Los ahorradores recurren cada vez más al asesoramiento profesional y obtienen mayores rentabilidades
La gestora de fondos de inversión Legg Mason, por medio de su responsable para España y Portugal, Javier Mallo, ha presentado los resultados del Global Investment Survey 2018, su encuesta anual que analiza las tendencias de inversión de los inversores de 17 países diferentes, desagregando las respuestas en tres generaciones de inversores: millennials (de 18 a 36 años), generación X (de 37 a 50) y baby boomers (a partir de los 51 años). Una de las principales conclusiones es que los inversores que usan un asesor financiero obtienen una media de rentabilidad del 0,64% mayor que los que no lo utilizan, siendo la experiencia, reputación y transparencia de estos profesionales los principales criterios a la hora de seleccionarlos.
De hecho, con independencia de su edad o lugar de procedencia, el papel de los asesores es fundamental a la hora de tomar decisiones relacionadas con la inversión o para llevar a cabo una planificación financiera a largo plazo. Incluso en el caso de los millennials, un 54% recurre habitualmente a la ayuda de expertos, si bien es el colectivo que consulta más fuentes de información para la toma de decisiones, como los robo advisors o las plataformas online. Este aumento en la importancia del rol del asesor es clave también para la generación X, que elige siempre tenerle en cuenta en alrededor de dos terceras partes de sus inversiones.
Esta tendencia a una integración mayor de los especialistas en las inversiones de los más jóvenes “es una magnífica noticia que revela el mayor acceso a fuentes de conocimiento y a un incremento de la preocupación por la planificación financiera de cara a la jubilación”, ha señalado Javier Mallo. Según su opinión, las nuevas generaciones tienen muy claro que hay que empezar a ahorrar desde una edad más temprana y tomar decisiones sobre su situación en el largo plazo, modificando su asignación de activos de acuerdo a un plan que cuente con asesoramiento profesional.
Tendencia imparable de la inversión responsable
Otras de las principales conclusiones de la encuesta es que los inversores parecen, en general, ser más realistas que en anteriores ediciones, ya que se observa una notable disminución en sus expectativas de rentabilidad. Los millennial vuelven a ser los más optimistas, con una tasa media deseada del 6,6%, mientras los baby boomers apenas llegan al 5,4%. Sin embargo, los más jóvenes son los que cosechan unos mejores resultados reales de inversión con el 5,8%, merced a su exposición mayor a ESG, una tendencia que desde Legg Mason señalan que “ha llegado para quedarse y que su importancia será cada vez más elevada en los próximos años”.
Finalmente, cabe destacar que es mayoritaria la opinión sobre que la tecnología en ningún caso sustituirá por completo a la atención personal del cliente, si bien la gestión pasiva y activa irán combinándose en las carteras para lograr una mejor diversificación de activos. En todo caso, como ha recordado Mallo, “es crítico conseguir que los inversores ahorren más ya que parece que no se está haciendo lo suficiente y es algo fundamental de cara al futuro”.