Planificación, diversificación y horizonte temporal, claves para superar el cortoplacismo del inversor medio español
El ahorrador español medio tiene un horizonte temporal cortoplacista y tiende a buscar la máxima seguridad para sus inversiones, según el informe de IEB: ‘Nueva hoja de ruta para el Ahorro: Retos y Propuestas’, presentado por el coordinador del Departamento de Investigación del IEB, Miguel Ángel Bernal, y el director del Programa Directivo CAIA del IEB, Sergio Míguez. Así, el ahorro de las familias españolas respecto a la media europea muestra una inversión muy inferior en planes de pensiones y seguros (16,5% frente al 38% en Europa); muy superior en depósitos (46,8% frente al 33,2) y un menor peso en fondos de inversión y acciones cotizadas (16,4% frente al 19,4% europeo).
Ese cortoplacismo en la inversión y el predominio de depósitos y activos inmobiliarios han supuesto las principales trabas para que los clientes españoles lograran la mejor rentabilidad para sus ahorros. Según Bernal, “dado el alto nivel de endeudamiento del país, los cambios en la pirámide demográfica y las dificultades en el mercado laboral, no hay más opción que la de reforzar el ahorro privado. Esto supondría que los individuos tendrán que asumir el control de su propio destino y empezar a planificar y ahorrar con una visión de largo plazo”. Las claves para una óptima estrategia de ahorro a largo plazo pasan por una planificación que comience lo antes posible, tener en cuenta la capacidad de generación de rentas, contar con la ayuda de un asesor financiero y exigir la mayor información y transparencia. El ahorrador tendrá que ajustar su inversión en base a los plazos y el riesgo, de ahí que la diversificación resulte fundamental, con una variedad de activos, mercados y zonas geográficas. “Los inversores deben revisar y ajustar dinámicamente su cartera, reducir los activos de riesgo con el transcurso del tiempo, realizar aportaciones periódicas y considerar el impacto de la inflación”, señaló Sergio Míguez.