Los robo advisor han cambiado el mercado definitivamente
Han impuesto la gestión pasiva y han presionado a la baja los costes
Lo que hace no mucho tiempo se veía como una curiosidad, casi como una frivolidad, se ha convertido en una pujante realidad. Las plataformas de gestión automatizada, más conocidas como robo advisors, han confirmado los temores que en su nacimiento provocaron entre la banca privada tradicional. Una de las primeras consecuencias de su éxito ha sido que la gestión pasiva se ha impuesto claramente a la gestión activa. Según Salvador Mas, CEO de Finametrix, “se ha producido un vuelco; principalmente porque la gestión activa, en muchos casos, ha demostrado ser cara y no aportar valor a sus clientes”. Esta es una de las conclusiones del debate que ha tenido lugar en la 17 edición del seminario de Banca Privada organizado por iiR.
Para Mas, es precisamente en los costes donde radica tanto el éxito como el impacto en el mercado de los robo advisors. Señala que, “lo que surgió como un vehículo retail para canalizar las operaciones de los pequeños inversores, se ha convertido en un instrumento utilizado mayoritariamente por ahorradores con un patrimonio superior al millón de dólares. De ahí que los operadores más potentes estén comprando robo advisors. En adelante, la banca tradicional irá adquiriendo experiencia y lo desarrollará sin necesidad de comprar”.
Lo que surgió como un vehículo retail, se ha convertido en un instrumento utilizado por inversores con un patrimonio superior al millón de dólares». Salvador Mas
Antonio Losada, director general de Wealth Management España de Deutsche Asset & Wealth Management, destaca que tan importante como el cambio tecnológico que suponen estas plataformas es el cambio cultural que generan en la entidad. Y advierte que “sería un error no tener en cuenta lo que está pasando con las Fintech. Hemos de ser conscientes de que en España, por ejemplo, hay 35 millones de smartphones con conexión de banda ancha y eso supone un ‘big bang’ que afecta a todos los sectores”. Considera que esta realidad está impulsando una revolución y que el sector financiero tendrá que migrar “de un modelo de márgenes a otro de ingresos por servicios” y, en el camino, deberá adaptarse a los cambios demográficos y sociológicos.
Uno de los casos presentes en nuestro mercado es Indexa Capital, na plataforma de gestión automatizada que comenzó enfocada hacia el cliente retail y ya prevé adentrarse en el mercado de inversores institucionales e, incluso, dar servicios de marca blanca. Ramón Blanco, CEO y fundador de Indexa Capital, no se anda con rodeos y justifica el éxito de los robo advisors en que “la industria de fondos ha hecho muy mal su trabajo. Hay muchos estudios que demuestran que la mayoría de los fondos no añaden valor con su gestión. Hay informes que hablan de que el 95% de los fondos de Renta Variable Internacional se quedan por debajo del índice al que trackean. Y no solo en España, también en mercados como el de Estados Unidos”.
Cree que los cambios de este proceso van a ser radicales para la banca privada, sobre todo en cuanto a transparencia y por la presión sobre los márgenes. Asegura que la nueva situación “es tanto un riesgo como una oportunidad para subirse a la ola y captar otro tipo de clientes. Si no reaccionan, muchas entidades desaparecerán”.
En un modelo de negocio radicalmente distinto, Luis Sánchez de Lamadrid, director general de Pictet Wealth Management, afirma que no ve a su banco creando un robo advisor: “Somos un banco tradicional con 211 años de historia y este nuevo modelo de negocio van contra nuestra filosofía”. Sin embargo, reconoce que la irrupción de estas plataformas es positiva, “porque hace que todos nos pongamos las pilas; dispondremos de los benchmark de los robo advisors y tendremos que batirlos, para lo cual necesitaremos la tecnología adecuada. Aprovecharemos todo el ‘big data’ para dar un servicio más cercano, personalizado y adaptado a nuestros clientes”.
Se muestra convencido de que los robo advisors están lejos de ser la panacea, “como demuestra el hecho de que ellos también van ofreciendo poco a poco nuevos servicios; entiendo que eso se debe a que solo el modelo inicial no aporta mucho”.
Alejandro Ávila, Managing director de EALA Wealth & Asset Management de Accenture, defiende que los cambios,lejos de ser tecnológicos, son antropológicos: “Somos las personas las que estamos cambiando el uso que hacemos de las tecnologías”. Basa el éxito de las Fintech en que han sabido aunar la tecnología con el conocimiento del negocio. Y, a su juicio, ahí radica el reto para la banca privada tradicional, a la que pregunta si de verdad está cerca de sus clientes y si les están preguntando lo que necesitan o en realidad lo están interpretando.