Acacia Inversión: Las alternativas a los fondos mixtos tradicionales
Un fondo mixto es aquel que combina la inversión en renta fija tradicional (bonos con los que se financian gobiernos o empresas) y en renta variable (acciones de empresas), manteniendo un nivel de riesgo ajustado. En el contexto actual de represión financiera, su papel histórico como cartera equilibrada para cuidar nuestro patrimonio queda en entredicho, según Germán García Velasco, responsable de asesoramiento y planificación en Acacia Inversión. En el escenario que vivimos desde hace una década, los Bancos Centrales “con sus tipos ultra bajos y su inundación de liquidez hacen que el dinero cada vez valga menos, así, los grandes ganadores (o supervivientes) son los deudores (sus deudas se hacen más livianas) y los tenedores de activos (ya que muchos de ellos se encuentran con valoraciones en máximos históricos), mientras que, “los grandes perjudicados son los rentistas y los ahorradores, ya que su dinero no se remunera”.
En este entorno de tipos en mínimos o incluso negativos, los rendimientos esperados de los bonos son cada vez menores, por lo que la labor de la renta fija en las carteras ya no sirve ni como generadora de rentabilidad ni como colchón en caso de que vengan curvas en los mercados financieros. Respecto al primer punto, sirva como ejemplo que, tanto en Europa como en Japón, las acciones han ofrecido ingresos más altos que los bonos gubernamentales (dividendos superiores al cupón de estos) durante los últimos 10 años.
Según Ander Arcaraz, responsable de Renta Fija, los bonos han dejado de amortiguar las caídas de las carteras por tres razones: porque el actual cupón (carry que ofrecen los bonos) es tan exiguo que ya no es capaz de contrarrestar las caídas en el precio del bono por subidas de tipos, ni las bajadas de la parte más agresiva de la cartera (la renta variable); porque la clásica afirmación de que la renta fija y la renta variable están descorrelacionadas, en estos momentos no se cumple; y porque los tipos, en principio, han llegado hasta un límite en el que no deberían seguir cayendo en gran medida.
Las alternativas
Ante esta tesitura, es lógico que los inversores se pregunten dónde y cómo invertir para salir de esta disyuntiva. Por un lado, Mikel Ochagavia, responsable de análisis, propone considerar modelos alternativos, como la cartera permanente (compuesta de cuatro activos diferentes, donde el comportamiento de cada uno de ellos es el óptimo en cada uno de los cuatro entornos económicos posibles) o la cartera antifrágil (basada en el trabajo de Nassim Taleb, con activos que no sufran o incluso se beneficien de la volatilidad). Además, recomienda la incorporación de activos ilíquidos (Capital Riesgo, inmobiliario…) en las carteras o el uso inteligente de los derivados (como la venta de opciones que realizan en Acacia Renta Dinámica).
Todo ello con la referencia del modelo que guía a Acacia Inversión, el de los endowments (fondos de las universidades norteamericanas), que ha aguantado con éxito el paso de más de un siglo de existencia. Estos vehículos en la actualidad tienen pesos muy reducidos en bonos, por la exigua rentabilidad que ofrecen, y por su horizonte temporal, que es de décadas. Para Miguel Roqueiro, director de inversiones, los endowments, especialmente el de Yale con David F. Swensen a la cabeza, son el mejor ejemplo de la búsqueda de rentabilidad a largo plazo teniendo como foco la consecución de unos objetivos previamente fijados, gracias a su flexibilidad y a la gran diversificación de las inversiones en cartera.
Esta diversificación, señala Roqueiro, caracteriza a todos los fondos multiactivo de Acacia (Bonomix, Invermix, Globalmix), en los que aglutinan sus mejores ideas dentro de un amplísimo universo de inversión (tipo de activo, región, instrumento…).
Por último, García Velasco destaca el ya mencionado Acacia Renta Dinámica, la alternativa “todoterreno” de la entidad y que afirma es la “más efectiva para este entorno de rentabilidades bajas en renta fija”. Un fondo que “realiza una venta sistemática de volatilidad a través de opciones y aprovecha los vaivenes del mercado para poder obtener una rentabilidad de letra del tesoro más 2%-3%”. Objetivo que ha cumplido en su década de existencia (+3,32% de rentabilidad anualizada desde 2011), un periodo en el que hemos vivido situaciones de estrés tan diferentes como la crisis del Euro en 2012, las dudas sobre el crecimiento chino en 2015, el crash vinculado a la política monetaria de la FED norteamericana en 2018 y por supuesto la crisis del Coronavirus de 2020. Con todo ello, el fondo se encuentra en máximos históricos y en positivo todos los años, salvo una leve pérdida del 0,12% en 2018.