Allianz GI: Cuáles deberían ser las prioridades de la nueva Presidencia de la UE
Por Neil Dwane, estratega global de Allianz Global Investors
El presidente de la Unión Europea (UE), Jean-Claude Juncker, deja su cargo en octubre tras de cinco años en el cargo. Al comienzo de su mandato, analizamos las prioridades clave del Sr. Juncker en sus primeros 100 días, animándolo a ser audaz en temas políticos, económicos y sociales. Cinco años después no se ha hecho mucho para abordar los malestares que aquejan al mayor bloque comercial del mundo. Ha habido poca audacia en la última media década.
Mucho, por supuesto, ha cambiado en esos cinco años, entre ellos el Brexit y el surgimiento de movimientos y gobiernos populistas de derechas, que amenazan la cohesión de la UE y reflejan nuevas fallas fundamentales que se han estado abriendo en la última década.
Principales retos
- Ha habido un progreso limitado en la resolución de los viejos desafíos de Europa, y han surgido otros nuevos, que incluyen cómo responder de manera competitiva a los grandes disruptores corporativos estadounidenses.
- Sin embargo, Europa tiene tremendas fortalezas inherentes, especialmente en los sectores energético, industrial y de consumo.
- La UE debería evitar el modelo estadounidense de «moverse rápido y romper cosas», revitalizando sus habilidades científicas y de ingeniería para «moverse despacio y hacer cosas».
- Europa puede ofrecer un modelo alternativo, que valora la libertad individual, la tolerancia, el comercio abierto y la libertad política y social.
Desafíos en el horizonte
- Política. Con una Italia todavía débil y el Brexit en ebullición, y con la posibilidad de no alcanzar un acuerdo, puede ocurrir alguna controversia con Rusia, a lo que hay que sumar la reglamentación y fiscalización de las empresas tecnológicas de EE. UU.
- Economía. La desaceleración de la UE a medida que China se estanca y las guerras comerciales crecen.
- Sociedad. La denominada generación perdida está emergiendo, mientras que la creciente inmigración contribuye a la fragmentación política. Una mayor debilidad puede afectara los bancos de los EE. UU. Entretanto, en Alemania, los tipos negativos han provocado un aumento en el ahorro pero una caída en el consumo