado de opciones estadounidenses se encuentra una desviación estándar por debajo de la media a largo plazo, es decir, los participantes del mercado se han cubierto con opciones de compra (calls). Tal vez una clara señal de que los inversores institucionales ya se han posicionado en el lado comprador en anticipación a la cumbre del G20.