Qué es un ‘family office’
La familia es, para muchísimas personas, el núcleo que da sentido a sus vidas como individuos. Sin embargo, desde una óptica financiera existen familias que disponen de patrimonios medios y altos en los que es fundamental separar las decisiones empresariales de las patrimoniales, buscando tanto una cohesión familiar como una mayor rentabilidad económica. Bajo este punto de vista, existen los family office, que son entidades que se dedican a la gestión de grandes patrimonios familiares, entre cuyos objetivos figuran los de la preservación del capital y el desarrollo de una gestión eficiente que permita optar a conseguir plusvalías.
Para conseguir una gestión lo más eficiente y profesional posible de una fortuna familiar, el papel del asesoramiento especializado resulta fundamental y puede desempeñar un rol clave para lograr una gestión activa y flexible que permita aprovecharse de las oportunidades del mercado y acercarse a los objetivos financieros de largo plazo que se hayan marcado los miembros de la familia. Dicho de otro modo, para favorecer una mejor rentabilidad del family office, una de las mejores decisiones que pueden tomar sus miembros es la de disponer de asesores experimentados que guíen la gestión del capital con la flexibilidad suficiente para ajustarse a los cambios del mercado.
Cuándo constituirlo
No existe un momento exacto en el que resulta oportuno crear un family office, ya que depende de la situación patrimonial y del momento vital que atraviese la familia en cuestión. Por ejemplo, es habitual constituir uno cuando se ha producido una entrada muy relevante de capital en el núcleo familiar, por la venta de unos activos inmobiliarios o de una empresa, o por la llegada de una herencia.
En cualquiera de estas situaciones, la dimensión del patrimonio suele ser demasiado elevada para que algún miembro de la familia, aunque posea conocimientos financieros suficientes, pueda administrarlo por sí solo. Por ello, se recurre a la creación de un family office, que desde el punto de vista operativo, es similar a una sociedad limitada, solo que su principal misión es la de gestionar el patrimonio para ser autosuficiente y generar su propia rentabilidad.
Funciones principales
Un family office puede invertir tanto en activos financieros como en activos no financieros, teniendo un enfoque global y una preferencia por la diversificación en las inversiones, buscando tanto preservar el capital como incrementar la masa patrimonial. Además de un consejo formado por los miembros de la familia, suelen existir otras figuras profesionales independientes que prestan servicios diversos, como los asesores financieros, los expertos fiscales o abogados.
Bajo esta estructura, un family office procura satisfacer los siguientes retos:
- Mantener y ampliar la riqueza del patrimonio familiar.
- Tomar decisiones informadas con la aceptación mayoritaria de los miembros de la familia.
- Organizar las sesiones del gobierno familiar a través de un consejo.
- Brindar a estos miembros también otros servicios desde el punto de vista fiscal, financiero y legal, en el caso de necesitarlos.
- Formar a los miembros de la familia de nuevas generaciones en la gestión financiera del patrimonio.
Tipos de ‘family office’
Principalmente, existen dos clases de family office:
- Los single family office, destinados a una única familia, de modo que los profesionales trabajan en exclusiva para este vehículo financiero. Se constituyen a partir de 150 millones de euros en activos gestionados.
- Los multi family office, que se ponen en marcha cuando el patrimonio de una familia no es lo suficientemente elevado para formar un family office Su coste es más económico dado que los profesionales no tienen dedicación exclusiva. El patrimonio gestionado de cada fortuna suele situarse entre los 20 y los 150 millones de euros.
Cambios entre las prioridades
La incertidumbre y la volatilidad presente en los mercados, así como la evolución de los tipos de interés o el actual contexto geopolítico son elementos que no pasan en absoluto desapercibidos para los family office, que no solo están variando su estructura de inversiones sino, también, sus prioridades y objetivos estratégicos. Así lo revelan recientes informes como, por ejemplo, el ‘Family Office Survey’ de Citi Private Bank, elaborado en base a las opiniones de los gestores de family office de todo el planeta.
De la encuesta se concretan siete temas nucleares en importancia para ellos: las preocupaciones van más allá de los activos financieros, los valores de las carteras han disminuido en general en los últimos meses, las perspectivas para 2023 son positivas a pesar de la incertidumbre económica y geopolítica, la inversión directa sigue siendo una prioridad, continúa la profesionalización de la función de inversión, la preparación para gestionar la unidad y la continuidad de la familia es todavía más clave para el éxito a largo plazo, y las asignaciones a inversiones sostenibles tienen espacio para crecer.
A pesar de estas preocupaciones, existe un alto grado de optimismo en cuanto a los rendimientos de las carteras en los próximos doce meses, ya que el 80% de los gestores de family office espera ganancias en sus carteras y el 62% espera un aumento del 5% o más en el valor de las mismas. En cuanto a la asignación de activos, la renta variable pública representa la parte mayor, con un 23%, pero el atractivo de los bienes inmuebles y la renta variable privada se mantiene, representando el 35% de las asignaciones de activos combinadas (20% y 15% respectivamente).
Consolidación en España
Un reciente estudio de Creand Wealth Management, sin detallar cifras, afirma que en España está en aumento la figura del multi family office, identificando algunas tendencias que se están observando, entre las que cabe citar: mayor sofisticación para ofrecer un valor añadido adicional a los clientes, que profundice más allá del foco financiero; mayor tamaño e internacionalización; apuesta por trabajar de forma personalizada en la creación de una estructura de gobierno clara, coherente y profesionalizada que refuerce las fortalezas de la empresa; y una clara apuesta por la tecnología ayuda a disponer de información consolidada, a obtener una visión global de los distintos activos y de las posibles implicaciones fiscales.
Por su parte, de acuerdo a un informe de Deloitte y Family Office Managers Meetings (FOMM), el análisis demográfico de los family office en España muestra como cerca de la mitad se concentran en Catalunya (un 42%), comunidad a la que siguen en las primeras posiciones Galicia (15%), Madrid (9%), País Vasco (9%) y la Comunidad Valenciana (7%). Además, los datos recogidos muestran que en la mayoría (59%) conviven dos generaciones, algo que es generalizado en Andalucía y una excepción en el País Vasco, donde hay más generaciones conviviendo.
Entre los family office de mayor tamaño en España cabe destacar Pontegadea (de la familia de Amancio Ortega), Rijn Capital (Rafael del Pino), Rosp Corunna (Sandra Ortega), Nortia (Manuel Lao) o Inmo Alameda (Juan Roig).