Mirabaud: Las medidas para reducir la deuda serán clave para el futuro de la renta variable
Por John Plassard, especialista de inversión de Mirabaud
Aunque algunos han tardado en dar un paso al frente, los bancos centrales no han escatimado esfuerzos para mitigar las consecuencias negativas de la pandemia del coronavirus para la economía mundial. La compra de activos, la bajada de tipos o el estímulo presupuestario son algunas de las medidas que han adoptado las autoridades financieras y los gobiernos, aumentando la liquidez del sector financiero tal y como ya habían hecho ante la crisis del 2008. En los próximos meses los programas para aumentar la liquidez de los bancos centrales deben permitir a los gobiernos financiar sus planes de reactivación económica sin gran dificultad.
Desde el comienzo de la crisis, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha comprado más bonos soberanos que en los primeros ocho meses del primer plan de sus características, que se lanzó en 2008. El presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmó literalmente que no había límite para la flexibilización cuantitativa, por tanto, es probable que el banco siga inyectando liquidez en los próximos meses. El BCE por su parte ha sumado a su programa de estímulo ya existente una operación de compra de activos por valor de 750.000 millones de euros para apoyar al sector financiero. Y según los cálculos de Bank of America Merrill Lynch (BofA), en su conjunto los planes de estímulo, tanto monetario como presupuestario, de los bancos centrales de todo el mundo, ya alcanza la cifra de 18,4 billones de dólares para 2020, la mayor parte inyectada en los últimos tres meses. Por otra parte, se han registrado 134 recortes de tipos desde comienzos del año por parte de un total de 81 bancos centrales.
Las bolsas han respondido positivamente a esta inyección de liquidez. Según los estrategas de Bank of America Merrill Lynch, el S&P 500 ha sido el principal beneficiario. No en vano, en un informe publicado el 8 de junio, el banco norteamericano estimó que desde finales de marzo el aumento de liquidez había impulsado el 90% de este repunte.
El presidente de la Fed ha confirmado que el nivel de deuda no es una preocupación ahora como la prioridad es salvar la economía. La mayoría de los bancos centrales comparten este punto de vista, sin embargo, en algún momento habrá que empezar a normalizar las políticas monetarias y esto sí podría tener consecuencias negativas para las bolsas o para los tipos de interés. Y tampoco hay que olvidarse de que la flexibilización cuantitativa ha resultado en un rendimiento negativo de los bonos en todo el mundo por valor de 12,5 billones de dólares. En este sentido, la Fed ya mostró cautela en 2018, aumentando gradualmente los tipos antes de empezar a recortar su nivel de endeudamiento, para evitar el aumento abrupto de los tipos a largo plazo. Y también es posible modular el ritmo de reducción de la deuda en caso de un aumento excesivo de la inflación. Las medidas que se tomen a la hora de reducir la deuda tras la crisis del Covid-19, serán, por tanto, fundamentales para la evolución de las bolsas en el medio a largo plazo.