Tikehau Capital afirma que Europa tiene una gran oportunidad en la desglobalización
Thomas Friedberger, codirector de Inversiones y director general de Tikehau Investment Management, ha resumido las cinco claves por las que Europa tiene oportunidades de inversión en una economía que se enfrenta a la desglobalización:
- En primer lugar, gracias al refuerzo significativo de la unidad europea debido a la invasión rusa de Ucrania. No solo los líderes europeos unieron posturas, sino que la población también expresó un profundo sentimiento de comunidad y de pertenencia. Desde el punto de vista financiero, la Unión Europea no está unida, sin embargo, hay un acercamiento gracias a la emisión de deuda de la Comisión Europea como parte del plan para reactivar la economía del continente tras la crisis del Covid. Durante la crisis del Covid en 2020, los gobiernos europeos tomaron la decisión de canalizar sus reservas hacia la economía real para crear fondos de recuperación. Estas han demostrado ser herramientas eficaces en la asignación de capital.
- En segundo lugar, Europa se ha adelantado en dos de las condiciones necesarias para garantizar el rendimiento financiero durante las últimas décadas: por un lado, ha reconocido los criterios extrafinancieros y, por otro, se ha posicionado respecto a varias «megatendencias» de crecimiento estructural. Creemos que estos dos factores marcarán la creación de rendimiento financiero en las próximas décadas. Además, creemos que el crecimiento a nivel mundial está a punto de ralentizarse y este crecimiento se concentrará en un número limitado de megatendencias, como la transición a las fuentes de energía alternativas.
- El tercer elemento a favor de Europa es la desglobalización. Europa ha perdido su competitividad en la era de la globalización acelerada. La tendencia a la desglobalización se está incrementando en medio de las tensiones entre Estados Unidos y China, la crisis del Covid y la invasión rusa de Ucrania. En este contexto, crear resiliencia significa fortalecer los ecosistemas a nivel local. Aquí es donde el tamaño del mercado nacional adquiere especial importancia. Por su parte, la Unión Europea es un mercado con casi 450 millones de personas y la falta de un mercado nacional homogéneo ha reforzado la necesidad de que las empresas europeas que experimentan un fuerte crecimiento recurran al capital de crecimiento. El potencial de creación de valor es, por tanto, muy importante. “Good deals have no wheels” es nuestra respuesta en Tikehau cuando nos preguntan por qué hemos abierto oficinas en ocho cuidades europeas hasta ahora. Estamos seguros de que contribuir al éxito de los pioneros europeos representa para Tikehau y sus socios una considerable reserva de valor económico en este nuevo contexto global. Europa tiene un enorme potencial para los inversores que quieran contribuir al éxito de las empresas.
- Por otro lado, otra ventaja competitiva que ofrece Europa radica en su nuevo entorno en cuanto a la trayectoria prevista de los tipos de interés. Los tipos de interés del Banco Central Europeo podrían ser positivos a finales de 2022; sin embargo, al final de este ciclo alcista, su nivel debería estar muy por debajo de las cifras estadounidenses. Esto, unido a unos márgenes de valoración inferiores a los registrados en EE.UU., hacen de la zona euro especialmente atractiva, siempre que se sepa qué empresas se beneficiarán de este efecto a nivel europeo.
- Por último, Europa sigue siendo una de las regiones políticamente más estables del planeta. La desglobalización, combinada con el fin del largo ciclo de bajada de los tipos de interés, ha venido acompañada de un aumento de la diferencia de trayectorias entre las distintas regiones geográficas, lo que ha generado incertidumbre. La estabilidad de Europa, a pesar de un crecimiento económico potencial inferior al de otras regiones, la convierte en una zona indispensable para la inversión.
En conclusión, Estados Unidos y China han apostado por el dominio tecnológico, monetario y militar para mantener sus posiciones al frente de la economía mundial. Para Europa, intentar competir en estos ámbitos acabaría muy probablemente, en el fracaso. Europa debe encontrar su propio camino, siguiendo la máxima «crear, no competir». La desglobalización abre una vía alternativa: la construcción de un modelo de crecimiento sostenible y más local. A medida que se confirme como líder mundial en inversión sostenible y transición energética, Europa seguirá su propio modelo de crecimiento y continuará su integración.