2023: ¿oportunidad de oro para invertir en renta fija?
Por Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía
Hemos empezado el 2023 presenciando el increíble comienzo que han tenido los mercados, sobre todo la renta variable y aquellos sectores relacionados con la subida de tipos. Por ello, tras las turbulencias que en los últimos meses se han producido en el mercado, muchos inversores se preguntan cuáles serán las oportunidades de inversión este año.
Si bien es cierto que las oportunidades de inversión dependen del perfil particular de cada inversor, a día de hoy, podemos deducir que las mayores oportunidades se encuentran, fundamentalmente, en el ámbito de la renta fija. Con independencia de que veamos subidas de tipos de interés o, incluso, que la inflación se prolongue más tiempo del esperado, la renta fija, particularmente, la renta fija de calidad, es un buen negocio de cara a los próximos meses, hasta unos pocos años vista.
Buena parte del mundo inversor descuenta ya una clara contención de la inflación en los próximos tiempos. Así, en el entendido de que la inflación debería ir moderando a lo largo del año, el mercado llegará a un momento en el que estime que el principal problema ya no es la inflación, sino el crecimiento, y eso provocará que buena parte de la renta fija, probablemente, aumente de valor. Por lo tanto, con carácter general, la renta fija, a día de hoy, se presenta como una oportunidad mejor que la renta variable.
En cualquier caso, la renta fija va a ser la que marque la senda de la variable, en la medida en la que recoge, en términos de TIR, las inferencias sobre tipos de interés de las expectativas de inflación. Dicho eso, no está de más decir que llevamos un comienzo de año espectacular en renta variable, que buena parte de los índices bursátiles están sobre comprados y, por lo tanto, no hay que descartar en absoluto algún tipo de corrección en el en el corto plazo y medio plazo.
Por lo tanto, debemos prestar mucha atención a la renta variable, sobre todo en el corto plazo. Deberíamos ver nuevos catalizadores claros y evidentes para la subida, que tendría que ver, fundamentalmente, con mejores noticias desde el punto de vista macroeconómico: con algo parecido a ese aterrizaje suave a la que muchas veces ha hecho mención la Reserva Federal y que esperemos que ocurra. Sin embargo, esto todavía no está claro y va a depender, sobre todo, de la inflación y de hasta donde alcance la subida de los tipos de interés. Así, en el caso de la renta variable,el factor determinante será la profundidad de la ralentización económica (eufemismo de recesión) que puede perturbar las expectativas de beneficios empresariales. Si el deterioro económico es más elevado de lo previsto, es muy probable que las bolsas, en algún momento, lleven a cabo algún tipo de corrección significativa. Por lo tanto, al menos en estos primeros meses de año, mucha precaución con las acciones. Es posible que la mayor estabilidad macro a partir de verano muestren un mejor escenario para este tipo de activos.
En esta línea, en el caso de las bolsas, contra intuitivamente, una macro más fuerte puede suponer una corrección de las cotizaciones, en la medida que los inversores descuentan mayores endurecimientos de las políticas monetarias y, por ello, una mayor desaceleración futura del PIB. De hecho, se prevé que durante la primera parte del año, los sectores value, con los bancos a la cabeza, de la mano de los tipos altos e inflación elevada, deberían hacerlo mejor relativo frente al growth. Una vez cambie el sesgo de los bancos centrales en cuanto a tipos de interés, derivado de la relajación de los niveles de inflación actuales, la tecnología debería tomar el relevo del sector financiero. Eso sí, hay que tener en cuenta que los tipos altos constituyen un torpedo en la línea de flotación del sector tecnológico. Por tanto, en la medida que se produzca un giro en la política monetaria, en EEUU primero, y Europa después, la tecnología debería convertirse, de nuevo, en el sector de arrastre de las bolsas. El Nasdaq volverá a liderar las subidas pero, a corto plazo, también la volatilidad.